El diagnóstico llegó cuando la niña tenía  pocos meses y fue descubierto por casualidad, luego de que la madre leyera un  artículo periodístico. El tratamiento fue largo y difícil, pero lograron frenar  la enfermedad. Ahora, cuentan su experiencia para ayudar a que otros padres  identifiquen este mal a tiempo. 
                                 Imagen: la niña junto al equipo médico.
El dato
Una de las maneras de identificar el tumor del retinoblastoma es a  través de la aparición de un círculo blanco en la pupila del niño en las  fotografías tomadas con flash. 
El número
40 casos de retinoblastoma  se detectan por año en Argentina. 
Luego de que a su hija le  diagnosticaran un extraño tipo de cáncer ocular, un matrimonio decidió contar su  historia e iniciar una campaña fomentar la detección temprana del  retinoblastoma, un mal que aparece en los primeros años de vida y puede ser  fatal si no se trata a tiempo. Tras un largo y difícil tratamiento, María  Victoria pudo recuperarse y hoy está a punto de cumplir 3 años, pero no todos  los casos tienen buen desenlace, por lo que estos padres buscan ayudar a  otros.
El diagnóstico de María Victoria apareció cuando tenía pocos meses y  aunque su mamá ya la había llevado varios médicos por un posible estrabismo,  recién después de leer un artículo periodístico empezó a sospechar del cáncer de  retina. La niña fue tratada en el hospital Garrahan de Buenos Aires, donde  debieron extirparle uno de sus ojos, pero lograron salvarle el otro. Hoy  conserva la visión y su tumor está controlado.
El caso de la hija menor de  Patricia Severac y Gustavo Alcaine fue diagnosticado cuando la niña tenía sólo  11 meses. La madre la había llevado a una pediatra y a un oftalmopediatra por el  estrabismo que percibía en uno de sus ojos, pero los profesionales no habían  detectado nada extraño. 
Durante un viaje a Monte Caseros, a la casa de sus  suegros, en junio de 2009, Patricia leyó de casualidad un artículo periodístico  de la revista Selecciones titulado “La foto que me devolvió a mi bebé”. Allí se  contaba la historia de una niña de la misma edad que la suya que padecía un  extraño tipo de cáncer de retina que podía detectarse a través de un círculo  blanco sobre el ojo que aparecía en las fotos tomadas con flash. Aunque tomó  decenas de imágenes durante el fin de semana, la mamá de María Victoria no  encontró nada raro, pero seguía preocupada, por lo que de regreso en Corrientes,  volvió a consultar con otros especialistas. 
El diagnóstico se confirmó y la  primera recomendación de los profesionales locales fue que viajen cuanto antes a  Capital Federal para ser atendidos en el hospital Garrahan, donde trabajaba un  equipo de profesionales en condiciones de atender el caso. Al llegar a destino,  luego de haber dejado a su otra hija de sólo 4 años al cuidado de familiares, se  detectó que María Victoria tenía tomados sus dos intensos ojos celestes por la  enfermedad, por lo que debió ser intervenida quirúrgicamente. 
Los médicos  debieron extirparle uno de sus ojos y aunque la situación del otro era  complicada, decidieron intentar frenar el cáncer con tratamientos de  quimioterapia y rayos. Tras largos meses de internación y espera, su situación  fue mejorando y actualmente la niña sólo es sometida a controles periódicos cada  6 meses. 
“Vicky”, como le dicen su familia, hoy está recuperada y disfruta  de la vida con su hermana mayor, Valentina. “Afortunadamente conservó la visión  del ojo y está muy bien”, asegura su mamá y cuenta que el próximo martes 19  celebrará su tercer cumpleaños.
“Decidimos contar la historia de Vicky para  ayudar a otros padres a que conozcan del tema y sepan detectarlo. La nota que  leí de casualidad en la revista Selecciones me devolvió a mi hija porque  permitió que podamos hacer todo para salvarle la vida porque se detectó  relativamente a tiempo, pero si desde el Estado se fomentaran los controles  obligatorios para la enfermedad, mi nena ni ningún otro chico pasaría por todos  esos momentos difíciles”, sostiene Patricia. 
“Sería de mucho valor que se  sancionen leyes que dispongan la realización de prácticas médicas gratuitas  destinadas a la detección precoz del retinoblastoma en los recién nacidos y en  los niños de hasta 2 años de edad, por ser éste el lapso donde la enfermedad  generalmente se manifiesta”, señala la mamá de María Victoria. El estudio  necesario para la detección es la exploración por fondo de ojo bajo dilatación  pupilar y sólo en el caso de duda, se le agrega ultrasonido ocular, tomografías  o resonancias.
“Ojalá los legisladores provinciales y nacionales tomen  conciencia sobre el tema y permitan que la enfermedad pueda ser detectada a  tiempo, salvando la vida y la visión de muchos chicos”, concluyó la mamá de  Vicky. 
Fuente: http://www.el-litoral.com.ar/leer_noticia.asp?IdNoticia=167127
 

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