Los anteojos
que se comercializan en la vía pública y que muchos utilizan sin la correspondiente
asesoría de un profesional, pueden perjudicar la salud de las personas que
los usan.
Los anteojos
que se venden en la calle carecen de las prescripciones que describe el
oftalmólogo y esto puede poner en serio riesgo la salud visual, al provocar
cataratas a temprana edad y una complicación llamada maculopatía.
Antes de
comprar anteojos es fundamental visitar al oftalmólogo para
realizar un examen visual ya que, de presentarse un problema, éste debería
ser corregido con los anteojos. Además, las gafas elegidas deben tener la protección
adecuada. Establecer la graduación del paciente que padece defectos
ópticos al ver de lejos es elemental, ya que previene complicaciones en
los ojos o síntomas como nauseas, cefaleas y mareos secundarios a la distorsión
de imágenes.
Por otra
parte, usar anteojos de sol sin las medidas de seguridad necesarias puede traer
dos complicaciones: las cataratas a temprana edad y la maculopatía. La
primera puede ser resuelta quirúrgicamente, pero la segunda tiene
pronóstico reservado ya que produce daño en las células retinianas.
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