miércoles, 13 de julio de 2011

UNA MUJER POSITIVA ANTE LOS DESAFIOS DE LA VIDA...

UNA NOTA QUE LE REALIZARON A MARIA JOSE...

NO SE SI LA RECUERDAN QUIENES SON ASIDUOS AL BLOG, ACA LES DEJO EL LINK DE UNA NOTA QUE PUBLIQUE HACE UN TIEMPO: http://prevenirlaceguera.blogspot.com/2010/05/con-pasion-se-puede-lograrlo-ella-tiene.html

ESTA NOTICIA SALIO HACE UNOS DIAS EN EL DIARIO DE LA REPUBLICA Y QUISE COMPARTIRLA CON USTEDES, PARA QUIENES NO LA CONOCEN...

Atleta, psicóloga y profesora de música: la ceguera no impidió que María José Macharelli dejara de correr, estudiar y trabajar.


Percibir la belleza de la vida a través de la brisa que sopla al correr. Estar alerta a diferentes sonidos. Descubrir el mundo a través de los más ricos sabores. Apreciar los perfumes de la naturaleza es mantener una actitud positiva ante todo. María José Macharelli es un corazón que siente, que vibra, que aprende y enseña. No necesita de sus ojos para darse cuenta de las cosas buenas.
Su fuerza de voluntad la empuja todos los días a superarse, a buscar desafíos y afrontarlos como cada uno de nosotros. “La ceguera fue la crisis más importante en mi vida. Fui perdiendo la visión de manera paulatina y fui asumiéndolo de a poco. Cuando uno se enferma, en principio, trata de cambiar esa realidad, yo me di cuenta que debía aceptarlo. Se me iba la vida y los recursos económicos tratando de maquillar lo inevitable”, contó María José.
Con la mochila de su afección ocular (retinosis pigmentaria), decidida a estudiar psicología armó sus valijas de coraje y optimismo, dejó Pellegrini su ciudad natal ubicada en la provincia de Buenos Aires y llegó a San Luis hace 18 años, conoció a Javier Berselli, su actual esposo y tuvo dos hijos: Lucía y Pablo.
“Con mi familia tratamos de ser un gran equipo. Somos una sociedad en la que hay amor y respeto. Los cuatro solucionamos un problema, dentro del rol que ocupa cada uno”, dijo María José.
Imagen: foto de Maria José
Al poco tiempo descubrió que practicar atletismo le permitiría volar. Se convirtió en la única maratonista ciega del país en la tradicional carrera “A pampa traviesa” que se realiza todos los años en La Pampa.
“Correr me genera mucho placer, me siento libre, plenamente feliz. Me olvido de todos los problemas. Utilizo esta actividad como una terapia porque trabajo mucho. Siempre me reservo un momento en el día para equilibrar la carga y presión diaria. Esto me permite recargar las pilas. Si yo puedo estar en este lugar, que no es fácil, todos pueden. Hay que tener una gran capacidad para afrontar situaciones difíciles.
Creo que todos la tienen y quiero transmitir ese mensaje: se puede”, afirmó Macharelli.
Todas las mañanas se prepara, al compás del ritmo cotidiano, para dar clases de música en la escuela “Pancha Hernández” y cuando cae el sol vuelve a su primer amor: la psicología. Atiende su consultorio ubicado en el barrio El Hornero, entre las calles Salvador Segado y Perito Moreno.
“Estudiar me costó y me cuesta más que al resto, eso es innegable, no en cuanto a la captación del conocimiento, sino para estudiar ya que necesito otro tipo de soportes. Tiene que haber alguien que me lea. Es por esto que mi tesis estuvo orientada a la atención de familia y chicos con discapacidad. Me di cuenta de que no hay muchos psicólogos especialistas en discapacidad, creo que es porque es un trabajo muy lento, que da muchísimas satisfacciones pero por ahí no es muy remunerativo. Pero particularmente me gusta mucho trabajar con chicos con discapacidad”, dijo.
Actitud positiva
Al darse cuenta de que la mayoría de las personas nos fijamos en las imposibilidades o en las cosas que nos cuestan, en lugar de reafirmar y mejorar las capacidades, es que la psicóloga decidió ayudar a los demás a percibir que hay cosas buenas y destacables dentro de cada uno. No todo es malo o negativo.
“El objetivo de la psicología positiva es tratar de potenciar todos los sentimientos, las habilidades y las emociones, lo que sea positivo en el ser humano”, afirmó y agregó: “Por ejemplo cuando le entregan la libreta a uno de nuestros hijos recalcamos las materias bajas, en las que debe mejorar y no se refuerza la cantidad de materias en las que salió bien. Mirar lo positivo nos va a permitir tener una visión más amplia de las cosas y hasta mejorar aquéllas en las que quizá debería esforzarse más”.
