Se tratan de las alteraciones en la retina (retinopatía) que ocurren como consecuencia de la hipertensión arterial (hipertensiva).
No se debe confundir esta hipertensión arterial, en donde el aumento de presión ocurre en el lecho arterial de todo el organismo (y por tanto también en el interior de las pequeñas arterias del ojo), con la hipertensión ocular, en donde aumenta la presión de las cavidades internas del ojo (humor acuoso, cavidad vítrea) y se transmite a los tejidos adyacentes como la retina y el nervio óptico.
La hipertensión ocular tiene relación con el glaucoma.
La retinopatía hipertensiva entonces no tiene que ver con el glaucoma.
Se trata de una enfermedad general del organismo que tiene que ver con la circulación sanguínea, y en el ojo también encontramos manifestaciones.
Por hacer una comparación y partir de algo, tiene alguna similitud con la retinopatía diabética.
Tanto en la diabetes como en la hipertensión arterial se produce un deterioro progresivo de los vasos sanguíneos. Como al mirar el fondo del ojo podemos ver “en vivo” y directamente los vasos, podemos observar cambios secundarios a este deterioro. Pero, hay muchas diferencias entre ambas enfermedades vasculares.
Cambios en las arterias
La hipertensión arterial afecta principalmente a las arterias.
El caudal de sangre llega a una presión excesiva, y es la propia arteria (el vaso sanguíneo que lleva la sangre desde el corazón a los tejidos) la que primero y principalmente va a manifestar los cambios.
En el caso del ojo, las arterias de la retina son de pequeño calibre (técnicamente llamadas arteriolas, aunque en este artículo las seguiremos llamando arterias). La primera manifestación es un estrechamiento generalizado del calibre de las arterias. Aparecen más delgadas de lo normal. Como ocurre de manera homogénea en ocasiones es difícil de evidenciar: al mirar el fondo de ojo no tenemos una arteria de calibre normal para comparar. Conforme evoluciona la enfermedad encontramos estrechamientos segmentarios, que son más fáciles de ver
El estrechamiento es un mecanismo de defensa de sistema vascular, para que ese exceso de presión sanguínea no llegue hasta los tejidos. Digamos que la arteria amortigua y recibe el daño de la presión para proteger la microcirculación y los tejidos.
También ocurre un aumento del reflejo parietal. Eso exige una explicación más detenida. Pero, tenemos que diferenciar en el fondo de ojo qué vasos son venas y cuáles son las arterias.
Podemos saber fácilmente cuál es cual porque la vena tiene un calibre mayor y la sangre contenida es más oscura. La arteria es más fina, el color rojo es más claro, y además parece que hay como una línea amarillenta en el medio, paralela a las paredes del vaso. Las paredes de la arteria, que tienen tres capas, son transparentes, y lo que vemos realmente es la columna de sangre que va en el interior. Cuando miramos el fondo del ojo, la luz que utilizamos para explorar se refleja en la pared justo en la parte media del vaso (que es donde es perpendicular a la luz). Por tanto, ese “hilito” blancoamarillento es el reflejo de la luz del oftalmoscopio en la pared transparente de la arteria. Este reflejo parietal (de la pared) está aumentado en la hipertensión arterial. Esto es porque el exceso de presión de la sangre produce una reacción crónica en las paredes del vaso, que aumentan de espesor.
Al ser más gruesas, el reflejo que devuelven es de mayor tamaño e incluso puede modificar el color. En las descripciones oftalmológicas reciben apelativos como “hilos de plata” o “hilos de cobre”
Signos de cruce
En el interior de la retina, los vasos sanguíneos (por lo menos los de gran tamaño) suelen ir emparejados, de forma que una vena (vénula) y una arteria (arteriola) discurren paralelos.
Son varias las ocasiones en las que se entrecruzan, de forma que la vena discurre por debajo de la arteria en el cruce. Esos cruces se ven alterados en ciertas etapas de la retinopatía hipertensiva.
Entonces, la pared de la arteria se encuentra engrosada, y afectará a la vena en la zona de la intersección.
La pared arterial ya no es tan transparente, y tapa algo la vena cuando va a quedar por debajo de la arteria. Así, da la sensación de que la vena “desaparece” justo antes y después del cruce. El engrosamiento de la pared de la arteria también “estrangula” hasta cierto punto a la vena, que se puede encontrar algo dilatada antes y después del cruce.
Y por último, puede modificarse la dirección de la vena al llegar al cruce, quedando en un ángulo próximo a noventa grados.
Alteraciones severas
Esto es lo que encontramos en la gran mayoría de personas con hipertensión arterial. Son signos hasta cierto punto sutiles, restringidos a los vasos sanguíneos. No hay cambios en el propio tejido de la retina, no hay daños que puedan alterar la función del ojo.
Pero hay algunos casos de hipertensión arterial severa, con las cifras muy descontroladas, o en casos de crisis hipertensivas (aumentos de tensión arterial muy intensos y agudos) en donde hay alteraciones retinianas más importantes. Podemos encontrar hemorragias, lesiones blancas o amarillas llamadas exudados y acúmulo de líquido en la papila. Hemorragias y exudados encontramos habitualmente en la retinopatía diabética. Suelen ser casos graves para la salud, son pacientes que corren riesgo vital, habitualmente ingresados en un hospital.
Hipertensión arterial y las revisiones de fondo de ojo
La retinopatía hipertensiva habitualmente no produce daños en el ojo.
Por lo tanto, al contrario que ocurre con la diabetes, no necesitamos realizar revisiones rutinarias para controlar y prevenir lesiones oculares.
Por otra parte, el estado de la retinopatía hipertensiva tampoco le ofrece mucha información al médico que está controlando la tensión arterial.
Existe una clasificación de la retinopatía hipertensiva, que actualmente tiene un interés limitado. Una retinopatía hipertensiva avanzada no nos indica mal control de la tensión arterial, y una retina sin lesiones no indica un buen control tensional.
Todavía hay mucha costumbre de realizar exploraciones rutinarias de fondo de ojo a los pacientes hipertensos. Se basan en protocolos antiguos.
En la actualidad hay muy pocas indicaciones para realizar esta exploración. En casos de crisis hipertensivas o hipertensiones muy descontroladas, o cuando el diagnóstico de hipertensión arterial no está claro, puede tener utilizad la exploración.
Fuente: Ocularis.
Hola a todos:
ResponderEliminarPatricia, este artículo está muy bien explicado. Además de saber qué es la retinopatía hipertensiva, se explica muy bien la diferencia entre la hipertensión ocular y la hipertensión arterial. En ambos casos hay que tener cuidado, pero, hay diferencia entre ambas.
EXACTAMENTE RAFA, SUELE CONFUNDIRSE LA PRESION OCULAR CON LA ARTERIA Y NO ES LO MISMO.
ResponderEliminarMUCHAS VECES SE CONFUNDE POR DESCONOCIMIENTO.
GRACIAS POR SEGUIR AHI.
SI QUIERES SABER SOBRE ALGUN TEMA QUE NO LO HAYA TRATADO, HAZMELO SABER POR MAIL, QUE TRATARÉ DE BUSCAR Y ENCONTRAR INFORMACION. GRACIAS.