jueves, 25 de agosto de 2011

LAS PERSONAS SORDOCIEGAS...

Algunas técnicas de guía vidente, para proporcionar a los acompañantes de las personas sordociegas el modo más seguro de transmitir en los desplazamientos la información del entorno.

La comunicación con los sordociegos durante los desplazamientos como guía vidente altera tanto la adaptación de los sistemas que normalmente se hace, como las técnicas de guía de una persona ciega; por ello, dedicamos una parte del capítulo a las modificaciones que se deberán realizar en ambos casos y a las normas que se deben cumplir en situaciones de riesgo.

Los programas de rehabilitación.
 Cuando las personas que oyen y ven piensan en los sordociegos e intentan imaginarse cómo se pueden desplazar, piensan que es imposible que lo hagan de manera independiente. La disminución o falta completa de la visión y la audición, que son los dos sentidos que permiten a la persona conocer a distancia próxima y lejana lo que ocurre en el entorno en el que se encuentran, sumado a la idea de no poder pedir ayuda en una comunicación de doble vía, hace pensar a algunos de los afectados, familiares y público en general, que caminar solos es un peligro para sus vidas.

La realidad es que, teniendo en cuenta la heterogeneidad de la población sordociega, no se puede afirmar de manera general que las personas sordociegas no pueden caminar solas. Hay algunas que padecen una pérdida auditiva y visual en mayor o menor grado que se desplazan de forma independiente a distintos lugares, incluyendo aquellos a los que llegan en transporte público. Otras personas lo hacen únicamente en recorridos conocidos y habituales, o en condiciones de iluminación óptimas para su deficiencia visual, y para otros itinerarios prefieren ir acompañados de una persona que ve. Por último, hay sordociegos que no salen a la calle si no van acompañados. Esta variación en el nivel de independencia en los desplazamientos de cada persona se debe a distintos factores, como: el grado de pérdida sensorial; si las deficiencias son congénitas o adquiridas y si su aparición se produce de forma progresiva o repentina; el grado de motivación y el de su necesidad para caminar; si ha recibido o no un entrenamiento en rehabilitación, y el grado de habilidad que posea para comunicarse en la calle con personas que utilizan un sistema distinto al suyo. La sociedad actual concibe al individuo como un ser que debe desarrollarse en sus distintos ámbitos y valerse por sí mismo.

Este deseo de independencia que impregna a todas las personas es compartido por los sordociegos y sus familiares (aunque se acompañe de otras emociones, como temor, etc.). La ONCE, a través de la prestación de servicios sociales que realiza proporciona los profesionales y servicios necesarios para favorecer una rehabilitación integral de lossordociegos.
Las áreas de atención para mejorar el nivel de autonomía personal, dependiendo de la valoración de las necesidades, la situación inicial y los intereses del niño o adulto sordociego, se detallan en los apartados siguientes. Optimización del resto visual: Estimulación visual, entrenamiento en ayudas para baja visión y entrenamiento en habilidades visuales, los programas de habilitación o rehabilitación en Orientación y
Movilidad (OyM). Según sea el grado de conocimiento y experiencia en la materia de cada persona sordociega, consisten en una sucesión de enseñanzas dirigidas a capacitarla para desplazarse de forma independiente, orientada y segura, en entornos complejos.

Adiestramiento sensorio-motor y desarrollo conceptual. El contenido se centra en asegurarse inicialmente de que la persona tine o adquiere unas destrezas de carácter perceptivo, motor y cognitivo previas a la enseñanza de las habilidades de OyM.

• Desarrollo perceptivo: Mejora de la habilidad en el uso del resto visual y auditivo si lo posee; entrenamiento en la percepción háptico-táctil (reconocer estímulos de temperatura, presión, reconocimiento de los objetos, cualidades y características mediante el tacto directo o de elementos intermedios entre la mano o pie y el objeto, como un bastón o el zapato); entrenamiento en la percepción olfativa, gustativa, cinestésica (comprensión de los movimientos realizados, postura corporal, forma de caminar, giros realizados, etc.).

• Desarrollo psicomotor: Mejora de los movimientos relacionados con los músculos largos del cuerpo, para caminar de manera coordinada, mantener la línea recta, realizar giros corporales de forma consciente, etc. Es un área fundamental en la rehabilitación de los sordociegos totales. Mejora de la motricidad fina, para adquirir unas destrezas necesarias para el uso de auxiliares a la movilidad, ayudas ópticas, reconocimiento de objetos, etc.

• Desarrollo psicomotor: Mejora de los movimientos relacionados con los músculos largos del cuerpo, para caminar de manera coordinada, mantener la línea recta, realizar giros corporales de forma consciente, etc. Es un área fundamental en la rehabilitación de las personas sordociegas totales. Mejora de la motricidad fina, para adquirir unas destrezas necesarias para el uso de auxiliares a la movilidad, ayudas ópticas, reconocimiento de objetos, etc.

• Desarrollo conceptual: Adquisición de conceptos corporales, espacio-temporales, ambientales, etc. Orientación. En el caso de las personas sordociegas, se definiría como el proceso de utilización de los sentidos que una persona con deficiencia auditiva y visual realiza para establecer la propia posición en el espacio y las relaciones con los objetos de su entorno. Los técnicos de rehabilitación entrenan al sordociego facilitando e análisis y la comprensión conceptual del ambiente, mediante la organización mental de las relaciones espaciales. Los 3 principios de la orientación son: ¿dónde estoy?, que requiere que la persona conozca dónde se encuentra en el espacio; ¿dónde voy?, es decir, dónde se encuentra situado el objetivo en el espacio; y, ¿cómo llegar hasta él?, lo que supone plantearse qué debe hacer exactamente para llegar desde el lugar donde se encuentra hasta el objetivo. Para responder a esas preguntas, se sigue un proceso cognitivo de 5 etapas: Percepción o proceso de asimilación de datos del entorno mediante los diferentes sentidos (incluidos el de la audición y visión si los hubiera). Análisis o proceso de organizar los datos percibidos en categorías. Selección, el proceso de elegir el dato analizado que mejor sirva a las necesidades de orientación en su situación en ese entorno. Plan, el proceso de elaborar una línea de acción basada en los datos sensoriales elegidos. Ejecución, el proceso de realización de la línea de acción planificada.

Con sordociegos totales, es mayor el esfuerzo que deben realizar de anticipar cognitivamente el espacio. Para que se desplacen de manera independiente necesitan conocer muy bien el entorno por donde van a caminar, para tener una imagen mental del espacio. La persona, en su desplazamiento, confirma que va por el lugar planteado al comprobar que su recorrido coincide con su imagen mental, a través de los estímulos cinestésicos (pendientes de las calles, estimación de la distancia recorrida y distancia entre objetos, giros realizados), la percepción háptico-táctil del entorno (texturas del suelo y la pared, forma y volumen de los objetos que localiza con el bastón, bordillos, etc.) y los estímulos olfativos. Si el sordociego tiene resto auditivo o visual, aumentará la información que recibe del entorno y podrá realizar más itinerarios.

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