lunes, 27 de diciembre de 2010

OFTALMOLOGIA: LA MEJOR INVENTORA DEL AÑO...

Celia Sánchez-Ramos: "En la ciencia, te limita más ser madre que ser mujer"

                                      Imagen: foto de Celia Sanchez-Ramos
Se tuvo que poner el guión entre sus dos apellidos para que en los congresos internacionales, donde el inglés manda, no la confundieran con un tal sr. Ramos. Y en los últimos cinco años ha habido muchas visitas al extranjero, para presentar patentes, competir y ganar los mejores premios. “Mis hijos ya tienen 21 y 26 años. Ahora puedo salir, antes era más difícil”, explica con estusiasmo. Una alegría que es casi imposible que no se contagie a los que la rodean. Porque si algo se puede afirmar de Celia Sánchez-Ramos es que no es “típica”. Cuando uno piensa en ciencia se imagina a señores enfrascados en complejas ope- Pero ella parece una pequeña dinamo envuelta en coquetería. Aunque no nos engañemos: es la primera española en ganar el premio a la mejor inventora del año, en la 38ª edición de la Exhibición Internacional de Inventos, por un sistema de reconocimiento y autentificación de personas a través de la córnea.


¿Cómo se siente al ser mejor inventora del año?
A mí, los premios me parecen fantásticos. Sirven de motivación y ponen de manifiesto que vas por un camino llamativo. Y, desde el punto de vista social, tienes una repercusión importantísima, que hace que la gente entienda que la ciencia sirve para algo concreto.

¿Se lleva mal la ciencia con las mujeres?
Es la maternidad, no el hecho de ser mujer, lo que no nos permite tener tanta facilidad a la hora de disponer de tiempo para el trabajo. Tener hijos nos limita. Y eso, en muchos casos, nos hace perder el ritmo y nos resulta más difícil volver a engancharnos. Creo que es más limitante la maternidad que el género. A nosotras ser madres nos frena, pero a ellos ser padres, no. Ése es mi caso.

Y usted, ¿cómo se las apañó?
Pues con un esfuerzo ímprobo y mucha ayuda en casa. Y midiendo las fuerzas, porque tienes que ser consciente de que no vas a poder llegar a todo. Hay que entender que no vas a poder hacer tal cosa porque el niño está malo. Eso sí, si el niño está bien debes intentar llegar con todas tus fuerzas. Algo así como un “sprint”... Algo así. Y estoy convencida de que la capacidad de trabajo se entrena. Mis hermanas y yo hicimos dos carreras a la vez y estamos acostumbradas a hacer varias cosas al mismo tiempo.

¿Qué otras virtudes son necesarias para la investigación?
La vitalidad. Es importantísimo porque no sabes cuándo te vas a caer. La madurez está en saber que te puedes estrellar y que te tienes que levantar solo. Los prácticos lo hacemos pronto.

Usted, además, es profesora en la Universidad Complutense...
La docencia me gusta porque hace digerir el conocimiento. Es una forma de autoformarte sin querer. Es como lo de llevar varias tesis doctorales, creo que es un sistema bien estructurado porque al final los alumnos, tiran de mí y así las vías de investigación no se muere.

¿Hay muchas mujeres en su equipo de investigación?
Mi grupo somos unas 13 personas. Y claro que hay chicas, pero yo no elijo por sexo, color de piel, ni sólo por su currículum. Yo valoro el interés.

¿Cuál su próximo reto?
Muchos. Por ejemplo, estamos trabajando en seguridad para el interior del automóvil. Las personas operadas de miopía tienen problemas de deslumbramiento de noche. Estudiamos una iluminación difusa en el coche que contraiga la pupila.

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