Muchas personas, sin llegar a la ceguera total, no ven lo suficiente como para desenvolverse con independencia. El bastón verde llegó a la vida de los disminuidos visuales de la Argentina hace pocos años con el objetivo de permitirles desarrollar una mejor vida cotidiana.
Ir al supermercado, tomar el colectivo o simplemente caminar por el centro de la ciudad puede ser una odisea para quienes padecen problemas de baja visión.
Perder vista es, en principio, perder seguridad. Y el bastón verde es una herramienta fundamental para ellos, como también es fundamental la convivencia y el respeto entre videntes y no videntes.
Argentina sancionó en 2002 la Ley 25.682 que adopta en todo el país el uso del bastón verde, como instrumento de orientación y movilidad para las personas con baja visión.
Este elemento representa la posibilidad de hacer actividades de la vida cotidiana, generando la capacidad de ver esta cotidianeidad de otra manera, con más seguridad en ellos mismos y en la toma de decisiones.
El color verde, además de su valor simbólico, es utilizado para diferenciarlo del blanco que usan los ciegos. Esto significa que una persona con este tipo de visión, algo puede ver (aunque esto varía caso por caso).
Milton Tabares recuerda que ya a los 20 años comenzó a perder visión. Pasados los años y con una retinosis pigmentaria, cada vez ve menos. Sin embargo no pierde el optimismo y encontró en el bastón verde una ayuda para él mismo y la posibilidad de animar a otra gente que tenga el mismo problema.
Milton sufre de retinosis pigmentaria (un problema hereditario), cataratas y su última operación fue por un edema macular. «Cada vez veo menos», dice.
«La vida no termina si se termina la vista, siempre hay que buscarle el lado bueno a las cosas, me tocó esto y hoy puedo ayudar a otra gente», asegura sonriente.
EL BASTÓN VERDE es un instrumento de identificación social del paciente con Baja Visión, permitiéndole así una mejor calidad de vida .-
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