domingo, 1 de junio de 2014

DEFECTOS REFRACTIVOS

Apoyo integral del niño con defectos refractivos


Dentro de las causas más frecuentes de la baja visión se encuentran los trastornos refractivos.
La OMS ha reportado que una de las causas de disminución de agudeza e incluso de discapacidad visual, son los defectos de refracción no corregidos.
Un defecto refractivo no identificado puede impactar de manera importante la vida de quien lo padece ya que en las personas adultas suele disminuir su rendimiento en la vida laboral o la capacidad de realizar algunas tareas físicas de la vida diaria; mientras que en el caso de los niños la principal afección suele observarse en su rendimiento escolar, e incluso en sus relaciones sociales.
Hoy en día es un hecho que en México hay una cantidad importante de niños en educación básica que nunca han accedido a una revisión oftalmológica aún y cuando la Secretaría de educación Pública (SEP) cuenta con un programa de salud visual.

La realidad en nuestro país es que se carece de una cultura escolar relacionada con la detección oportuna de problemas visuales y también hay un vacío importante respecto a la información que los padres de familia requieren sobre la importancia de la visión funcional en el rendimiento escolar y desarrollo de sus hijos.
El presente artículo habla de los defectos refractivos en la infancia y de la importancia de detectarlos a tiempo para un correcto manejo dentro del aula y un oportuno tratamiento rehabilitatorio.

Errores refractivos y discapacidad visual

Sabemos que las alteraciones refractivas se deben a un defecto al enfocar la luz, pero también pueden deberse a una variedad de enfermedades que afectan el paso de la luz de la córnea hacia la retina, o de ésta última al cerebro.
Los errores refractivos o ametropías no corregidas como la miopía, hipermetropía y astigmatismo, constituyen una de las causas más importantes de la discapacidad visual representando un serio problema de salud a nivel mundial.

En el caso específico de la población infantil, la OMS refiere que el número de niños con discapacidad visual en el mundo asciende a 19 millones de los cuales, el 63% la padecen debido a algún error de refracción que pudo diagnosticarse y corregirse fácilmente con anteojos o lentes de contacto; pero que no se hizo a debido tiempo por causas como la falta de información, el desinterés de los adultos cuidadores y la carencia de recursos económicos.

Un niño con errores refractivos puede pasar desapercibido durante años desenvolviéndose funcionalmente en sus actividades cotidianas pero presentando fallas significativas en el ámbito escolar.
En el CADIVI hemos presenciado historias de menores que se integran a rehabilitación ya encontrándose en un nivel escolar de secundaria y que en el momento de la entrevista refieren que desde la escuela primaria e incluso el preescolar, veían borroso o tenían problemas para alcanzar a mirar el contenido del pizarrón.

Estos jóvenes que ingresan a rehabilitación ya con una discapacidad visual diagnosticada por el médico oftalmólogo, suelen traer consigo historias donde los profesores sólo optaban por sentarlos en la primera fila y en las que su fracaso académico ha ocasionado en ellos un rechazo a la escuela y un aislamiento social.

Signos del niño con errores refractivos

Aunque los signos que podrían sugerir un trastorno refractivo en la infancia son bien conocidos por los profesionales en Oftalmología y Optometría, no necesariamente son identificados como señales de alarma por los padres de familia y profesores quienes en algún momento, suelen pensar que ciertas conductas en los niños son “mañas” que se irán corrigiendo conforme pase el tiempo.
Por tal motivo, es vital que en las escuelas se brinde la información pertinente por parte de los programas de salud gubernamentales.

 Sugerimos el uso de trípticos sencillos que sean de fácil lectura para padres y docentes dando importancia a las características comúnmente observables en estos niños:
• Dificultad para alcanzar a ver las letras del pizarrón.
• Dificultad para leer o hacer trabajos de cerca.
• Acercar la cara a los libros o cuadernos para poder leer.
• Prestar poca atención a las actividades que requieren secuencia.
• Adoptar posiciones compensatorias de cabeza.
• Manifestar fatiga después de una actividad que implica prestar atención.
• Confusión y tardanza para imitar conductas, gestos y juegos.
La información brindada a los padres y profesores deberá incluir un listado de instituciones a las que el niño puede ser referido tanto para revisión oftalmológica, como para atención en rehabilitación de ser necesario.

Errores refractivos y rehabilitación

Como se mencionó anteriormente, un error refractivo no atendido a tiempo en un niño puede ocasionarle una discapacidad visual irreversible.
Será el médico oftalmólogo quien brinde el diagnóstico, mientras que el especialista en baja visión será quien realice la prescripción de las ayudas ópticas necesarias.
En el caso específico de los niños con visión baja en edad preescolar, es conveniente que una vez que se tenga la certeza diagnóstica de que su error refractivo ha ocasionado una discapacidad visual, el menor cuente con su prescripción óptica ya sea en lentes de armazón o de contacto y que al mismo tiempo inicie con un programa de estimulación visual que le acompañe en la construcción de esquemas de aprendizaje adaptado y que le prepare para asimilar su realidad cotidiana.

