Primer Biblioteca de Libros de Audio Digital en la Argentina (CICALE) y su creador
Imagen: foto de Carlos Coimbra
“Siempre fui un lector y comprador compulsivo de libros tanto es así que llegué a tener una biblioteca con más de dos mil libros impresos. Por eso, cuando perdí la visión, comencé a desesperarme hasta que se me ocurrió trasladar mi compulsión a la compra de libros parlantes. A los pocos meses ya tenía una importante colección de obras y un año después, en 2005, fundaba esta biblioteca”, explica emocionado.
En una entrevista exclusiva con Aplicación Tributaria S.A., Carlos Lima Coimbra nos habla de la situación educativa de las personas no videntes, y de las pocas posibilidades de inserción profesional que tienen aquellos discapacitados que logran alcanzar, con mucho esfuerzo, un título universitario.
Imagen: foto de la portada de la web, muestra libros de Cicale
¿Es incompatible ser una persona con capacidades diferentes y ejercer una profesión?
Esta pregunta puede ser abordada desde dos realidades distintas. El primero es el caso de las personas que nacen o se discapacitan a una edad temprana y se esfuerzan por alcanzar un título universitario, éstas luego utilizan ese mismo empeño para ejercer su profesión.
Por el contrario, los profesionales que se discapacitan de grandes no pueden continuar ejerciendo porque acostumbrarse a su nueva situación para seguir con su vida laboral y personal habitual requiere de un proceso largo y complicado.
En el caso de los contadores no videntes, la situación es más difícil todavía porque la legislación se actualiza continuamente y es imposible asimilar tantas cifras, fechas, resoluciones y demás información. Por ejemplo, ¿cómo hace un ciego para leer una declaración jurada de bienes personales?
En el ámbito educativo, ¿cuál es la situación de los estudiantes no videntes?
Mucho se habla de que se debería implementar una política educativa que contemple la situación de las personas con capacidades diferentes. Sin embargo, la única verdad es la realidad. Y en Argentina la realidad es que tanto las personas ciegas como las que no tienen ninguna discapacidad tienen algún tipo de limitación ya sea por su entorno social o posición económica.
El mercado laboral, ¿es receptivo a dichas personas?
El Estado impulsa cada tanto algún incentivo fiscal para promover que las empresas empleen a personas con capacidades diferentes, pero esto no parece ser suficiente. En general, las grandes compañías incorporan a discapacitados como una herramienta para mejorar su imagen corporativa. Las pymes –en tanto– no son tan receptivas ya que incorporar a personas discapacitadas implica un alto costo adicional destinado a adaptar todas las instalaciones –los sanitarios, las rampas, por ejemplo–. Y esto no siempre es posible.
Actualmente, ¿usted ejerce como contador?
En 2003, una enfermedad progresiva e incurable afectó considerablemente mi visión y esto provocó que no pudiera seguir desempeñándome como contador independiente activo. Mantengo tareas de asesoramiento esporádico. La situación habría sido otra si hubiera estado trabajando en relación de dependencia porque hoy estaría jubilado por incapacidad, o si en lugar de contador fuera abogado o psicólogo, dos actividades que no requieren de demasiada actualización.
Cómo surgió la idea de fundar una biblioteca parlante?
Siempre fui un lector y comprador compulsivo de libros tanto es así que llegué a tener una biblioteca con más de dos mil (2.000) libros impresos. Pero, cuando comencé a perder la visión, fue imposible continuar con este pasatiempo y necesité volcar todas mis energías en otro proyecto porque ya empezaba a desesperarme. Trasladé mi compulsión a la compra de libros parlantes y a los pocos meses tenía nuevamente una importante colección de obras. Un año después, en 2005, se abría esta biblioteca, la primera con libros en audio digital.
¿Qué características diferenciales presenta esta biblioteca?
Tradicionalmente, las bibliotecas para ciegos cuentan con una enorme cantidad de libros escritos en braile o grabados en cassette sin tener en cuenta dos realidades muy importantes: en primer lugar, hay muchas personas no videntes o con problemas o discapacidad visual, que no leen en braile, y en segundo lugar, la calidad de los audios en dichos formatos son muy bajos, sobre todo si la comparamos la tecnología digital tan ampliamente difundida en este momento.
En nuestro caso, los socios tienen la posibilidad de acceder a casi tres mil libros en audio digital o en formato MP3. Así presentados las obras son más fáciles de manipular para las personas con capacidades diferentes, pues toda la obra, sin importar su duración, está en un solo CD.
Además, los libros se encuentran agrupados en torno a distintas temáticas novedosas para este tipo de bibliotecas –autoayuda, humor y recreación, juvenil e idiomas– e incluso algunos están leídos por sus propios autores, locutores o por actores destacados.
¿Qué significa esta biblioteca en su vida?
