domingo, 8 de abril de 2012

DROGAS Y VISION...

Muchos alimentos, hierbas medicinales y medicinas producen efectos adversos en los ojos.

La mayoría de ellos son pasajeros, desaparecen en cuanto dejamos de tomarlos. Por ejemplo, los antihistamínicos que tomamos para aliviar las alergias producen sequedad ocular, el regaliz aumenta la presión intraocular. También produce este efecto la planta Belladonna, de donde se extrae la atropina, droga muy utilizada por los oftalmólogos para facilitar la observación de las funciones y estructuras oculares internas.

Las drogas propiamente dichas, sean o no legales, suelen tener efectos más potentes en los ojos y en el proceso de la visión.

El alcohol tiene varios efectos que se empiezan a notar a partir del límite legal de porcentaje en sangre permitido para la conducción (0,5 gr./litro): visión de tunel, disminución de los reflejos oculares, reacción visual retardada y pérdida de agudeza visual, sobre todo de noche. En los alcohólicos se produce una pédida de la visión central progresiva, causada principalmente por la falta de vitaminas esenciales para los ojos.

La combinación de alcoholismo crónico y tabaquismo puede causar ceguera en ambos ojos, debida a la inflamación del nervio óptico.

Los tranquilizantes estropean la capacidad de acomodación del ojo, producen insuficiencia de convergencia y, muy frecuentemente, ojo seco.

Los opiáceos, como la morfina y la heroina, aparte de las alucinaciones, producen ojo seco y contracción de la pupila. Durante la abstinencia se produce lagrimeo y fotofobia. El uso continuado de opiáceos puede producir infecciones intraoculares graves y reducción del campo visual.

Los estimulantes dilatan las pupilas, causan visión borrosa y problemas de acomodación. Entre ellos están las anfetaminas, que además pueden causar mareos y dolor de cabeza.

Otro estimulante del sistema nervioso central es la cocaina, con los mismos efectos sobre los ojos que las anfetaminas y además visión con halos alrededor de las luces, riesgo de infección de los lagrimales, hemorragias por aumento de la presión intraocular o incluso pérdida súbita de la visión en caso del consumo en su forma más potente (crack).

El éxtasis es otro estimulante que produce ojo seco, visión borrosa, lesiones en la coroides, aumento del tamaño de la pupila y nistagmus (movimientos involuntarios de los ojos).

Las drogas psicodélicas, a parte de los efectos en la percepción sensorial, pueden producir hipertensión arterial, en el caso del ácido lisérgico (LSD), con riesgo de daños en la retina y en el caso del cannabis sequedad ocular y ojos rojos.

Aunque no se suele hablar de ello, los efectos negativos de las drogas en la salud ocular existen y pueden llegar a ser muy graves.

Fuente: http://mejoratumiopia.com/saludvisual/category/drogas-y-vision/

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