jueves, 6 de octubre de 2011

HABLAR DEL GLAUCOMA...

El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico del ojo.

El nervio óptico se conecta a la retina (la capa de tejido sensible a la luz que recubre la parte posterior del ojo), y está formado por muchas fibras nerviosas, como un cable eléctrico que se compone de muchos cables. El nervio óptico envía señales desde la retina al cerebro, donde estas señales se interpretan como las imágenes que vemos.

En un ojo sano, un líquido claro llamado humor acuoso circula dentro de la parte frontal del ojo. Para mantener una presión constante y normal en el ojo, éste produce continuamente una pequeña cantidad de humor acuoso, mientras que una cantidad igual del líquido sale del ojo. Si usted tiene glaucoma, el humor acuoso no fluye hacia afuera del ojo correctamente. La presión del líquido que queda en el ojo aumenta y, con el tiempo, causa daños a las fibras del nervio óptico.

El glaucoma puede causar ceguera si no es tratado. Sólo una mitad de los tres millones de estadounidenses que se estima tienen glaucoma, son conscientes de que tienen la condición. Generalmente, cuando el glaucoma se desarrolla no presenta ningún síntoma temprano y la enfermedad progresa lentamente. De esta manera, el glaucoma puede robarle su vista gradualmente.

Afortunadamente, una detección temprana y su tratamiento del glaucoma (bien sea con gotas para los ojos, una cirugía de glaucoma o ambas) pueden ayudar a preservar su visión.
Hay varios tipos de glaucoma:

Glaucoma de ángulo abierto.

Glaucoma de tensión normal.

Glaucoma de ángulo cerrado (también conocido como glaucoma de ángulo estrecho

Glaucoma congénito

Glaucoma secundario
Glaucoma de ángulo abierto
La forma más común de glaucoma se llama glaucoma primario de ángulo abierto. Se produce cuando la red trabecular del ojo gradualmente se vuelve menos eficiente en drenar líquido. A medida que esto sucede, la presión del ojo, llamada presión intraocular (PIO), se eleva. El aumento de la presión del ojo produce daños al nervio óptico, los cuáles pueden ocurrir con diferentes presiones intraoculares en distintos pacientes. Su oftalmólogo (Doctor de los Ojos) establece la presión ideal que el ojo debe tener para prevenir un daño adicional al nervio óptico. Cada paciente tiene una presión ideal diferente.

Por lo general, el glaucoma de ángulo abierto no tiene síntomas en sus primeras etapas y la visión se mantiene normal. A medida que el daño al nervio óptico es mayor, unas manchas negras comienzan a aparecer en el campo de visión. Usualmente, estas manchas no se notan hasta que son grandes, cuando hay un daño significativo en el nervio óptico. Si todas las fibras del nervio óptico mueren, se produce ceguera.

La mitad de los pacientes con glaucoma no tienen una presión ocular alta cuando son examinados por primera vez. Por eso es esencial que el nervio óptico sea examinado por un oftalmólogo para tener un diagnóstico adecuado.

Glaucoma de tensión normal
La presión del ojo se mide en milímetros de mercurio (mm Hg), la misma unidad de medida utilizada por los barómetros que miden condiciones climáticas.

A pesar de que una presión ocular se considera normal cuando mide menos de 21 mm Hg, esto puede ser engañoso. Algunas personas tienen un glaucoma de tensión normal, o glaucoma de baja tensión. La presión del ojo es siempre inferior a 21 mm Hg, pero un daño al nervio óptico y una pérdida del campo visual todavía pueden ocurrir. Las personas con glaucoma de tensión normal suelen recibir los mismos métodos de tratamiento utilizados para el glaucoma de ángulo abierto.

