Un medicamento común para la enfermedad de Parkinson podría tener el potencial de prevenir o tratar la degeneración macular, la principal causa de pérdida de la visión en las personas mayores, sugiere una investigación reciente.
En esta etapa, nadie está recomendando que los pacientes tomen el fármaco, la levodopa (L-dopa) para evitar la enfermedad ocular. Pero los hallazgos son interesantes, dijeron los investigadores.
"Los pacientes que toman L-dopa por cualquier motivo son mucho menos propensos a contraer degeneración macular relacionada con la edad. Y si la contraen, lo hacen a una edad mucho más avanzada que los que no toman L-dopa", dijo el autor líder del estudio, Brian McKay, profesor asociado de oftalmología y ciencias de la visión de la Universidad de Arizona.
Pero el estudio en realidad no prueba que la levodopa provoque una incidencia más baja de degeneración macular relacionada con la edad. Solo descubrió una asociación entre ambas cosas.
La degeneración macular asociada con la edad afecta a alrededor de un 30 por ciento de las personas mayores de 75 años, dijo McKay. Es provocada por el deterioro de la mácula, la parte central de la retina, y al afectar la visión puede limitar gravemente la capacidad de realizar las actividades cotidianas. Los tratamientos pueden ralentizar su avance, pero no hay cura, y puede conducir a la ceguera.
"La enfermedad daña la visión cercana de la gente", dijo McKay. Un tratamiento preventivo "permitirá a muchas personas ver a sus familias y a sus nietos cuando envejezcan, y permitirá a una población cuya edad aumenta mantener su independencia y conducir, leer, cocinar y ver televisión", afirmó.
En el cuerpo, la levodopa se convierte en dopamina, una sustancia que ocurre de forma natural y que parece estar vinculada con una función normal en la retina, explicó McKay. En el Parkinson, una falta de dopamina contribuye a los problemas con el movimiento.
Para el estudio, los investigadores analizaron los expedientes médicos de 37,000 pacientes de una clínica de Wisconsin. Los investigadores buscaron indicaciones de si los que los que tomaban levodopa tenían o no unas tasas más bajas de degeneración macular relacionada con la edad. También examinaron una base de datos médicos de 87 millones de personas.
Encontraron que un diagnóstico de degeneración macular relacionada con la edad ocurría, en general, más o menos a los 71 años. Pero entre los que tomaban levodopa, ocurrió mucho después, más o menos a los 79.
Según McKay, el fármaco podría afectar al desarrollo de la degeneración macular relacionada con la edad al proteger unas partes del ojo conocidas como fotorreceptores. Esas neuronas ayudan al cuerpo a percibir la luz.
Pero quizá la levodopa no sea la protagonista. McKay dijo que es posible que la enfermedad de Parkinson en sí podría reducir el riesgo de degeneración macular relacionada con la edad. O quizá la situación sea otra.
McKay mencionó que ser pelirrojo se vincula con un riesgo más alto tanto de enfermedad de Parkinson como de degeneración macular relacionada con la edad. Eso sugiere una conexión. "No estoy seguro de que las enfermedades sean independientes del todo", dijo.
En los pacientes de Parkinson, la levodopa provoca efectos secundarios como náuseas e hipotensión, pero McKay dijo que no se conocen sus efectos secundarios en las personas sin Parkinson. Comentó que el fármaco se vende sin receta, y que lo toman los fisicoculturistas, entre otros.
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