“Hace tiempo me estoy especializando en psicología positiva, una rama de la disciplina que está en auge desde hace algunos años, aproximadamente desde que apareció el famoso libro de Daniel Goleman “Inteligencia emocional” en 1995. Pienso que es un tema con el que se puede ayudar a mucha gente en general”, explicó.
El objetivo de la psicología positiva es mejorar la calidad de vida. “Me gustaría que la gente se acerque a participar de una serie de encuentros que vamos a dictar para que puedan empezar a establecer prevención en psicología. Considero que comúnmente los talleres siempre estuvieron muy ligados a establecimientos académicos con vocabulario muy técnico. A lo que apuntamos con esta actividad es a que las personas que sufren de estrés o viven con altos niveles de ansiedad o angustia, y les cuesta ir al psicólogo, puedan acercarse a compartir su experiencia y les sirva como una herramienta para afrontar esas situaciones”, explicó la psicóloga.
La propuesta de María José Macharelli consiste en utilizar esta nueva rama de la psicología para establecer una línea imaginaria que separe la salud con la enfermedad y trabajar desde esa línea para arriba.
“La psicología positiva posee una base científica muy nueva, su aplicación no tiene más de diez años y surge a partir del estudio a personas sanas y exitosas que sufren de estrés, agotamiento físico y angustia. No necesariamente las personas que tienen coeficiente intelectual (CI) alto o un elevado índice de inteligencia racional son exitosas. Por ejemplo hay empresas en las que toman personal y poseen excelentes valores de CI pero terminan despidiéndolos porque no logran adaptarse al trabajo en equipo, establecer buenos vínculos entre compañeros o presentan enormes dificultades para manejar sus emociones. Lo que yo propongo son herramientas que puedan servir para lograr una mejor adaptación al clima laboral o al manejo de las emociones”, detalló Macharelli.
El interés por este nuevo rumbo que toma la psicología es lograr el aporte de nuevos conocimientos acerca de la psique humana no sólo para ayudar a resolver los problemas de salud mental que adolecen a los individuos, sino también para alcanzar mejor calidad de vida y bienestar, todo ello sin apartarse nunca de la más rigurosa metodología científica propia de toda ciencia de la salud.
“Cuando una persona llega al consultorio triste, presenta un cuadro de depresión o una crisis de angustia, tradicionalmente el psicólogo tiende a trabajar sobre la tristeza. ¿Por qué no invertir esa situación? Tratando de que su alegría se potencie, crezca y se fortalezca”, propuso María José.
Según la psicóloga existen 24 fortalezas que hay identificar, desarrollarlas, potenciarlas y en función de ellas será el desarrollo personal y profesional.
Enojo y perdón
Como punto de partida en el dictado de los talleres la psicóloga propone dos aspectos importantes para trabajar en la personalidad de las personas: el perdón y el enojo.
“Todos nos enojamos y cuando lo hacemos hay que tomarse dos segundos para detenernos y preguntarnos: ¿me enojo con la persona correcta? ¿De la forma correcta? ¿En el momento adecuado? ¿Con la intensidad que corresponde? Hacerlo conlleva un enorme esfuerzo”, dijo Macharelli.
Personas enojadas hay en todos lados. En las calles uno puede notar el enojo de muchas personas. Por ejemplo en los estacionamientos, en la cola de los bancos o en el supermercado. Hay que armarse de una gran paciencia.
“La forma de reaccionar es lo que debemos controlar y hay herramientas para aprender a manejar esas emociones que llevan al enojo, que provocan ira y después conducen hacia la violencia física. La mayoría del tiempo actuamos y después pensamos, cuando ya está hecha la acción y nos damos cuenta tarde.
A veces, en el mejor de los casos, uno se da cuenta de que hace mal en enojarse. Existen personas que se enojan tanto que autorrefuerza ese enojo”.
