domingo, 20 de febrero de 2011

ME GUSTA SENTIR EL VIENTO Y LA VELOCIDAD...

A lo lejos, un par de siluetas avanzan por la avenida Maldonado, en el sur de Quito. Son Gino Godoy y su padre, Segundo, que llegan cicleando al parque Atacazo, ubicado en la ciudadela Quitumbe.
Imagen: foto de Gino y su padre
Gino, que tiene baja visión, se sujeta del hombro de su padre para saber por dónde transitar con su bicicleta; con sus gafas obscuras, sus guantes desgastados y un ritmo pausado al pedalear, se detiene en una esquina y repasa un par de recomendaciones con su progenitor antes de conducir por una nueva ruta.

El adolescente hizo una modificación en su bicicleta y utiliza solo su mano derecha en el freno posterior, lo que permite que su mano izquierda sujete el hombro de Segundo. Utiliza Este método cuando desconoce algún camino.

Hace dos años, un quiste en su cerebro afectó su visión. Hoy solamente cuenta con 10% de su visibilidad.

A pesar de este problema, Gino nunca ha dejado el deseo de superarse en la vida, y el deporte ha logrado hacer de él alguien "fuerte y con mentalidad positiva".

"Me gusta sentir el viento y la velocidad. Mi padre me guía por las calles o parques, y yo me divierto mucho", comentó.

Segundo Godoy guía a su hijo Gino "en la vida y con la bicicleta". "Siempre trato de alertarlo diciéndole que tenga cuidado con un bache, con los vidrios o que gire a su derecha o a su izquierda", manifestó entusiasmado el padre.

En los paseos que realizan, han sufrido varias caídas. Hace un par de días, salieron por la noche y tuvieron un accidente leve. "Gino sufrió la peor parte: se lastimó la rodilla. Mi hijo es muy valiente a pesar de todo lo que le ha sucedido", contó Segundo.

Con voz entrecortada, añadió: "Uno, como padre, haría cualquier sacrificio: le daría mis ojos para que pueda mirar, pero sé que si yo me quedo sin vista, esto nos perjudicaría a los dos", confesó.

Hace casi un mes, los Godoy salieron de su casa sin dirección alguna pero, mientras avanzaban, buscaron una nueva pista para transitar. "Solo una vez llegamos al parque La Carolina desde Quitumbe. Fue un gran esfuerzo pero valió la pena", reveló Segundo.

Cada fin de semana es un reto que el joven ciclista emprende. Su fortaleza emocional y el respeto que guardan el uno por el otro los han unido mucho más en la vida.

Junto a Steven, el menor de los hermanos Godoy, se aventuran por las calles de la ciudad buscando la felicidad con sus bicicletas.

Fuente: http://www.hoy.com.ec/

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