Especialistas de la Secretaría de Salud alertaron que utilizar lentes y medicamentos para ojos sin control médico puede desencadenar problemas visuales y ocultar la sintomatología de enfermedades que de no tratarse oportunamente detonarán graves infecciones visuales.
Se estima que tres de cada 10 habitantes padecen de algún problema visual, principalmente miopía y astigmatismo.
Asimismo, alrededor de 700 mil personas presentan discapacidad ocular como ceguera o debilidad ocular producida por enfermedad, accidente o de forma congénita.
Los especialistas recomiendan acudir al oculista oftalmólogo desde la infancia si se detecta mala visión, pues de no hacerlo se podría desarrollar ambliopía; es decir, baja visión irreversible.
Un problema visual frecuente que no mejora con lentes son los traumatismos o heridas en el ojo, los cuales se presentan en menores.
En la población de entre 15 a 60 años de edad el principal problema son las cataratas, un mal que se caracteriza por la falta de transparencia del cristalino, éstas son hereditarias y se asocian a complicaciones por la diabetes y el uso de medicamentos como los corticoides, administrados sin prescripción médica.
Entre la población se piensa que es normal que a mayor edad baje la visión, pero es importante saber que el avance de la edad no es proporcional a la pérdida de la vista, por ello es importante una revisión de los ojos por lo menos una vez al año, para saber su estado y corregir los daños de manera oportuna.
Otra enfermedad es la deficiencia visual, que se caracteriza por la disminución de la vista a una décima parte de lo normal; es decir, el individuo no alcanza a ver cualquier objeto a tres metros de distancia.
Para prevenir problemas más graves como el glaucoma, los especialistas de la dependencia recomiendan que a partir de los 36 años se tome la presión del ojo por lo menos una vez al año y se revise el fondo del mismo, sobre todo en personas diabéticas (a las que se les debe dilatar la pupila) para identificar oportunamente una alteración conocida como retinopatía diabética. En el caso de las infecciones señalan que son comunes cuando se asocian a la obstrucción del saco lagrimal, lo cual sucede en las primeras semanas de vida, así como por tocarse los ojos con las manos sucias.
A partir de la adolescencia es más común la miopía, que es la visión lejana deficiente; y el astigmatismo, que se manifiesta por dolor de ojos y cansancio visual.
En esta tónica, la Secretaría de Salud lanzó una alerta sobre la importancia de no utilizar lentes sin supervisión médica, ya que podría ser un paliativo temporal y esconder la sintomatología que en un futuro podría desencadenar algún problema grave.
Fuente: http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2009/12/29/puebla/sal208.php
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