En cuanto al concepto del perdón, la psicóloga plantea que es muy común sentirse perdido.
“Cuando uno perdona cree que le hace un bien al otro, que le está regalando algo al otro, o está beneficiándolo y no es así. En realidad nos estamos aliviando nosotros mismos, es un regalo para nosotros. Perdonar es difícil, lleva mucho trabajo, pero es posible”, aconsejó María José.
Cuando alguien hace algo que nos duele nos sentimos enojados. Pero esa persona no es la mala sino que está equivocada, o cometió un acto poco afortunado, un acto negativo o inconveniente. Eso es lo que hay que perdonar.
“La psicología positiva trabaja en el manejo de las emociones para poder alcanzar un objetivo: la felicidad plena. Generalmente la gente confunde felicidad con placer o alegría, no son los mismos conceptos pero de eso podemos hablar en otros talleres”.
Inteligencia emocional
Cuando la psicóloga habla de inteligencia emocional se refiere a la capacidad que tenemos de sentir y vincularnos con los demás comprendiendo lo que le pasa al otro.
“Todos tenemos la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para trabajar en ellos. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su célebre libro: 'Emotional Intelligence”.
En su escrito el autor postula que la inteligencia emocional se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.
Un excelente compañero
“María José tiene sus limitaciones visuales, pero nosotros los que vemos también las tenemos en otras cosas. Para mí ella representa lo que yo no tengo: la cantidad de amigos, la fuerza, la habilidad social, ella lo único que no tiene es la visión. Yo mismo no terminé el profesorado de computación, me quedan tres materias”, relató el esposo de Macharelli, Javier Berselli, quien durante la entrevista con Tu Espacio estuvo al lado de la psicóloga, atleta y profesora de música. Como lo hace desde hace diecisiete años: con amor, paciencia y entrega.
“A mi esposa le hago de secretario. Realizo los trámites de la mutual, porque justamente lo visual es el punto débil de ella. Todo lo que sea escribir u observar ella no puede hacerlo”, dijo Javier.
Berselli no sólo acompaña a María José en la mayoría de sus actividades, sino que además comparte sus lecturas y su pasión: la psicología.
“Me enganché bastante con esto de la psicología positiva. Leo muchísimo, a veces ella se va a correr sola (risas). Desde mi punto de vista creo que la parte de la psicología que trabaja a personas sanas está siendo tratada por gente que no es psicólogo. Por ejemplo los couching, las terapias alternativas y algunas pseudociencias, son realizadas por gente que no es profesional. Estas aéreas corresponden a la psicología, pero tradicionalmente a esta rama se la ha dejado de lado. Es muy bueno que de ahora en más se realicen talleres para ayudar a que la personas sanas mejoren su calidad de vida”, concluyó.

¿Qué es la retinósis pigmentaria?
“Quiero que mi experiencia de vida le sirva a los demás. Mi padre es quien me transmitió la enfermedad… cuando se enteró que era portador sano lo vi llorar por primera vez en mi vida”, dijo María José Macharelli.
La retinosis pigmentaria se basa en la degeneración de la retina del ojo, produce una grave disminución de
la capacidad visual que en muchos casos conduce a la ceguera. No todos los casos de enfermedades en la retina son iguales, ni conducen a la misma pérdida de la visión.
Actualmente no existe ningún tratamiento disponible para curar esta afección ocular, y mucho menos detener su progreso. Es el resultado de “instrucciones incorrectas” enviadas desde genes heredados. Las líneas de investigación actuales han identificado, en muchos casos, esos genes y se espera que en un futuro se pueda
contrarrestar su mal funcionamiento.
“A fines de 4º año de la secundaria, todavía podía ver. Me operaron en Cuba y mejoré. Pero ves un tiempo y después perdés todo de nuevo. Avanza, hagas lo que hagas; es como si quisieras curar a las personas que tienen síndrome de Down: es genético”.

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