jueves, 26 de agosto de 2010

PUPILA BLANCA O LEUCOCORIA...

CONOCEN EL TERMINO: LEUCOCORIA?

“Leucocoria” es una palabra que se deriva del griego y que literalmente quiere decir “pupila blanca”. Este término es utilizado en pacientes generalmente pediátricos, en los cuales se observa una masa blanquecina detrás de la pupila, o en los que a la exploración no se observa el reflejo rojo de fondo normal y en su lugar se observa un reflejo blanquecino.
Imagen: niño con leucocoria

La leucocoria puede atribuirse a diversas causas:
Causas comunes

•Catarata
•Retinoblastoma
•Persistencia de vítreo primario hiperplásico
•Retinopatía del prematuro
•Enfermedad de Coats
•Desprendimiento de retina
•Uveítis posterior
•Hemorragia vítrea
•Toxocariasis
•Toxoplasmosis

Causas poco comunes

•Enfermedad de Norrie
•Displasia retiniana autosómico recesiva
•Vitreorretinopatía exudativa familiar
•Coloboma coriorretiniano
•Mielinización de las fibras nerviosas
•Anomalía de Morning Glory
•Hamartoma astrocítico
•Hemangioma capilar retiniano
•Meduloepitelioma

Algunas de las causas no son de gravedad y en general presentan no tan mal pronóstico, y algunas otras son bastante graves y pueden poner en riesgo la vista.
 
ESTUDIOS
1.Corroborar la ausencia del reflejo rojo: La manera más sencilla de realizar este paso es observar la pupila del paciente a distancia utilizando un oftalmoscopio directo, mientras el paciente observa directamente la luz.

2.Exploración del ojo mediante biomicroscopía: Esto nos permite evaluar adecuadamente las estructuras del segmento anterior y evaluar las opacidades que se encuentren en el cristalino o inmediatamente por detrás de él.
3.Exploración del ojo bajo dilatación farmacológica: Esto nos permite evaluar adecuadamente lesiones que se encuentren en el vítreo, la retina y/o el nervio óptico. En ocasiones dada la poca cooperación de los pacientes pediátricos puede ser necesaria una exploración bajo anestesia general.
4.Estudios de gabinete: Se debe recurrir a ellos cuando no se pueda llegar a un diagnóstico certero después de la evaluación clínica del paciente (pasos 1-3), o cuando la opacidad de medios no nos permita realizar una exploración completa. El estudio que generalmente se tiene más al alcance es el ultrasonido modo B.

 Es de vital importancia comunicar al especialista en ecografía nuestras sospechas diagnósticas o los hallazgos que se desean descartar o confirmar. La tomografía axial computada puede llegar a ser de gran importancia sobre todo cuando se tiene la sospecha de retinoblastoma dado que este estudio tiene una alta sensibilidad para detectar calcificaciones. La angiografía con fluoresceína puede ser de utilidad en el caso de lesiones retinianas como malformaciones o tumores.

ALGUNAS CONSIDERACIONES
La presencia de leucocoria siempre es patológica. Es muy importante, dado que la inmensa mayoría de los pacientes son pediátricos, mantener una excelente comunicación con los padres del paciente, hacerles conciencia de la potencial gravedad del problema y de la rapidez con la que se tiene que hacer la evaluación, los estudios requeridos, y el tratamiento (si es que es requerido). Asimismo, es importante educar a los pediatras en la adecuada exploración de estos pacientes y su rápida referencia al oftalmólogo, dado que ellos pueden ser los primeros en detectar el problema.


Bibliografía
Quiroz-Mercado, H. Leucocoria en pacientes pediátricos. En Quiroz-Mercado H, Ochoa-Contreras D, Morales-Canton V, et al. Retina. Diagnóstico y Tratamiento. McGraw Hill, 2ª edición, 2004

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