domingo, 13 de marzo de 2016

EL GLAUCOMA EN EUSKADI...

El glaucoma ocular lleva a la ceguera a 2.500 personas en euskadi
Se trata de una enfermedad asintomática hasta fases avanzadas y afecta a unos 50.000 vascos.



No presenta síntomas tempranos pero avanza inexorablemente reduciendo la visión del ojo y llegando a producir la ceguera total. El glaucoma ocular está considerado como una enfermedad silenciosa. Aunque en Euskadi su incidencia es menor que en comunidades como Galicia y Navarra, se calcula que hay unos 50.000 vascos afectados. El 5% de ellos, unos 2.500, alcanzarán una ceguera total e irreversible. Los expertos advierten del riesgo de esta enfermedad y destacan la importancia de realizar revisiones periódicas a partir de los 40 años para frenar su desarrollo.

El glaucoma avanza de forma lenta y gradual pero existen tratamientos eficaces para detenerlo o ralentizarlo: desde la aplicación de gotas a la cirugía. Es por ello que los expertos destacan las revisiones preventivas en el oftalmólogo.

El glaucoma es la segunda causa de ceguera a nivel mundial por detrás de las cataratas, pero a diferencia de estas no tiene una solución quirúrgica. Es decir, una vez alcanzada la ceguera por glaucoma, esta es irreversible. Se acabó. Según los expertos, una solución pasaría por que alguien consiguiese regenerar los nervios ópticos dañados, algo que a día de hoy está muy lejos.

Afecta al nervio óptico que conecta con la retina y da lugar a una pérdida progresiva del campo de visión provocada por el exceso de presión intraocular que daña las fibras nerviosas. El paciente padece el conocido como “efecto túnel”, perdiendo visión periférica que avanza hacia el centro. Su gran peligro es que es asintomática hasta fases avanzadas.

La mayor incidencia de la enfermedad se produce a partir de los 40 años: de hecho, esta enfermedad afecta en el Estado español a un 2,1% de las personas entre 50 y 59 años; a un 2,3% entre 60 y 69 y hasta un 3,5% en los mayores de 70. Además, trabajos recientes hablan de cifras incluso mayores. Así, según un estudio publicado en 2016 en el British Journal of Ophthalmology, la prevalencia se dispara con la edad, especialmente en la raza blanca, llegando a afectar al 10% de la población a los 90 años.

TAMBIÉN ES HEREDITARIO
 Aunque muy asociado a la vejez, el glaucoma puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, incluso niños; pero existen circunstancias que predisponen a esta enfermedad. Algunas de ellas son los antecedentes familiares; la pertenencia a la raza negra, que está más predispuesta a sufrirlo; tener miopía; ser enfermo de diabetes o la toma de corticoides de forma prolongada.

De cualquier forma, su principal factor de riesgo es la elevación de la presión intraocular, que al mismo tiempo es el único factor que puede ser modificado con los tratamientos.

El glaucoma, sin embargo, tiene un componente hereditario importante sobre el que a día de hoy poco se puede hacer. Es por ello que los expertos inciden en la importancia de informar a los familiares directos si tenemos esta enfermedad. Aunque es incurable, existen múltiples tratamientos para reducir sus consecuencias y mejorar la calidad de vida del paciente, como colirios que disminuyen la presión ocular, tratamientos con láser y la cirugía, en última instancia, recordaron desde Policlínica Gipuzkoa.

Según datos de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), el 50% de las personas que padece esta enfermedad lo desconoce y hasta un 90% de la ceguera provocada por esta dolencia podría evitarse mediante un diagnóstico precoz, según recordó ayer Clínica Baviera en un comunicado.

REVISIONES CADA DOS AÑOS
 Por ello es importante realizar revisiones oftalmológicas de manera habitual a partir de los 40 años. Más aún en el caso de pertenecer los perfiles de riesgo: paciente con antecedentes familiares de glaucoma, diabéticos, personas con miopía y toda persona mayor de 50 años.


La Glaucoma Research Foundation asegura que es fundamental realizar una primera revisión oftalmológica a toda persona mayor de 40 años y de 35 si se tienen antecedentes familiares. Posteriormente, esta asociación afirma que conviene realizar nuevas revisiones cada dos años si se pertenece a uno de los citados grupos de riesgo o cada cuatro hasta cumplir los 50 años.

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