En el caso de los infantes en etapa escolar es vital que la rehabilitación abarque el uso de ayudas ópticas como lupas, telescopios y sistemas electrónicos que apoyen el resto visual con el que cuentan y que también tengan el respaldo de ayudas no ópticas que faciliten las condiciones ambientales para acceder al material de estudio (atril, libros macro-tipo, rejillas de escritura y lápices especiales).
Los objetivos de rehabilitación del niño y la descripción de las técnicas de apoyo deberán ser explicados tanto a sus padres como a su profesor para que puedan tener un seguimiento y consolidación en la vida práctica.

Rehabilitación y apoyo psicológico

El apoyo emocional del niño con defecto refractivo es parte fundamental de la rehabilitación más aún cuando el menor ha tenido una constante frustración académica que ha mermado su autoestima y cuando ha vivido acoso escolar de parte de sus compañeros por no integrarse en las actividades de competencia y rendimiento al igual que ellos.
Un niño con discapacidad visual habrá de asumir que su visión es menor y que necesita algunos apoyos para hacer las mismas tareas que sus compañeros, por lo que durante su primera infancia y adolescencia habrán de abordarse objetivos terapéuticos que se enfoquen en que conozca su padecimiento y lo domine en el sentido de hablar de él sin vergüenza; además de que identifique las fortalezas personales que puede desarrollar para sustituir su carencia visual.

En la medida que el niño enfrente y se adapte a los desafíos de desarrollo, irá fortaleciendo su capacidad de respuesta, madurez personal y actitud ante la vida.

Importancia de la familia

La familia es el elemento clave para cualquier proceso de integración y rehabilitación durante la infancia.

La seguridad que los padres brinden al niño con discapacidad visual será insustituible para la asimilación que éste tenga sobre su padecimiento y para la adquisición de un auto concepto sólido y positivo. Además, la práctica constante de los ejercicios de rehabilitación y el reforzamiento de los hábitos para el uso de las ayudas ópticas, son la parte medular del apego y éxito de cualquier proceso rehabilitatorio lo cual, sólo se consolida dentro de la familia.
Para el CADIVI el apoyo psicológico a la familia del niño con discapacidad visual es fundamental ya que en la mayoría de los casos, los padres se sienten inseguros de explicar el padecimiento de su hijo por temor a que lo rechacen y dudan sobre la aceptación que los profesores puedan tener respecto al uso de atriles, lupas o material especial en el aula.

Los niños dependerán de la mediación que sus padres generen con el grupo de docentes, con sus rehabilitadores y con el personal que les atienda en diversas instituciones. Por ello, desde el momento en que el niño se incorpora a rehabilitación, en el CADIVI abordamos sesiones psicológicas individuales y grupales con sus padres buscando sensibilizarles en esta labor.

El rol del docente y las adaptaciones curriculares

La participación del profesor de aula es trascendental en la inclusión educativa del niño con baja visión por defecto refractivo.
Al ser el maestro quien convive diariamente con el menor, podrá detectar si éste presenta dificultades para realizar las acciones más básicas como ver el pizarrón, copiar la tarea en un tiempo promedio, leer los textos e identificar algunos símbolos.

Asimismo, el profesor de grupo es la persona capacitada para realizar las adaptaciones convenientes al currículum escolar, a fin de que el alumno con defecto refractivo pueda acceder e involucrarse en todas las actividades académicas, recreativas y cívicas del plan de estudio.

En el caso de que algún docente tenga entre su alumnado a un niño con defecto refractivo deberá tener en cuenta algunas consideraciones básicas como:
• Investigar sobre el padecimiento del alumno.
• Mantener contacto permanente con el lugar donde se rehabilita.
• Permitir que el alumno use dentro del aula sus ayudas ópticas y no ópticas.
• Situar al alumno en un lugar dentro del aula donde pueda usar su material de trabajo
• Verbalizar lo que escriba en el pizarrón.
• Resumir el contenido de la clase al finalizar ésta.
• Motivar al alumno para que participe en clase y trabaje en equipo con sus compañeros.
• Trabajar en colaboración directa con el profesor de apoyo (USAER)
• Involucrar a los otros alumnos en la comprensión del padecimiento y generar actividades de integración.
Tomando en cuenta lo anterior, resulta vital que al inicio de cada ciclo escolar los profesores hagan un sondeo del estado físico de sus alumnos y que en el estudio médico que las escuelas solicitan se incluya una revisión visual.

Conclusiones

La salud visual de los niños es muy importante para su desarrollo integral sin embargo, en México al igual que en varios países de Latinoamérica, existe una gran cantidad de niños con errores refractivos que se encuentran en riesgo de adquirir una discapacidad visual.
El menor con errores refractivos sería más identificable para sus padres y profesores si existiesen programas de difusión visual dentro de las escuelas por lo que se recomienda que la labor de los docentes también incluya la detección de signos de alarma.
Una vez que un niño con error refractivo ha adquirido discapacidad visual, la tarea de incluirlo en la sociedad no sólo será de su familia sino también de sus profesores y del equipo de rehabilitación que trabaje con él.

Bibliografía

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• Organización Mundial de la Salud.http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs282/es/
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• Resnikoff S, Pascolini D, Mariotti S, Pokharel G. Magnitud mundial de las discapacidades visuales por defectos de refracción no corregidos en 2004. [Monografía en línea]. [Citado: febrero 17, 2008.]. Disponible en:http://www.who.int/bulletin/volumes/86/1/07-041210-ab/es/

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