¿Qué es el retinoblastoma?
El retinoblastoma es el tumor maligno intraocular más frecuente en la infancia y es el tercer tipo de cáncer más común que afecta a los niños, luego de la leucemia y los linfomas. El tumor puede localizarse en un ojo (unilateral) o en ambos ojos (bilateral).
Su frecuencia es de 1 entre 15.000 y 20.000  nacidos vivos. No existe en nuestro país estadísticas oficiales, pero en el  Servicio de Hemato-Oncología del Hospital de Pediatría “Prof. Dr. Juan P.  Garrahan” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de la Republica Argentina,  es la segunda neoplasia sólida en frecuencia luego de los tumores del  SNC. En Perú y algunas zonas de Brasil es el tumor más frecuente. En  Estados Unidos 250 a 350 nuevos casos son diagnosticados anualmente y el 90% de  los mismos son pacientes menores de 5 años.
En general se diagnostica en una edad promedio de  24 meses en los casos unilaterales y de 12 meses en los bilaterales. No se ha  demostrado prevalencia de sexo o raza ni tampoco mayor incidencia por el ojo  derecho o izquierdo.
El retinoblastoma no tratado siempre es  fatal; pero el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado es necesario para  salvar la vida y preservar la función visual.
El tratamiento del retinoblastoma dependerá de la  edad del paciente, si la enfermedad es unilateral o bilateral y del grado de  extensión tumoral. La enucleación (extirpación del ojo) es el tratamiento que  más frecuentemente se indica en el retinoblastoma debido al diagnóstico tardío  por la ausencia de síntomas; por ello, en la actualidad, se están incrementando  las estrategias para el diagnóstico precoz y la realización de  tratamientos conservadores.
Si el tumor se detecta precozmente, el  pronóstico de vida y de la visión es muy buena. El pronóstico visual y  de vida en los pacientes con retinoblastoma fue mejorando en las últimas  décadas: en los años 30 sobrevivían sólo el 30% de los pacientes, en los años 60  aumentó al 80% y actualmente con diagnóstico temprano y tratamiento adecuado la  sobrevida de los mismos es mayor del 90%.
¿Cuáles son los síntomas y las manifestaciones clínicas del retinoblastoma?
Las manifestaciones clínicas del retinoblastoma  variarán de acuerdo al estadio de la enfermedad. En ocasiones, el retinoblastoma  se descubre como un hallazgo durante la examinación de un bebé sano. Los  estadios iniciales no presentan síntomas.
Lo más frecuente es que los síntomas del  retinoblastoma son detectados inicialmente por los padres del niño.
El síntoma más frecuentemente observado es la  leucocoria: que es un brillo blanco en la pupila que  normalmente se ve negra (o roja en las fotos con flash). Generalmente es  detectada por los padres o familiares del paciente. La leucocoria es un signo  tardío y siempre implica un severo compromiso ocular. Sin embargo hay otras  patologías que pueden presentarse con un reflejo blanco en la pupila, la  leucocoria no siempre significa retinoblastoma. El oftalmólogo es el profesional  que realizará el diagnóstico correcto.
El estrabismo (desviación de uno  de los ojos) es el segundo síntoma en frecuencia que se observa, este es el  signo de presentación más frecuente en los niños con retinoblastoma bilateral en  el primer año de vida. Si el ojo del niño se desvía hacia afuera se denomina  exotropia o y si se desvía hacia dentro se denomina  esotropia.
También la inflamación  persistente de un ojo puede ser un síntoma.
Otras formas en que el retinoblastoma se puede  presentar son: con dolor, diminución de la visión, dilatación  pupilar o cambio  en el color del iris del ojo.
El diagnóstico precoz se obtiene realizando la  oftalmoscopía binocular indirecta, bajo dilatación pupilar.
¿Qué es lo que observa el oftalmopediatra experimentado cuando realiza la oftalmoscopía binocular indirecta?
Los tumores de este tamaño se observan en el otro  ojo de un caso unilateral, hallado en los controles posteriores al diagnóstico,  pasando a ser un retinoblastoma bilateral, o también en el examen precoz de  rutina en un niño con antecedentes familiares.
En los estadios moderadamente  avanzados los tumores más grandes producen leucocoria  por reflexión de la luz en la masa blanca intraocular, en estos casos, el tumor  abandona los límites de la retina produciendo en la mayoría de las veces un  desprendimiento de la misma.
Se consideran lesiones avanzadas  cuando hay extensión a la cámara anterior, invasión del nervio óptico más allá  de la lámina cribosa, extensión extraocular orbitaria y metástasis a  distancia.
