Nuevas fórmulas para contrarrestar la baja visión
La baja visión se refiere al
deterioro visual que padecen ciertas personas, una privación parcial de la
vista que no puede ser
corregida adecuadamente con gafas convencionales, lentes de contacto o cirugía.
Este descenso en la calidad de visión reduce o mancha el campo visual
(el ángulo de visión que abarca cada ojo, 90º en condiciones normales), además
de perjudicar gravemente la agudeza visual (capacidad para distinguir la forma
de los objetos a cierta distancia), factores que conllevan un serio detrimento
en el nivel de vida del afectado, pudiendo incluso derivar graves depresiones.
Actualmente, se estima que al menos 124 millones de personas, más mujeres
que hombres, sufren este trastorno a nivel mundial. Esto significa que por cada
persona ciega, hay 3,4 que sufren baja visión.
Aunque las cifras muestran una reducción en el número de discapacitados
visuales a raíz de alguna enfermedad infecciosa, la mejora de la esperanza de
vida y el aumento de ciertas enfermedades como la degeneración macular, la
retinopatía diabética o el glaucoma acentúan la necesidad de modificar y
potenciar programas, tanto públicos como privados, para ayudar a las personas
que sufren problemas
de baja visión.
Además de las ayudas
ópticas y técnicas de rehabilitación
habituales, y debido a los grandes avances tecnológicos y la mayor necesidad de
acceso a la información, técnicas complementarias a la oftalmología están
ganando peso últimamente.
La tiflotècnia es uno de los
ejemplos más destacados: es el conjunto de teorías y de técnicas que permiten
el aprovechamiento práctico de los conocimientos tecnológicos aplicados a
personas ciegas o con baja visión.
Es por tanto, una tecnología de apoyo.
Debido a su deficiencia, estas personas no podrían hacer uso de las nuevas
tecnologías sin una adaptación
adecuada. Es por ello que la tiflotècnia ha
convertido en una herramienta indispensable que les permite acceder ya sea
mediante equipos específicos o adaptaciones, que enumeramos a continuación, de
acuerdo con las necesidades u objetivos de cada usuario:
- Lectores de pantalla: Aplicaciones para identificar e interpretar aquello que se muestra en pantalla
mediante sintetizadores de texto a voz, iconos sonoros, o una salida Braille.
- Magnificadores de pantalla: Programas pensados para mejorar la accesibilidad a la información que
permiten ampliar los caracteres y modificar los colores según las necesidades
de cada usuario
- Navegadores Internet hablantes como Connect Outloud de Freedom Scientific.
- Anotadores parlantes: Es el grupo de equipos más completo y destacado. Consiste en un equipo que
tiene un teclado Braille, una síntesis de voz y no tiene pantalla. Su función
principal es la edición de archivos de texto, aunque suelen tener más
prestaciones, como reloj, cronómetro, calendario, agenda, calculadora ...
Además, disponen de ciertas conexiones para realizar copias de seguridad de la
información. Los anotadores más avanzados se han convertido en PDA mediante
Windows Mobile, como la Pac Mate.
Además, la empresa catalana Code Factory ha desarrollado los siguientes
productos para teléfonos y PDAs:
- Mobile speak. Lector de pantalla para teléfonos móviles.
- Mobile magnifier. Magnificador de pantalla para teléfonos móviles.
- Mobile speak pocket. Lector de pantallas para PDAs que utilicen Windows Mobile.
Fuente: BCN Baixa Visió
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