La gran disminución en las complicaciones diabéticas alcanzada con el control intensivo de la glucemia en el estudio Diabetes Control and Complications Trial (DCCT) se mantiene casi 2 décadas después de finalizar del estudio.
Después de 18 años, la prevalencia global de complicaciones de la diabetes es un 50% menor entre los pacientes con diabetes tipo 1 que en el DCCT fueron asignados a un control intensivo de la glucemia en comparación con los que recibieron el tratamiento convencional, a pesar de que los niveles de HbA1c actualmente ya no son diferentes entre los 2 grupos de estudio.
Estos hallazgos fueron presentados en el congreso de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) en este 2013, en un simposio especial que conmemora el 30 aniversario de la puesta en marcha del estudio DCCT que demostró el beneficio del control intensivo de la glucosa en pacientes con diabetes tipo 1.
Estos nuevos datos provienen del seguimiento a largo plazo de los pacientes incluidos en el DCCT. El control de la glucemia en los 2 grupos fue aproximadamente el mismo tras acabar el estudio, por lo que la disminución de las complicaciones proviene del control intensivo de la glucemia en el estudio inicial de 10 años, un fenómeno que los investigadores han denominado “memoria metabólica”.
En el DCCT original, con 1.441 pacientes con diabetes tipo 1, se demostró que el control intensivo de la glucemia -manteniendo una hemoglobina glicosilada (HbA1c) media de alrededor del 7% - reduce el riesgo de retinopatía en un 76%, el de nefropatía en un 50% y el de neuropatía en un 76%, en comparación con el grupo de tratamiento convencional, cuya HbA1c promedio era de alrededor del 9%.
Cuando el DCCT terminó, los pacientes que habían estado en el grupo de tratamiento convencional fueron pasados a un control intensivo de la glucemia. Sus niveles de HbA1c promedio se redujeron a alrededor del 8%. Al mismo tiempo, el control empeoró algo en el grupo de control intensivo original también a alrededor del 8%. Ese nivel se ha mantenido relativamente sin cambios durante el estudio de seguimiento a largo plazo, llamado EDIC.
La reducción en las tasas de retinopatía entre los grupos de terapia intensiva y el tratamiento convencional anterior fue del 70% a los 4 años, el 53% a los 10 años, y 46% a los 18 años. La necesidad de cirugía ocular también se redujo tras los 18 años de seguimiento en el grupo de tratamiento intensivo previo, con diferencias del 48% en la necesidad de extracción de la catarata y del 44% en la vitrectomía.
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