En forma contraria, una hipertensión ocular es una condición por la cuál alguien tiene una mayor presión en el ojo que lo normal, pero no tiene otras señales de glaucoma, como daño del nervio óptico o espacios en blanco que aparecen en la visión periférica (lateral) cuando se hace un examen de visión. Una persona con hipertensión ocular se considera como "sospechoso de glaucoma", ya que puede estar en riesgo de desarrollar glaucoma en el futuro. Al igual que las personas con glaucoma, las personas con hipertensión ocular deben ser evaluadas de cerca por un oftalmólogo para asegurarse de que reciban el tratamiento adecuado.

Glaucoma de ángulo cerrado (también conocido como glaucoma de ángulo estrecho)

El glaucoma de ángulo cerrado (o de ángulo estrecho) es una forma menos común de glaucoma. El glaucoma de ángulo cerrado ocurre cuando el ángulo de drenaje de los ojos se bloquea. A diferencia del glaucoma de ángulo abierto, la presión intraocular sube muy rápido. La presión aumenta cuando el iris (la parte coloreada del ojo) bloquea el ángulo de drenaje parcial o totalmente. Las personas de origen asiático y aquellos con hipermetropía (visión de lejos) tienden a estar en mayor riesgo de desarrollar este tipo de glaucoma.

Si el ángulo de drenaje se bloquea totalmente, la presión del ojo aumenta rápidamente produciendo un ataque de glaucoma de ángulo cerrado. Los síntomas de un ataque incluyen:

Dolor severo en los ojos o la frente;

Enrojecimiento del ojo;

Disminución de la visión, o visión borrosa;

Visión de arco irises o halos;

Dolor de cabeza;

Náusea;

Vómito.

Un ataque de glaucoma de ángulo cerrado es una emergencia médica y debe ser tratado inmediatamente. Desafortunadamente, las personas en riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado a menudo tienen pocos o ningún síntoma antes de un ataque.

Un ataque de glaucoma de ángulo cerrado es una emergencia médica y debe ser tratado inmediatamente. Desafortunadamente, las personas en riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado a menudo tienen pocos o ningún síntoma antes de un ataque.

Glaucoma congénito

El glaucoma congénito es un tipo raro de glaucoma que se desarrolla en bebés y niños pequeños y puede ser hereditario.

Glaucoma secundario

El glaucoma secundario se deriva de otra condición o enfermedad del ojo. Por ejemplo, una lesión en el ojo, haber tenido una terapia con esteroides a largo plazo, o un tumor pueden causar un glaucoma secundario.Las causas del glaucoma incluyen una presión ocular elevada (llamada presión intraocular o PIO) debido a la incapacidad del ojo de drenar líquido de manera eficiente.

Un líquido claro llamado humor acuoso circula dentro de la parte de delantera de los ojos. Para mantener una presión constante en un ojo sano, el ojo produce continuamente una pequeña cantidad de humor acuoso, mientras que la misma cantidad de este líquido sale del ojo. El líquido fluye a través de un drenaje muy pequeño llamado red trabecular, una compleja red de células y tejidos en un área llamada ángulo de drenaje.



Imagen: Si el ángulo de drenaje se bloquea, el exceso de líquido no puede salir del ojo, causando que la presión del fluido aumente.


Cuando se tiene glaucoma, el humor acuoso no fluye a través de la red trabecular correctamente. Si el ángulo de drenaje se vuelve menos eficiente en drenar el líquido, como en un  glaucoma de ángulo abierto común, el exceso de líquido no puede salir del ojo correctamente, haciendo que la presión intraocular (PIO) aumente. Con el tiempo, una PIO elevada causa daños a las fibras nerviosas. Si el ángulo de drenaje se bloquea totalmente, la presión del ojo se eleva rápidamente, resultando en un ataque de glaucoma de ángulo cerrado o estrecho,  el cual conlleva dolor en los ojos y la frente, náusea y vómito. Un ataque de glaucoma de ángulo cerrado es una emergencia médica y debe ser tratado inmediatamente.

En algunos casos, el daño al nervio óptico entre diferentes pacientes puede suceder con un nivel de presión del ojo diferente. Su oftalmólogo (Doctor de los Ojos) establece la presión ideal que el ojo debe tener para prevenir un daño adicional al nervio óptico. Cada paciente tiene una presión ideal diferente.

