Una retina de células madre
abre las puertas del trasplante
Shinya Yamanaka, padre de
la reprogramación celular, aseguraba en una entrevista concedida tras recibir
el premio de la Fundación BBVA que el primer órgano reproducido en el
laboratorio sería la retina. Sus predicciones, como cabría esperar,
parecen bastante acertadas. Aunque no son exactamente retinas humanas
‘artificiales’, las copas ópticas fabricadas por un grupo de científicos
nipones sitúa los trasplantes a un tiro de piedra.
El equipo de la Universidad de
Kobe (Japón) dirigido por Yoshiri Sasai sigue avanzando en el campo de la
medicina regenerativa del ojo. Hace algo más de un año, presentaron en la
revista ‘Nature’ la generación ‘in vitro’ de copas ópticas -las estructuras
embrionarias de las que surgen las retinas- a partir de células madre
embrionarias de ratones. Ahora, lo han hecho con células humanas y los
resultados son muy llamativos y “prometedores”, según Shomi Bhattacharya,
director del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa
(CABIMER).
“La imagen es muy
impresionantes porque son estructuras muy similares a las que se observan
durante el desarrollo embrionario”, explica a ELMUNDO.es Paola Bovolenta,
especialista en biología del desarrollo y profesora de investigación en el
Centro de Medicina Regenerativa Severo Ochoa.
El éxito del grupo de Sasai,
que tiene una sólida reputación en el sector, es la reproducción casi perfecta
de la copa óptica. Gracias a un cuidadoso sistema de cultivo, las células
madre embrionarias dieron lugar de forma espontánea a una estructura
invaginada compuesta por dos capas: una interna, que da lugar a la retina
neural, y una externa, que conforma el epitelio retinal pigmentario.
El proceso fue similar al que
habían observado antes con las células madre de ratón pero el resultado fue
ligeramente distinto. “Han demostrado que existen variaciones en el
desarrollo entre especies, algo muy importante”, señala Bovolenta. “Las células
de ratón generaron una retina más pequeña que las humanas, que originaron una
estructura más grande y con una proporción de células similar a la que hay en
el ojo humano”.
Una opción
para varias enfermedades
“Hasta ahora, no se habían
reproducido tan bien los tejidos de la retina ocular”, comenta Nuria
Montserrat, investigadora del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona
(CMRB) que trabaja en la diferenciación de células madre e iPS. “Han
logrado una disposición espacial, con las dos capas, igual a la realidad. Es
casi como un ojo en un plato de cultivo”.
Las primeras aplicaciones
podrían estar cerca. “En particular, para la retinitis pigmentosa, donde los
fotorreceptores de degeneran gradualmente”, explica Sasai a este medio. También
se podría emplear, “en combinación con células iPS, para crear modelos de
enfermedades en los que estudiar la patogénesis y explorar nuevos
tratamientos”, añade el investigador japonés.
“Este estudio abre las puertas
al trasplante”, asegura Monserrat. Pero tal vez no a la clásica idea de
trasplante, donde un órgano dañado es sustituido por uno nuevo. El problema
está, coinciden los autores y los expertos consultados por este medio, en que
conectar una retina con el nervio óptico puede ser demasiado complicado.
“Probablemente, no sea
necesario reintegrarla entera, sobre todo en algunas enfermedades”, señala
Bovolenta. Como en la degeneración de la retina, donde “parece razonable hacer
un injerto lo suficientemente maduro para contener un gran número de
precursores de fotorreceptores”, apuntan los autores en las páginas de ‘Cell
Stem Cell‘.
El ojo, el
órgano perfecto
Habrá que esperar a que se
lleven a cabo nuevos estudios, pero, de momento, esto es lo más cerca de la
clínica que están las células madre embrionarias. La clave está, según
Montserrat, en que “con 50.000-80.000 células, muchas menos de las que se
necesitan en otros órganos, puedes empezar a tener resultados”. Además, los
problemas de rechazo y el riesgo de aparición de tumores parecen escasos.
En nuestro país, hay varios
grupos que se dedican a la investigación en este campo. En el CMRB, han
“empezado a hacer cultivos con células madre e iPS” pero aún están en fases
preliminares, explica esta experta.
En el Instituto Universitario
de Oftalmología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid hay un grupo
dedicado a la retina en donde también están “intentando crear estructuras en 3D
de tejido usando células madre”, explica Girish Kumar, que trabaja allí. Allí
trabajan con células madre de la grasa, diferenciándolas a células de la
retina. También buscan un tratamiento para la Degeneración Macular
Asociada a la Industria y tienen algunos estudios con animales en los que usan
células madre para proteger el epitelio pigmentario. En todos estos campos,
subraya Kumar, “este trabajo nos va a ayudar mucho“.
Gracias a todos estos
esfuerzos, es muy probable que la retina sea la primera aplicación clínica de
las células madre embrionarias pero los expertos reclaman más. “El ojo
es muy asequible -insiste Montserrat- pero hay que ir más allá, hacia algo más
relevante para la salud mundial, como la patología cardiovascular”.
Una esperanza. Es muchísimo cuando te dicen que no hay remedio.
ResponderEliminarGracias por tu blog.
NUNCA HAY QUE PERDER LA ESPERANZA!!! LA CIENCIA AVANZA Y TENGAMOS FE!!!
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