domingo, 20 de julio de 2014

GLAUCOMA

En el (Glaucoma Primario de Ángulo Abierto) GPAA un síntoma que poca gente puede identificar es la observación de halos coloreados alrededor de los focos o fuentes de luz. La visión central del paciente puede permanecer 100 % intacta hasta en etapas avanzadas del glaucoma, tanto de lejos como de cerca. Claro, con el uso de sus lentes en caso de que los necesiten; por lo que es común que no se den cuenta de su enfermedad, ya que el deterioro o restricción de su campo visual puede pasar desapercibido.
Sin embrago, en el (Glaucoma Primario de Ángulo Cerrado) GPAC es común la intolerancia a la oscuridad, es decir, molestia al estar en lugares oscuros o poco iluminados como las salas de cine, ya que les causa ojo rojo y dolor de cabeza o dolor ocular o periocular en la región del entrecejo; muchas veces éstas personas prefieren ver la televisión con la luz de la habitación encendida.
DIAGN ÓSTICO: Debemos de tener claro que el glaucoma es una enfermedad que no se cura; pero que sí se controla; para su detección temprana y oportuna se requiere de la realización de varios estudios. El primero será la presión intraocular, cuyo valor normal va de 10 a 20 mmHg y en algunos casos se considera hasta 21; existe un tipo de glaucoma que se conoce como de tensión normal o de baja tensión, esto quiere decir que aun con presión intraocular normal se puede desarrollar glaucoma. La presión Intraocular varía en el día y en la noche, y cambia en las personas que laboran en los turnos nocturnos, por lo que en ocasiones se tendrán que realizar las llamadas curvas horarias de presión intraocular, que consisten en la toma de la misma en varios momentos del día y la noche.
Clásicamente se le ha dado gran importancia al estudio de campimétria o medición del campo visual, ya que el daño que produce el glaucoma se refleja en el nervio óptico, apreciándose un aumento del espacio por donde entran los vasos al globo ocular.
TRATAMIENTO: Hoy en día existe una gran variedad de medicamentos tópicos o colirios que se pueden combinar para preservar la integridad del nervio óptico; en casos extremos se podrán emplear medicamentos sistémicos; una vez que la presión no se logra controlar o está en riesgo la progresión de la enfermedad se deberá considerar el tratamiento con Laser, aunque tiene muchas limitaciones, pues la mayoría de los glaucomas no son candidatos a este manejo, y en algunas ocasiones se utiliza para prevenir crisis agudas, mismas que pueden llevar a la ceguera en cuestión de horas. El siguiente paso será la cirugía con las llamadas cirugías filtrantes, que no es otra cosa que ayudar al humor acuoso a salir por otra vía y evitar que se aumente la presión del ojo.
PREVENCIÓN: Acudir al oftalmólogo una vez al año para realizarse una exploración oftalmológica completa, sobre todo si conoce de algún familiar que padezca glaucoma o se sospeche lo haya padecido. Debemos tener siempre en mente los factores de riesgo ya referidos y tomar en cuenta que la presión intraocular elevada por sí sola, no refleja glaucoma, existe un estado conocido como hipertensión ocular, que suele presentarse después de algún traumatismo o inflamación ocular.
Es muy importante que el paciente sepa que el uso de los medicamentos antiglaucomatosos en la mayoría de los casos deberá ser por toda la vida, que el uso tiene que ser sistemático y continuo, es decir, establecer un horario específico para la aplicación de sus gotas y evitar fluctuaciones; el cambio de medicamentos deberá ser estrictamente aprobado por su Oftalmólogo y que la cirugía no tiene efecto por el resto de la vida; existen casos en los que el paciente se debe someter a más de una intervención o procedimiento, ya sea con laser o cirugía, para poder conservar la integridad de su nervio óptico y detener el daño.
Para ayudar a la oxigenación del nervio óptico es importante que el paciente haga ejercicio aeróbico, caminar es excelente; prohibido fumar; deberá controlar todos los factores de riesgo cardiovascular como son hipercolesterinemia, hipertrigliceridemía, sedentarismo, obesidad y alteraciones del ritmo cardiaco, entre otros.
Cada persona es diferente, hay que individualizar; en una misma persona un ojo se comporta de manera distinta al otro. Lo principal en Medicina es prevenir.
*Cirujana oftalmóloga. Profesora de Oftalmología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Adalberto Mena Caldera, psiquiatra.

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