Algunas personas tienen un glaucoma de  tensión normal,  o glaucoma de baja tensión. La presión del ojo es siempre inferior a 21 mm Hg, pero un daño al nervio óptico y una pérdida del campo visual todavía pueden ocurrir.

El glaucoma congénito es un tipo raro de glaucoma que se desarrolla en bebés y niños pequeños. Puede ser hereditario, y ocurre cuando el sistema de drenaje del ojo no se desarrolla completa o correctamente antes del nacimiento.

Con frecuencia, el glaucoma puede ser causado por otras afecciones o enfermedades oculares. Esta condición se conoce como glaucoma secundario. Por ejemplo, alguien que tiene un tumor, o personas que se han sometido a una terapia de esteroides por un largo período de tiempo, pueden desarrollar un glaucoma secundario. Otras causas de glaucoma secundario incluyen:

Lesiones en el ojo;

Inflamación de los ojos;

Formación de vasos sanguíneos anormales debido a una diabetes o a una obstrucción de los vasos sanguíneos retinianos;

Uso de medicamentos con esteroides (pastillas, gotas, aerosoles);

Una dispersión de la pigmentación del iris (la parte coloreada del ojo) en pequeños fragmentos o gránulos, pueden circular en el humor acuoso (el líquido dentro de la parte frontal del ojo), y bloquear la red trabecular, el pequeño sistema de drenaje del humor acuoso.

Si usted sido ha diagnosticado con glaucoma por su Doctor de los Ojos, su médico le hablará acerca de posibles opciones de tratamiento del glaucoma, como gotas del glaucoma, como gotas para glaucoma y/o cirugía de glaucoma. 

Sólo la mitad de las personas que tienen glaucoma son conscientes de que tienen la condición. Cuando el glaucoma se desarrolla, por lo general no presenta síntomas tempranos. Es por esto que el glaucoma puede "robarle" su vista de manera gradual.

Síntomas del glaucoma

En sus primeras etapas, el glaucoma de ángulo abierto no presenta síntomas obvios. A medida que la enfermedad progresa produce más daño, se desarrollan puntos ciegos en la visión periférica (lateral). Estos puntos pueden pasar desapercibidos hasta que el nervio óptico haya tenido graves daños, o hasta que sea detectado por un oftalmólogo durante un examen completo de los ojos.

 Personas en riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado (también llamado glaucoma de ángulo estrecho) ,el cuál hace que el ángulo de drenaje del ojo se bloquee, por lo general no presentan síntomas antes de un ataque, aunque algunos síntomas iniciales pueden incluir visión borrosa, halos, dolor de cabeza o dolor ocular leve. Un ataque de glaucoma de ángulo cerrado incluye los siguientes síntomas:

Dolor severo en los ojos o la frente;

Enrojecimiento del ojo;

Disminución de la visión, o visión borrosa;

Visión de arco irises o halos;

Dolor de cabeza;

Náusea;

Vómito.

Las personas con "glaucoma de tensión normal" pueden tener su presión ocular dentro de rangos normales, pero presentan señales y síntomas de glaucoma, tales como puntos ciegos en su campo de visión y daño al nervio óptico.

Algunas personas pueden no presentar síntomas de glaucoma, pero pueden tener una presión ocular más alta de lo normal (llamada hipertensión ocular). Estos pacientes son considerados como "sospechosos de glaucoma", y deben ser evaluados cuidadosamente por un oftalmólogo.

Los factores de riesgo de desarrollar glaucoma incluyen:

Edad;

Antecedentes familiares de glaucoma;

Ascendencia africana o hispana;

Hipermetropía o miopía;

Presión ocular elevada;

Lesión anterior en el ojo;

Tener una córnea central delgada (la parte transparente en frente del ojo que cubre la pupila y el iris);

No hacerse exámenes de la vista cuando son recomendados;

Presión arterial baja;

Condiciones que afecten el flujo sanguíneo, como las migrañas, la diabetes y una presión arterial baja.

