¿Qué es la DMAE?
La degeneración macular asociada a la edad, degeneración
progresiva de la mácula, es la primera causa de pérdida de visión del mundo
occidental en pacientes de más de cincuenta años. Actualmente, más de 25
millones de personas sufren esta enfermedad en el mundo, y cada año se les
suman alrededor de 500.000 afectados. Existen muchos subtipos de DMAE, pero
básicamente hay dos grandes formas: la húmeda, o exudativa, y la seca, o
atrófica.
¿Cómo afecta la DMAE húmeda?
La DMAE es una enfermedad ocular degenerativa que afecta a
la zona de la retina especializada en la visión fina de los detalles y que nos
permite leer o distinguir las caras de las personas (la mácula). La DMAE
exudativa, también conocida como húmeda o neovascular, es la forma menos
frecuente de degeneración macular asociada a la edad (cerca del 15 %), pero es
la que tiene una progresión más rápida. Necesita tratamiento inmediato para evitar
que se destruya la visión central de forma irreversible en un periodo corto de
tiempo (semanas o meses).
Características de la DMAE húmeda
La enfermedad produce hemorragias y derrames dentro de las
capas de la retina, principalmente en la zona central: la mácula. Estas
hemorragias, provocadas por pequeñas venas anormales (neovasos coroideos) que
invaden la retina, desde la capa que está por debajo de ella (la coroides),
acaban por destruir la arquitectura neural de la mácula, lo que causa una pérdida
de visión justo en el centro del campo visual.
Síntomas
Los enfermos de DMAE pierden progresivamente la visión
central, lo que conlleva dificultades para realizar tareas de precisión, como
conducir, leer o escribir. Los afectados pueden no reconocer la cara de una
persona, pero sí caminar sin tropezar y mantener una cierta autonomía.
Por otra parte, la estimación de las distancias y las
alturas puede estar alterada, por lo que puede resultar difícil subir y bajar
escaleras.
La enfermedad suele empezar en un ojo, aunque acaba
afectando a los dos. Por esta razón, es posible que el paciente no se dé cuenta
del problema visual a no ser que, de forma fortuita, se tape el ojo sano y
empiece a ver las líneas distorsionadas con el ojo afectado (metamorfopsia).
¿Se puede prevenir?
Al tratarse de una enfermedad asociada al envejecimiento,
la DMAE no se puede prevenir. Se ha observado mayor incidencia en fumadores,
por lo que llevar una dieta sana, no fumar y someterse a revisiones oculares
periódicas a partir de los cincuenta años deberían ser medidas a tomar.
¿Cuál es su tratamiento?
En los últimos años se han producido avances científicos
muy importantes en el tratamiento de la DMAE húmeda que han revolucionado el
tratamiento de esta enfermedad y han aportado una nueva esperanza de preservar
la visión a nuestros pacientes.
El principal tratamiento para intentar controlar la DMAE
húmeda se realiza a partir de la aplicación de fármacos antiangiogénicos,
mediante inyecciones intraoculares directamente en la cavidad vítrea. El
fármaco actúa bloqueando la molécula que causa el desarrollo y la progresión de
las membranas neovasculares en la DMAE húmeda: el factor de crecimiento del
endotelio vascular (VEGF). Este tratamiento consigue detener la enfermedad en
tres de cada cuatro casos y mejorarla en uno de cada tres. En casos
seleccionados o resistentes, deben intentarse otros tratamientos alternativos,
como la fotocoagulación láser, ya sea directa o de los vasos nutrientes, la
terapia fotodinámica y, en algunos casos, la combinación con microcirugía
vitreorretiniana macular.
Protocolo
Revisiones previas: es indispensable un examen
oftalmológico completo que incluya una retinografía, una autofluorescencia, una
tomografía de coherencia óptica y una angiografía fluoresceínica y, en ciertas
ocasiones, con verde de indocianina.
Intervención: se realiza con anestesia tópica (gotas) y
generalmente no produce molestias. Se trata de un procedimiento corto que se
realiza en quirófano o en consulta, pero siempre bajo unas condiciones
estrictas de asepsia.
Precauciones: antes de la intervención se desinfecta
abundantemente el ojo y los párpados mediante soluciones yodadas.
Riesgos: como en cualquier intervención, el riesgo más
grave es la infección del ojo, pero si se realiza una correcta desinfección
preoperatoriamente, el riesgo es extraordinariamente pequeño: menos de un caso
de cada mil pacientes.
El Institut de la Màcula aplica el régimen de tratamiento
Fusion© desarrollado en nuestro centro para optimizar e individualizar el
tratamiento, con lo que ha logrado disminuir el riesgo de pérdida de visión a
largo plazo que puede ocurrir con otros regímenes actuales de tratamiento.
La clave del éxito del tratamiento mensual radica en
aplicar el tratamiento incluso cuando la lesión está inactiva. De este modo es
el tratamiento, y no la enfermedad, quien lleva la iniciativa. Sin embargo, en
algunos casos puede suponer un sobretratamiento.
Por eso, el régimen Fusion es flexible para obviar
inyecciones en pacientes que presentan un curso más benévolo y también permite,
en el extremo opuesto del espectro, tratamientos mensuales en caso de ser
necesarios. Comparado con otras estrategias, el tratamiento antes de la
recurrencia de la lesión disminuye el riesgo de pérdida visual o de pérdida de
la visión ganada inicialmente.
El Institut colabora con la Barcelona Macula Foundation
para mejorar los tratamientos actuales de enfermedades como la DMAE exudativa.
FUENTE: http://institutmacula.com/patologia/dmae-exudativa-o-humeda/
FUENTE: http://institutmacula.com/patologia/dmae-exudativa-o-humeda/
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