El Profesor José María Ruiz Moreno, Director Médico de IER Baviera, la Unidad de Retina de Clínica Baviera, nos explica por qué las mujeres embarazadas con problemas de retina deben realizarse revisiones periódicas antes del parto.
Durante el periodo del embarazo hay tres grupos de pacientes que pueden padecer algún tipo de patología de la retina. En primer lugar, aquellas mujeres que durante el embarazo desarrollan una eclampsia-preeclampsia, una enfermedad que cursa con alteraciones sistémicas y que puede manifestarse en la aparición de un edema a nivel de la retina. Debe ser el ginecólogo el que, al diagnosticar la eclampsia o preeclampsia, derive a la paciente a un retinólogo para su estudio.
Los dos grupos de enfermedades oftalmológicas que se pueden ver afectados durante el embarazo son la diabetes y la miopía magna.
Durante el embarazo, y debido a los cambios hormonales, las pacientes diabéticas pueden sufrir un empeoramiento de la retinopatía diabética. Por eso, las pacientes diabéticas que se queden embarazadas deben acudir al oftalmólogo para que controle la diabetes y su fondo de ojo.
Las pacientes alto miopes o miopes magnas, incluso aquellas que estén operadas de cirugía refractiva, comprenderían el tercer grupo de pacientes que deben prestar especial atención a su salud visual durante el embarazo. El esfuerzo que tiene que hacer la mujer durante el periodo expulsivo del parto requiere que las pacientes con miopía magna deban revisarse previamente la retina periférica. Si el oftalmólogo detecta algún tipo de patología predisponente o de riesgo para el desprendimiento de retina puede indicar un tratamiento con láser para evitar cualquier tipo de problema durante el parto.
Las mujeres embarazadas pueden tener síntomas de alarma en su visión desde el punto de vista de la retina. La presencia de una mancha negra u opaca que le ocupa el centro de la visión indicará una patología macular y, por lo tanto, la paciente deberá acudir lo antes posible al oftalmólogo. La aparición de deformación de las imágenes (como cuando vemos los marcos de las puertas o ventanas ondulados) también puede indicar la existencia de una patología macular. Ambos síntomas deben ser persistentes para que indiquen un problema.
La aparición de sombras o manchas (moscas volantes) no suele indicar ningún problema grave pero requiere la revisión de la retina periférica, especialmente si se ha producido un desprendimiento de vítreo agudo, casos en los que estas manchas suelen aparecer acompañadas de luces que los pacientes refieren como relámpagos o flashes. Estas luces indica una tracción de la retina periférica y, por lo tanto, es necesario que el oftalmólogo revise su fondo de ojo.
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