sábado, 26 de julio de 2014

SERA LO QUE SERA... UNA HISTORIA DE VIDA

“Todo tenemos nuestros desafíos y obstáculos. Éste es el mío y no es el peor”, asegura Nicole C. Kear, refiriéndose al diagnóstico que cambió su vida, como dice ella, para mejor: ella quedará ciega.
 
La mujer de Nueva York, tenía apenas 19 cuando visitó a su oftalmólogo, bromeando por una anécdota que le había pasado en su último paseo a la playa, cuando fue incapaz de ver las brillantes estrellas que su entonces novio le mostraba en el cielo.
 
 
Tras varios exámenes recibió la impactante noticia de que sufría una hereditaria enfermedad degenerativa de la vista,  retinitis pigmentaria, la que actualmente no tiene tratamiento y que en un plazo máximo de 15 años la dejaría ciega.
 
Hoy, 18 años después, a sus 37, Nicole fue declarada ciega, si bien es capaz de ver algo de día, tiene cataratas en ambos ojos y por las noches debe funcionar con un bastón. Y es por este motivo que -tal como explica en sus memorias recientemente publicadas, “Now I see you”-,  decidió ir en busca de la vida antes que su vista se lo impidiera.
 
En un comienzo, decidió mantener en secreto su enfermedad, contándole solo a su familia más cercana, e hizo una lista de las cosas que quería hacer. Fue así como se embarcó junto a  su hermana en un viaje por Europa, se inscribió en una escuela circense para convertirse en contorsionista y hasta se hizo actriz. Pero había un asunto que le preocupaba.
 
“Lo primero que me golpeó (cuando recibí el diagnóstico), pese a que estaba lejos de tenerlos, fue si eso significaba que no podría tener hijos. Yo quería verlos cuando nacieran”, recordó la mujer en entrevista con Fox News.
 
"(Pero) yo había decidido que iba a vivir mi vida con real valentía", declaró a NY Daily News. Es por eso que lejos de amedrentarse por la incertidumbre de un futuro en la oscuridad, Nicole se casó el año 2003 y se convirtió en la madre de tres niños, hoy de 2, 7 y 9 años, pese a algunas opiniones en su entorno que no creían que ella pudiese con todo lo que implica la maternidad.
 
De hecho, una vez que llevó al parque al menor de sus hijos, una niña, corrió desesperadamente por todos lados creyendo que se le había perdido. Sin embargo, la pequeña había estado sentada junto a ella en todo momento, solo que su falta de visión periférica no le permitía verla. “Hace tiempo me di por vencida de ser una madre cool. Soy (lo que llaman) una ‘madre helicóptero’, que anda como loca pendiente de sus hijos”, explicó.
 
Desde hace un tiempo, Nicole ha comenzado a sincerar su eventual ceguera con sus amigos y ha intentado ser lo más clara con sus hijos, quienes aceptan lo que sucederá con completa normalidad.
 
“Pienso en esto un montón”, declaró la mujer, quien en un principio se resistía a que sus conocidos la vieran con un bastón para ciegos, pero que hoy es capaz de fotografiarse con él y con una gran sonrisa. “Me gustaría ser capaz de ver a mis hijos, pero también me digo a mí misma que será lo que será. Y eso es suficiente”.

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