domingo, 29 de marzo de 2015

DEPORTE Y GLAUCOMA...

Uno de los ponentes del congreso Trends in Glaucoma, organizado por el Departamento de Glaucoma del IMO el pasado mes de noviembre, abordó en su presentación la relación entre esta patología y la práctica deportiva: el Dr. José Luis Urcelay, quien, además de especialista en glaucoma, es corredor de maratones.
Como médico y también como aficionado al deporte, destacó los beneficios que este tiene para la salud en general y, concretamente, para los pacientes que padecen esta patología. No solo mejora la oxigenación, sino que se ha demostrado que su práctica continuada y aeróbica contribuye a bajar la presión intraocular, principal factor de riesgo del glaucoma, además de asociarse generalmente a unos hábitos de vida más saludables que repercuten en un mejor estado visual.
No obstante, según el oftalmólogo, “determinados deportes pueden comportar efectos adversos para los pacientes con glaucoma, sobre todo aquellos que producen un aumento de la presión arterial en la zona cervical y de la cabeza –como el levantamiento de pesas o la natación– y el consiguiente incremento de la presión intraocular”.
Por el mismo motivo, el ejercicio en condiciones barométricas extremas, ya sea por la altitud a la que se llevan a cabo actividades de montaña o la profundidad que se alcanza en el buceo, puede resultar perjudicial, así como el uso de ciertos complementos, por ejemplo, gafas acuáticas que comprimen directamente el globo ocular.
Una relación de mutua influencia
Como advirtió el Dr. Urcelay, “no se trata de suspender la práctica deportiva pero sí de considerar estos posibles riesgos, de los que el paciente debe ser informado”. Por ello, y teniendo en cuenta que la relación entre glaucoma y deporte es de mutua influencia, el especialista recordó la importancia de abordar cada caso de forma individualizada. “A la hora de escoger el tratamiento más indicado debemos valorar, por ejemplo, que ciertos medicamentos para combatir el glaucoma pueden empeorar el rendimiento deportivo, al reducir el ritmo cardíaco o la capacidad pulmonar”, explicó.

Asimismo, fármacos como los betabloqueantes, muy habituales en el manejo del glaucoma, quedan terminalmente prohibidos para la competición de alto nivel en disciplinas que requieren pulso y puntería (tiro con arco, golf, saltos de esquí, vela e, incluso, automovilismo) por ser considerados dopaje. En consecuencia, la indicación terapéutica dependerá, más allá de las características o del grado de desarrollo de la patología, de los intereses y motivaciones del paciente, a fin de responder a sus expectativas y lograr unos mejores resultados que velen por la salud ocular y la calidad de vida.

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