Personas de origen asiático y aquellos con hipermetropía (visión de lejos) tienden a tener un mayor riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado (también conocido como glaucoma de ángulo estrecho).

Si usted ha sido diagnosticado con glaucoma por su Doctor de los Ojos, su médico le hablará acerca de posibles opciones de tratamiento de glaucoma, como gotas para glaucoma y/o cirugía de glaucoma.

Exámenes de glaucoma

Su oftalmólogo le hará los siguientes exámenes durante una evaluación exhaustiva de glaucoma:

Medición de la presión del ojo (tonometría)
El médico mide la presión ocular mediante una tonometría (ver foto arriba). El examen de la presión del ojo es una parte importante de la evaluación de glaucoma. Una lectura de presión alta es a menudo el primer signo de que usted tiene glaucoma. Durante esta prueba, su ojo es insensibilizado con gotas para los ojos. Su médico usa un instrumento llamado tonómetro para medir la presión ocular. El instrumento mide cómo la córnea resiste la presión.

Por lo general, la presión normal del ojo oscila entre 10 y 21 mm Hg. No obstante, personas con un glaucoma de tensión normal puede tener daños en su nervio óptico y pérdida del campo visual, a pesar de que su presión ocular continúe siendo sistemáticamente inferior a 21 mmHg.

Inspección del ángulo de drenaje del ojo (gonioscopía)
Una gonioscopía le permite a su oftalmólogo obtener un panorama claro del ángulo de drenaje para determinar el tipo de glaucoma que
 pueda tener. Su oftalmólogo no puede ver el ángulo de drenaje del ojo mirando a la parte frontal del ojo. Sin embargo, mediante el uso de un lente con espejo, puede examinar el ángulo de drenaje y determinar si usted tiene glaucoma de ángulo abierto (en el cuál el ángulo de drenaje no está funcionando eficazmente), glaucoma de ángulo cerrado (en el cuál el ángulo de drenaje está por lo menos parcialmente bloqueado), o un ángulo estrecho (peligrosamente estrecho, en el cuál el iris está tan cerca de drenaje del ojo, que puede bloquearse).

Inspección del nervio óptico (oftalmoscopia)
Su oftalmólogo examina el nervio óptico con un oftalmoscopio para detectar señales de daños; éste es un instrumento que muestra el interior del ojo aumentado. Sus pupilas son dilatadas (ensanchadas) con gotas oftálmicas para permitir a su médico una mejor visión del nervio óptico.

Un nervio óptico normal se compone de más de un millón de fibras nerviosas pequeñas. El glaucoma daña el nervio óptico, causando la muerte de algunas de estas fibras nerviosas y como resultado, la apariencia del nervio óptico cambia. Esto se conoce como ventosas. A medida que aumentan las ventosas, manchas negras comienzan a desarrollarse en el campo de visión.

Prueba de visión lateral o periférica (prueba de campo visual)
Este es un examen del campo visual para buscar puntos ciegos en su visión. Los resultados de la prueba demuestran a su oftalmólogo si hay puntos ciegos y dónde aparecen, incluyendo puntos que usted ni siquiera haya notado.

La prueba se realiza con un instrumento en forma de tazón llamado perímetro. Durante el examen, un parche se coloca temporalmente en uno de sus ojos de manera que sólo un ojo se pone a prueba a la vez. El paciente estará sentado y se le pedirá que mire al frente hacia un punto determinado. Puntos de luz al azar aparecen repentinamente, relampagueando alrededor del perímetro y el paciente debe presionar un botón cada vez que la luz relampaguea. Las pruebas de campo visual se realizan generalmente cada 6 a 12 meses para monitorear cambios.