La biblioteca es una ayuda muy importante porque me permite mantenerme ocupado y me motiva para seguir adelante a pesar de todo. Yo tuve este problema a los 56 años, una edad que un profesional de Ciencias Económicas está en la plenitud de su carrera porque tiene mucha experiencia y contactos, pero todavía no es un viejo. En mi caso, deposité todo este potencial en esta biblioteca.
¿Sabe leer en braille?
No. Normalmente, las personas que se discapacitan de grande no aprenden braile sino que echan mano de todas las herramientas de audio que hoy en día están disponibles –sintetizadores de voz que leen la pantalla de la computadora y libros parlantes, por ejemplo–. En la actualidad, el braille se utiliza para enseñarles a los chicos que nacen o que quedan ciegos en una edad muy temprana porque necesitan alfabetización. Ahí es indispensable. Los libros en braille son muy poco prácticos, voluminosos y demasiados costosos.
¿Se consiguen los libros parlantes en Argentina?
No. En Argentina, se editan muy pocas obras parlantes por lo que mis primeros libros fueron adquiridos en Europa y Estados Unidos, en ambos países existe un mercado muy desarrollado desde hace mucho tiempo. En Estados Unidos, por ejemplo, las personas habitualmente escuchan sus libros mientras viajan a sus hogares o el trabajo. Incluso, se usan mucho para hacer obsequios. El 4% de los libros que se publican en dicho país se editan en audio.
En nuestro país, no se publica casi ningún libro parlante, principalmente porque el costo inicial es elevado ya que requiere el desembolso de sumas considerables para cubrir los gastos de estudio de grabación y los honorarios de la persona que lee (generalmente, locutores).
Además de los costos, la baja productividad está asociada en nuestro país a la falta de difusión acerca de la existencia de los audiolibros, y de los lugares a donde la gente puede acceder a ellos. En términos económicos, no hay mercado para este tipo de literatura oral.
Frente al panorama que usted menciona, ¿qué lo motivó a fundar esta biblioteca?
Yo dejé de lado toda relación costo–beneficio. Todo lo que aplicaba profesionalmente tanto para mí como para mis clientes, lo dejé de lado. Lo hice, porque estoy convencido de que lo que me produce satisfacción a mí, le puede hacer bien a los demás. Aunque suene sentimental, lo hice de corazón. Yo era un hombre “economicus”, profesional y que no tenía naturalmente una vocación de servicio, hasta que me cayó el rayo. Fue ahí que cambié y me transformé en un hombre de servicios. La biblioteca empezó como algo para mí mismo y después la puse al servicio de los demás.
¿Quiénes pueden asociarse a la biblioteca?
Nuestra biblioteca está abierta a todas las personas que tengan cualquier tipo de inconveniente físico, psicológico, neurológico o educativo que no le permita acceder a los libros impresos en forma tradicional. No es exclusiva para personas ciegas o con alguna discapacidad visual. El lugar está abierto –por ejemplo– a la gente de la tercera edad que sin ser discapacitados en la práctica no pueden leer por el tamaño de las letras y la cantidad de hojas que componen un libro. Además, convocamos a los que nosotros denominamos “discapacitados culturales o educativos” que son los analfabetos o semianalfabetos (no terminaron el ciclo primario).
Hay una cuota mensual de socios , y el envío y devolución de las obras para todo el país es gratuito a través del Correo Argentino. Además, implementamos un sistema de “socios cooperadores” y de “padrinazgo” a partir del cual individuos, empresas o instituciones pueden apadrinar a personas con discapacidades visuales de bajos recursos.
Más información:
Centro Iberoamericano Cultural de Audio Lectura y Educación (CICALE)
Biblioteca Especial de Libros Leídos en Audio Digital
Esteban Echeverría 298 - Villa Martelli (CP 1603) - Vicente López.
Provincia de Buenos Aires - Argentina.
Teléfono-Fax: (54) 11 4760-1201 (10 a 14.00 horas).
Página Web: http://www.cicale.org.ar/
Fuente: http://www.cicale.org.ar/Cicale/Sumemos/ArtCompleto.htm
Hola Patri. Muy buena esta Entrada, es que, me parece muy interesante el que haya libros en Audio porque, de esta manera creo que se favorece la inclusión en la sociedad. Todos debemos de estar incluídos y no se puede excluir a nadie ni por razones de discapacidad ni por nada. Por tanto, estas Bibliotecas son muuy importantes. Saludos. Rafa Luque.
ResponderEliminarRAFA REALMENTTE ES MUY BUENA LA TAREA QUE REALIZA CICALE EN NUESTRO PAIS!!! Y TAMBIEN HAY MUCHAS AUDIODESCRIPCIONES... TODO ESTO ES PARTE DE LA ACCESIBILIDAD Y MERECE QUE SE DE A CONOCER!!!
ResponderEliminarBESOS Y GRACIAS POR VISITARME!!!