martes, 16 de marzo de 2010

La mínima invasión optimiza la cirugía de la catarata infantil

Hacia los siete años la visión alcanza su grado de madurez. Cualquier patología que interfiera en ese desarrollo de la primera infancia compromete el futuro visual; de ahí la importancia de la detección y derivación desde la primaria de las patologías oftalmológicas.

"La labor que están haciendo pediatras y médicos de familia con la patología oftalmológica es admirable. Ahora las ambliopías, por ejemplo, se diagnostican hacia los tres años, cuando antes se hacía en la adolescencia", afirma Clara Jiménez, jefa de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Niño Jesús, de Madrid, donde se ha celebrado la II Jornada de Oftalmología Pediátrica. Junto con el ojo vago y el estrabismo, en cuyo tratamiento el hospital infantil madrileño es centro de referencia, las ametropías, la anisometropías y la privación visual son las causas más importantes de las alteraciones oftálmicas en la infancia, y en algunos casos responsables de la deficiencia de la agudeza visual en la edad adulta.


Entre estas patologías, Jiménez se ha referido a las cataratas infantiles, en las que su centro está despuntando gracias a la introducción de la cirugía mediante técnica de microincisión combinada con un sistema de cirugía del polo posterior ocular (vitreotomo) aplicado al abordaje del segmento ocular.

Las cataratas congénitas afectan a tres de cada 10.000 nacidos, pero también pueden aparecer cataratas entre los dos y diez años (infantiles) o mayores (juveniles). Las unilaterales son de peor pronóstico, pues pueden asociar una causa sistémica importante o formar parte de un cuadro sindrómico. "En nuestro medio, lo más frecuente es encontrar cataratas infantiles con componente hereditario (sobre todo autosómico dominante) o mutaciones de novo. Al ser un centro de referencia nacional, no sólo para la patología ocular, recibimos muchos pacientes en otras especialidades que presentan cataratas secundarias a tratamientos, como las corticoideas en pacientes oncológicos, las traumáticas y las asociadas a la artritis idiopática juvenil".


Junto con la evolución de la cirugía a técnicas de mínima invasión, también se ha producido un desarrollo en los materiales empleados; ahora se implantan unas lentes de material biosintético "que mejoran la evolución de los ojos tratados, reduciendo el riesgo de opacificación de la cápsula posterior, uno de los principales inconvenientes a corto y largo plazo de este tipo de patología. Así, la realización de una capsulotomía posterior quirúrgica con las modernas técnicas (bien sea de primera intención o en un segundo acto quirúrgico), junto al implante de la lente intraocular (cuando es posible), reduce el número de reintervenciones futuras y de complicaciones, como, por ejemplo, el glaucoma afáquico y pseudoafáquico".

Los niños tratados requieren revisiones, que en un principio pueden ser hasta diarias, tras la cirugía. "La agudeza visual depende de la edad a la que se haya presentado la catarata. En las bilaterales y de aparición tras los dos primeros años de vida, el pronóstico visual puede alcanzar cifras del 100 por cien en cada ojo; sin embargo, en las congénitas el pronóstico es peor: en las bilaterales, la agudeza visual dependerá de la rapidez del diagnóstico y de la precocidad de la cirugía, y en las unilaterales, oscila entre el 10 y el 30 por ciento, cifras que se consideran un éxito terapéutico".

Entre servicios
La coordinación con el resto de los servicios es en el caso de la patología ocular una necesidad diaria. Los trastornos del ojo pueden ser el síntoma guía para diversas enfermedades y afecciones, desde los síndromes más raros hasta, incluso, el maltrato infantil.

"Nos beneficiamos de una relación fluída y estrecha entre los diferentes servicios del hospital, que no se ve interrumpida por barreras burocráticas", reconoce Jiménez.

Entre las enfermedades sistémicas, en la jornada se han abordado la neurofibromatosis, que en el tipo puede afectar a uno de cada 3.000 recién nacidos, y en el tipo 2 a entre 50.000 y 200.000. Otro ejemplo de trabajo en equipo entre servicios se encuentra en la enfermedad del injerto contra huésped, la complicación más grave del trasplante de médula ósea en pacientes oncológicos, y que se puede manifestar con una enfermedad mucocutánea en grados variables de queratoconjuntivitis sicca y sensación de quemadura, irritación, dolor y fotofobia.

Fuente: http://oftalmologia.diariomedico.com/2010/03/12/area-cientifica/especialidades/oftalmologia/la-minima-invasion-optimiza-la-cirugia-de-la-catarata-infantil

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