viernes, 13 de abril de 2012

QUE ES UN NEVO?...

Un nevo es un crecimiento benigno y pigmentado común en el ojo, similar a un lunar en la piel.

Puede ocurrir en la parte frontal del ojo, alrededor del iris (parte coloreada del ojo), o debajo de la retina en la parte posterior del ojo. Un nevo debajo de la retina se llama nevo coroideo. El nevo es llamado a veces "peca en el ojo."

Aunque la mayoría de los nevos son inofensivos, deben ser evaluados con regularidad, lo mismo que un lunar de la piel, ya que puede transformarse en un melanoma ocular o cáncer del ojo.

Un nevo es causado por las agrupaciones de células llamadas melanocitos, las cuales producen el pigmento que colorea la piel, el cabello y los ojos. En la mayoría de los casos, los melanocitos se distribuyen de manera uniforme, pero a veces se agrupan, causando el desarrollo de nevos.

La mayoría de nevos están presentes al nacer o durante las primeras dos décadas de la vida, pero pueden seguir desarrollándose hacia la mitad de la vida. Las personas de origen caucásico son más propensas a desarrollar nevos que otros grupos étnicos. Se estima que los nevos coroideos se desarrollan en un 6 a 7 por ciento de los caucásicos

Un nevo casi nunca presenta síntomas. En muy raras ocasiones, un nevo coroideo puede tener fugas de líquido o estar relacionado con el crecimiento de vasos sanguíneos anormales. Estas eventualidades pueden causar un desprendimiento de la retina, centelleos y pérdida de visión.

A pesar de que la mayoría de los nevos no presentan ningún síntoma, deben ser evaluados con regularidad; al igual que un lunar de la piel, un nevo en el ojo puede convertirse en canceroso. Es por eso que los chequeos regulares con un Doctor de los Ojos son tan importantes.

Un nevo generalmente se detecta durante un examen ocular de rutina y es diagnosticado por un Doctor de los Ojos con base en observación clínica y seguimiento. Generalmente, un nevo coroideo parece de color gris, pero también puede ser de color marrón, amarillo o una combinación de colores.

Una vez detectado, el nevo es fotografiado. Esto le permite a su Doctor de los Ojos comparar el aspecto del nevo en la próxima visita y ver si ha habido cambios. Ocasionalmente, un melanoma puede parecerse a un nevo. Su oftalmólogo le puede pedir que regrese en seis meses para reevaluar el nevo. Un nevo es relativamente estable y es improbable que muestre cambios en un período tan corto de tiempo, lo que excluye la posibilidad de que haya un melanoma.
La mayoría de los nevos son benignos y es poco probable que causen problemas. Durante el diagnóstico de un nevo, su Doctor de los Ojos querrá determinar si éste muestra posibles características que sugieran un riesgo de conversión a melanoma. Los nevos de color naranja, más gruesos de lo normal o con escapes de líquido se consideran sospechosos.
Si hay alguna sospecha relacionada con el nevo, es posible que se necesiten exámenes adicionales para asegurarse de que el nevo no sea canceroso. Estas pruebas incluyen una tomografía de coherencia óptica (OCT, por sus siglas en inglés), una prueba de ultrasonido y una angiografía con fluoresceína. Estas son técnicas de imagen que permiten a su Doctor de los Ojos entender mejor la naturaleza del nevo.

La mayoría de los nevos no requieren tratamiento, y su extirpación quirúrgica no es posible. Sin embargo, un nevo deben ser examinado por su Doctor de lo Ojos por lo menos una vez al año para detectar cualquier cambio que pueda ser una señal de cáncer.

Durante cada visita a su Doctor de los Ojos, el nevo debe ser fotografiado y comparado con fotografías anteriores. Cualquier cambio en el tamaño o la configuración del nevo requiere un examen adicional.
Fuente: http://www.geteyesmart.org/

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