¿Dónde se origina el retinoblastoma y cómo crece?
El retinoblastoma es un tumor maligno que crece  en las capas de las células retinales del ojo.
El aspecto macroscópico del retinoblastoma es   blanco-grisáceo  con un punteado de calcificaciones. Se puede observar siembras  en el vítreo y nódulos o placas blanquecinas  en la retina o coroides. El  crecimiento puede ser endofítico, exofítico o difuso.
En la forma endofítica el tumor  crece desde la  superficie interna de la retina hacia el vítreo. Esta masa es friable y las  células son dispersas en el vítreo donde crecen como bolas de algodón.
El exofítico crece desde la parte más externa de  la retina y a través de la coroides.
Desprendimiento de retina.
La combinación de ambos tipos de crecimiento es  la más común.
Histológicamente es un tumor neuroblástico  formado por células indiferenciadas, que se origina de las células granulares  externas e internas de la retina y varía desde retinoblastos pobremente  diferenciados a tumores bien diferenciados.
Los tumores indiferenciados están compuestos por  células pequeñas  redondeadas u ovales, con escaso citoplasma, una relación  núcleo/citoplasma alta, un núcleo hipercromático, con cromatina granular gruesa  y membrana nuclear irregular. Las  células se disponen en nidos sólidos,  lobulados y rodeando vasos dilatados.Este manguito de células si están a más de  100 milimicras del vaso se produce una necrosis de coagulación y luego se  encuentran allí  focos de calcificación distrófica. Los indicadores de  diferenciación son la presencia de rosetas de Flexner-Wintersteiner y raramente  de Homer-Wright.
| Retinoblastoma indiferenciado. | Retinoblastoma diferenciado con presencia de rosetas de Flexner-Wintersteiner. | 
¿Cuál es la genética del retinoblastoma?
De todos los pacientes con retinoblastoma, el 10%  tiene una historia familiar positiva de retinoblastoma: un padre/madre,  un hermano, un abuelo, un tío/tía o primo han tenido la enfermedad, y estos  tumores siempre son hereditarios. El 90% remanente de retinoblastomas  son esporádicos (sin historia familiar) es decir que es el único que presenta la  enfermedad en el ojo. De este grupo el 35% representa una mutación cromosómica  germinal (en consecuencia es hereditario) y el 65% representa una mutación  cromosómica somática (en consecuencia no es hereditario). Por ello podemos decir  que aproximadamente el 45% de los retinoblastomas son hereditarios y se  transmiten por ser autosómicos dominantes. El gen del retinoblastoma pudo ser  bien identificado, está localizado en el brazo largo del cromosoma 13 y en la  banda q 14.
Los retinoblastomas hereditarios ocurren en los  niños más pequeños, siendo generalmente, pero no siempre, bilaterales y  multicéntricos.
Cada vez que un padre/madre con retinoblastoma  bilateral tengan un hijo, existe un 45% de probabilidad de que este desarrolle  la enfermedad (85% de probabilidades que tenga un retinoblastoma bilateral y  sólo un 15% de probabilidades que el padecimiento sea unilateral).
Si un padre/madre con retinoblastoma unilateral  tiene un hijo, la probabilidad de padecer de la enfermedad está entre un 7% y un  15%.
En la situación que ambos padres no tengan enfermedad, hay dos posibilidades:
En la situación que ambos padres no tengan enfermedad, hay dos posibilidades:
-  Que alguno de los padres sea portador del gen (1% de los casos) y que nunca haya padecido enfermedad, en este caso existe un 45% de probabilidades que el hijo padezca la enfermedad.
-  Que los padres no tengan el gen entonces la posibilidad de tener un hijo con esa enfermedad es de 1 en 15.000 a 20.000.
Cabe destacar que los pacientes con la forma  hereditaria de la enfermedad tienen una fuerte predisposición para desarrollar  segundos tumores extraoculares.
¿Cuáles son los métodos diagnósticos?
Previa anamnesis, se debe evaluar al paciente con  un examen oftalmológico bajo anestesia general que incluye de rutina:
-  Tonometría.
-  Biomicroscopía.
-  Oftalmoscopía binocular indirecta con depresión escleral.
-  Ecografía oftalmológica modo A y B.
-  Tomografía computada de cerebro, órbita y nervio óptico.
-  En casos dudosos una resonancia nuclear magnética de nervio óptico.
-  Para completar la estadificación en algunos casos investigación de células neoplásicas en el líquido cefalorraquídeo y en la médula ósea.
Fuente: http://retinoblastoma.com.ar 
 
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