Medición del grosor de la córnea, la ventana transparente en la parte delantera del ojo (paquimetría)
Debido a que el espesor de la córnea puede afectar las lecturas de la presión ocular, una paquimetría se utiliza para medir el espesor de la córnea. Una sonda llamada paquímetro se coloca suavemente sobre la córnea para medir su espesor.

Una detección y tratamiento precoz pueden proteger su visión

Personas de cualquier edad con síntomas de glaucoma o con factores de riesgo de desarrollar glaucoma tales como pacientes con diabetes, antecedentes familiares de glaucoma, o de ascendencia africana, deben consultar a un oftalmólogo para un examen. Su oftalmólogo le hará saber con qué frecuencia debe regresar para exámenes de seguimiento.

Adultos sin síntomas o factores de riesgo de desarrollar una enfermedad de los ojos deben someterse a una vista completa de la enfermedad a los 40 años, cuando los primeros signos de la enfermedad y cambios en la visión pueden comenzar a suceder. Basado en los resultados de la evaluación inicial, su oftalmólogo le hará saber con qué frecuencia debe regresar para exámenes de seguimiento.

Adultos mayores de 65 años deben hacerse un examen ocular cada uno o dos años, o según lo recomendado por su oftalmólogo.

Medicamentos para el glaucoma

Gotas medicinales son la forma más común para tratar el glaucoma. Estos medicamentos reducen la presión del ojo de dos maneras: 1. disminuyendo la producción de humor acuoso; o 2. mejorando el flujo a través del ángulo de drenaje.

El colirio debe aplicarse todos los días. Al igual que cualquier otro medicamento, es importante que se apliquen las gotas para los ojos con regularidad, según lo prescrito por su oftalmólogo.

Nunca cambie ni deje de tomar sus medicamentos sin consultar a su médico. Si el medicamento se está agotando, pregunte a su médico si debe ser ordenado de nuevo.

Si usted sufre de glaucoma, es importante decir a su oftalmólogo su historia médica y las medicinas que toma actualmente. Lleve una lista de sus medicamentos con usted a su cita para los ojos. También informe a su médico de atención primaria y a otros médicos que esté consultando sobre los medicamentos que está tomando para el glaucoma.

Cirugía de glaucoma

La cirugía se recomienda a algunos pacientes con glaucoma. Una cirugía de glaucoma mejora el flujo de líquido hacia afuera del ojo, lo que resulta en la presión baja del ojo.

Trabeculoplastia con láser
Una cirugía llamada trabeculoplastia con láser se usa a menudo para tratar el glaucoma de ángulo abierto.
 Hay dos tipos de cirugía: trabeculoplastia con láser de argón (TLA, o ALT por sus siglas en inglés) y trabeculoplastia selectiva con láser (TSL, o SLT por sus siglas en inlglés).

Durante una cirugía TLA, un rayo láser hace quemaduras pequeñas, espaciadas uniformemente en la red trabecular. El láser no crea nuevos agujeros de drenaje, sino estimula el drenaje para que funcione más eficientemente.

La cirugía TSL utiliza un láser con diferentes frecuencias, lo que permite trabajar a niveles muy bajos. Una TSL trata células específicas y deja los canales de drenaje que rodean el iris intactos. Una TSL puede ser una alternativa para aquellos que han sido tratados sin éxito durante una cirugía con láser tradicional o con gotas para bajar la presión.
Incluso si la trabeculoplastia con láser se realiza correctamente, la mayoría de los pacientes continúan tomando medicamentos para el glaucoma después de la cirugía. Para muchos, esta cirugía no es una solución permanente.

Aproximadamente la mitad de quienes reciben este tipo de cirugía desarrollan aumento de la presión del ojo de nuevo en un período de cinco años. Muchas personas que han tenido un éxito con una trabeculoplastia con láser repiten el tratamiento.

La trabeculoplastia con láser también puede ser utilizada como una primera línea de tratamiento para los pacientes que no están dispuestos o no pueden usar gotas para el glaucoma.

