jueves, 28 de mayo de 2015

EL SISTEMA VISUAL EN NIÑOS...

Al nacer los seres humanos tienen normalmente todas las estructuras del ojo necesarias para poder ver pero un recién nacido tiene que aprender a utilizarlas ya que su visión, realmente, comienza a desarrollarse a partir del nacimiento. 

Aprender a ver es la tarea importante y entretenimiento de los bebés durante las primeras semanas y meses, adquiriendo con su desarrollo normal importantes destrezas como enfocar los objetos que se le presentan a cortas distancias, utilizar ambos ojos de forma coordinada y eficaz, reconocer profundidades o calcular cuán lejos o cerca están los objetos que mira con interés, desarrollar la coordinación entre los ojos y las manos y su cuerpo. A medida que va creciendo más, empiezan a desarrollarse otras habilidades más complejas como la percepción visual y la integración entre la visión y la motricidad, entre otras.

El desarrollo visual implica a todos los atributos de la función visual tales como la agudeza visualmovimientos de los ojosacomodaciónconvergenciavisión binocular,visión periférica,campo visual y visión de los colores. La agudeza visual al nacer es prácticamente nula (20/600, equivalente a contar manos) debido a la inmadurez de los centros visuales en el cerebro alcanzando el 50 % a los 3-4 años y el 100% a los cinco o seis años. Aunque la madurez completa del sistema visual no se alcanza hasta los nueve años de edad la evolución más significativa del sistema visual se produce entre los 2 y 3 meses, razón por la cual a esta etapa se la conoce como periodo crítico del desarrollo visual.

De aquí la importancia que tiene realizar a esta edad una evaluación clínica de los atributos visuales.

El recién nacido tiene una visión limitada. A 20-30cm ve claramente (es conveniente pues hablarle a esta distancia). Percibe en blanco y negro y las sombras en gris.

Es a las  tres semanas que el niño ya procura evitar los objetos que se acercan a su cabeza y solo se concentra mirando la cara de su madre. En las primeras semanas el bebé solo distingue lo claro de lo oscuro y percibe vagamente las siluetas. Aprende a enfocar sus ojos mirando a las caras.
Al mes el recién nacido ya mira los puntos luminosos y colores que se hallan a unos 20 centímetros aunque lo ve todo doble. 

A los dos y tres meses ya sonríe y descubre los colores (el rojo y el blanco preferentemente). Parece ser que los juguetes móviles contribuyen a desarrollar las áreas visuales de su cerebro .Una pequeña prueba es mover delante de él un juguete, por ejemplo, y sujetándole el cuello observar si mueve los ojos siguiendo su trayectoria.  A partir de esta edad empieza a seguir con sus ojos objetos en movimiento pero lo hace moviendo también la cabeza.

A los cuatro meses aprende a mover sus ojos con independencia de la cabeza y  mientras sigue los objetos que se mueven va desarrollando destrezas de movimientos sacádicos y de coordinación de ambos ojos,tiene una perfecta percepción de los colores diferenciando el color rojo, el azul, el amarillo y el verde. A esta edad ya se fija en los tonos vivos.

Entre los cuatro y los seis meses el bebé sigue los movimientos de sus padres reconociendo sus rasgos y al final del primer semestre ya coge con sus manos sus juguetes preferidos así como el chupete y el biberón. A los seis meses de edad ya ha aprendido a utilizar ambos ojos de forma coordinada y deja de cruzarlos.
 Si los padres ven que a una edad mayor de los seis meses su bebé continúa cruzando los ojos deberán acudir inmediatamente al oftalmólogo.

A los seis meses aprende a coordinar su cuerpo con los ojos porque ha aprendido a controlar eficazmente sus movimientos en el espacio. La coordinación de los ojos con las manos ya está completamente desarrollada, es capaz de llevarse correctamente el biberón a su boca, y es capaz de fusionar las dos  imágenes retinianas de un objeto obteniendo una visión binocular única y en profundidad (en tres dimensiones), lo que significa que ya puede calcular a qué distancia se encuentra cada objeto en el espacio. La agudeza visual a los seis meses de edad es del 100%.

 Esto le permite distinguir con gran interés, las personas y objetos de su entorno y seguir sus movimientos, aunque sean rápidos. En algunos casos aquellos bebés que empiezan a caminar precozmente no aprenden a utilizar sus ojos de forma coordinada como aquellos que han gateado más tiempo.
Al año el cálculo de distancias es eficaz, la coordinación entre los ojos y las manos y el cuerpo les permite agarrar y lanzar objetos con cierta eficacia. A esta edad también se han desarrollado ciertas destrezas perceptuales que le permite comprender su mundo espacial, tales como la memoria visual y la discriminación visual. Todos los movimientos de su cuerpo son dirigidos y coordinados por su visión siempre que haya aprendido a emplear bien sus ojos.

En el momento en que el bebé adquiere una autonomía y movilidad, se lanza a descubrir todo lo que alcanzan sus ojos. Su afición es lanzar al suelo los juguetes para ver que pasa con ellos. A los pocos meses cuando ya empieza a gatear el solo recuperará los juguetes que ha lanzado. 
Respecto al color de los ojos, la mayoría de los casos a los cinco o seis meses o en ocasiones antes ya es posible observar lo que será casi exactamente la pigmentación real de sus ojos.

Los padres no deben olvidar que a partir del año la visión de su niño continúa desarrollándose hasta que el sistema visual alcanza su madurez que ocurre aproximadamente a los 9 años de edad

En la edad prescolar es importante evaluar clínicamente su sistema visual puesto que continúa desarrollándose la coordinación ojo-mano-cuerpo, la coordinación de ambos ojos, y la percepción en profundidad o visión en relieve. También es importante la lectura puesto que ésta ayuda a mejorar destrezas de visualización.
 A partir de los tres años de edad el niño debe ser evaluado, además de su médico pediatra, por su médico oftalmólogo

Muchas enfermedades y disfunciones pueden pasar desapercibidas si el bebé no recibe una evaluación clínica de la integridad y funcionalidad de su sistema visual.

Fuente:Prof. Dr. Jesus Costa Vila. Oftalmologo. Profesor Titular de la Universidad de Medicina de Barcelona.
Dr. Jordi Mateu. Pediatra.
Prof. Carlos Saona. Profesor Titular de Optometría y Contactología de la Facultad de Optometría de Terrassa.

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