Invidentes buscan la luz de ingreso a la Universidad
Imagen: foto de DanielaDaniela es ciega y persistente. Nueve veces ha presentado el examen de la Universidad de Antioquia y ayer era una de las 22 promesas a cumplir con el deseo de que vuelva a pasar un invidente a la universidad.
Mientras ella leía con los dedos las preguntas del examen de admisión, afuera de la sala de invidentes de la Biblioteca Central un grupo de personas temblaba de emoción esperando que al grupo le fuera bien.
Los ruegos de Gloria Zapata eran por su hija Yuliana Chica, quien por una enfermedad en los huesos perdió la visión. En el tercer piso de la Biblioteca la aspirante escuchaba las preguntas y marcaba las respuestas.
En su segundo intento de pasar a Psicología, Yuliana tenía cerca a Óscar, un joven que en una explosión perdió un oído, toda la visión y ambas manos. Luego de escuchar la pregunta, él le pedía a alguien asignado por la U. de A. que marcara una respuesta.
La otra modalidad del examen para los de limitación visual fueron los macrotipos. Eran cuestionarios con letras muy grandes que Leidy ponía a pocos centímetros de sus ojos para poder leerlas, pues el glaucoma le redujo la visión al 30 por ciento.
La mayoría del grupo fueron los que leyeron el examen en Braille, otra presentación del cuestionario.
Ahí estaba Daniela en su noveno intento por ganarse un cupo. No solo su madre estaba haciendo fuerza por ella. El deseo de que varios de ellos pasen a la U. era evidente en Marcela Jaramillo; ella es quien coordina la sala de Invidentes del Sistema de Bibliotecas, es miembro del Comité de Inclusión del Alma Máter y fue una de las que estuvo al tanto de que los exámenes fueran acordes con las necesidades de los ciegos.
Nerviosos estaban, también, Suly Andrea Yepes y Fabio Nelson Manco, dos estudiantes de la U. de A.. Ella ciega y él con visión reducida, crearon un proyecto para capacitar a los invidentes que presentan el examen.
Resulta que en 2008 la institución empezó a permitir que los inscritos se lleven el cuestionario para la casa y mientras los videntes están más preparados, pasan menos ciegos.
Gracias a esa idea desde el año pasado hicieron una convocatoria que atendieron 17 personas con limitaciones visuales. Les dieron capacitación sobre vocación profesional, razonamiento lógico y competencia lectora.
Si esta es la vencida de Daniela, si varios del proyecto logran cupo, podría ser el inicio de un proyecto más grande, más incluyente, que de más luz y haga eco de más aspiraciones.
Fuente: http://www.elcolombiano.com
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