Iridotomía con láser
La iridotomía con láser se recomienda para el tratamiento de las personas con glaucoma de ángulo cerrado
y para quienes tienen un ángulo de drenaje muy estrecho. Durante ésta cirugía, un láser crea un pequeño agujero del tamaño de la cabeza de un alfiler a través de la parte superior del iris para mejorar el flujo del humor acuoso hacia el ángulo de drenaje. El agujero no queda a la vista ya que es cubierto por el párpado superior.

Iridectomía periférica
Cuando una iridotomía con láser no puede detener un ataque de glaucoma de ángulo cerrado, o por alguna otra razón no es posible ser realizada, una iridectomía periférica puede llevarse a cabo. La iridectomía periférica se realiza en una sala de operaciones. Durante la cirugía, una pequeña parte del iris es removida, permitiendo que el fluido tenga acceso de nuevo al ángulo de drenaje. Debido a que la mayoría de los casos de glaucoma de ángulo cerrado pueden ser tratados con medicamentos para glaucoma y la iridectomía con láser, una iridectomía periférica es raramente necesaria.

Imagen: Durante una trabeculectomía, una solapa es creada en la esclerótica (la parte blanca del ojo). Luego, una pequeña abertura se hace en el ojo para liberar fluido de éste.

Trabeculectomía
Durante una trabeculectomía, una pequeña tapa o solapa es hecha en la esclerótica (la capa exterior blanca del ojo). Una ampolla de filtración, o depósito, es creada debajo de la conjuntiva (la membrana delgada y transparente que cubre la parte blanca del ojo). Una vez creada, la ampolla parece un pequeño abultamiento en la parte blanca del ojo arriba del iris, generalmente cubierto por el párpado superior. El humor acuoso puede drenar de nuevo a través de la solapa hecha en la esclerótica y acumularse en la ampolla, donde el líquido es absorbido por los vasos sanguíneos alrededor de los ojos.

Durante la cirugía, la solapa escleral se cierra con puntos diminutos. Algunos de estos puntos pueden ser removidos después de la cirugía para aumentar el drenaje. Medicamentos para reducir las cicatrices son utilizados a menudo durante y después de la cirugía.

La presión del ojo está efectivamente controlada en tres de cada cuatro personas que tienen una trabeculectomía. Aunque regularmente las visitas de seguimiento con su médico siguen siendo necesarias, muchos pacientes no necesitan continuar usando gotas para los ojos. Si el nuevo canal de drenaje se cierra o demasiado líquido comienza a drenar del ojo, una cirugía adicional puede ser necesaria.

Cirugía de derivación acuoso
Si la trabeculectomía no se puede ser realizada, la cirugía de derivación acuosa es muy efectiva para reducir la presión ocular.

Una derivación acuosa es un pequeño tubo de plástico o una válvula conectada a un extremo de un depósito o embalse (una placa redondeada u ovalada). La derivación es un dispositivo de drenaje artificial que se implanta en el ojo a través de una pequeña incisión. La derivación cambia la dirección del humor acuoso a un área por debajo de la conjuntiva (la membrana delgada que cubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo). El líquido es absorbido por los vasos sanguíneos. Cuando el paciente ha sanado, el embalse no se ve fácilmente a no ser que se mire hacia abajo y se levante el párpado.

Cosas importantes para recordar sobre el glaucoma:
Hay varias maneras de tratar el glaucoma. Si bien algunas personas pueden experimentar los efectos secundarios de los medicamentos para el glaucoma o de una cirugía, el riesgo de los efectos secundarios siempre debe equilibrarse con el mayor riesgo que trae no tratar el glaucoma y de perder la visión.

Si usted sufre de glaucoma, la preservación de la visión requiere de un real trabajo en equipo entre usted y su médico. Su médico le puede prescribir un tratamiento, pero es importante hacer su parte, siguiendo su plan de tratamiento muy de cerca. Asegúrese de tomar sus medicamentos según lo prescrito y consulte a su oftalmólogo con regularidad.

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