domingo, 29 de septiembre de 2013

UNA PERSONA CIEGA PILOTEANDO UN KART

El cantante Serafín Zubiri ha sido el primero en probar este sistema.

La aventura de conducir un kart dejará de ser una ilusión para las personas con discapacidad visual, porque un sistema patentado por un circuito de Noja va a permitir a los ciegos pilotar estos vehículos, como así ha hecho con éxito el músico Serafín Zubiri.
A sus 49 años, el cantante navarro se ha subido por primera vez en su vida al volante de un kart y ha podido conducir de manera autónoma por una pista de carreras.
Serafín Zubiri ha vivido esta experiencia gracias a un novedoso sistema de pilotaje compuesto por un mecanismo en el volante que emite chasquidos cada vez que se gira, una cámara de vídeo incrustada en el monoplaza y un intercomunicador de audio para escuchar las órdenes de un guía que se transforma en los ojos del invidente en el asfalto.
Su inventor, Domingo Alonso, propietario del Karting Los Molinos de Noja, explica que este prototipo está patentado, y cree que es "único en el mundo", porque considera que el piloto es el que ejecuta al cien por cien las decisiones en la conducción.
"La experiencia ha sido fantástica por la noción de libertad que he sentido al tener que tomar las decisiones por mí mismo", reconoce Serafín Zubiri, después de conducir unas vueltas con el 'kart'.
Recomienda esta 'aventura' no sólo a personas con cualquier tipo de discapacidad visual, sino que propone que esta experiencia pueda ser vivida por aquellos que quieren conocer cuáles son las percepciones de las personas ciegas.
Serafín Zubiri explica que lo más complicado, al principio, es coordinar la velocidad con las órdenes recibidas por el auricular para sincronizar el juego de pies de acelerada y frenada, aunque al músico cada vez se le ha visto con más dominio al volante, conforme daba vueltas al circuito.
De hecho, hasta le ha costado bajarse del monoplaza, puesto que a cada vuelta estaba más seguro en su conducción e iba mejorando su tiempo, incluso ha recibido advertencias de que, a veces, circulaba "muy rápido".
Sin embargo, no todo es llegar al circuito y montar en el kart. Previamente Zubiri ha tenido que hacer un reconocimiento caminando por la pista para percibir sus dimensiones y sobre un mapa en 'braille'.
En esa primera toma de contacto se concretan las instrucciones en las curvas que más adelante recibe el conductor por parte de su 'copiloto', que no estará a su lado, sino en una cabina en la que se recoge la señal de la cámara del kart.
Tras esas explicaciones, Zubiri se ajusta el casco de seguridad y, ya dentro del monoplaza, recibe las indicaciones de funcionamiento de los pedales de aceleración y frenada.
Una vez que el coche se pone en marcha, el piloto escucha en todo momento la voz de su 'copiloto', quien cuando ve -a través de la imagen de la cámara- que el conductor se adentra en una curva procede a dar las ordenes sobre hacia qué lado tiene que girar el volante y hasta cuándo, en función de los chasquidos que tiene como tope la dirección.
En otros casos es un ordenador integrado en el vehículo el que capta la información a través de sensores y ajusta automáticamente la conducción.
La idea surgió hace un año cuando Domingo Alonso y su hermano conocieron la existencia de diseños de karts adaptados para todo tipo de discapacidades salvo para ciegos.
En ese momento se pusieron manos a la obra para desarrollar este modelo de navegación que se podría aplicar a otras disciplinas deportivas pero nunca en la conducción por carretera convencional, ya que es necesaria la intervención de un copiloto, que dicte las directrices a bordo, y la implementación de medidas de seguridad.
Alonso sigue trabajando cada día en introducir nuevas mejoras a este prototipo que se adapta a las necesidades de cualquier tipo de discapacidad visual e incluso sueña con organizar el primer Gran Premio Internacional de Karts para ciegos en su circuito de Noja.

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