La Organización Mundial de la Salud estima que hay unas 285 millones de personas que padecen problemas de visión y, de ellas, alrededor del 90% viven en zonas con bajos recursos.
El oftalmólogo Andrew Bastawrous hace frente a esta cifra mediante el kit de examen ocular portátil Peek, proyecto con el que ha conseguido ser uno de los laureados con los Premios Rolex a la Iniciativa en 2016. Un reconocimiento de carácter humanitario que la firma relojera otorga cada año desde 1976 a 10 emprendedores que hayan demostrado pasión y espíritu por hacer del mundo un lugar mejor.
Todo empezó en 2012 cuando Bastawrous abandonó Reino Unido para trasladarse con su familia a Kenia. Tenía un objetivo claro: ir a las zonas más deprimidas del país para que todos pudieran acceder a servicios básicos de oftalmología. Mucha gente no tenía ninguna posibilidad de tan siquiera examinar su vista y había pacientes que padecían una ceguera totalmente tratable. «No puedo creerme que vivamos en un mundo donde ya sabemos cómo proporcionar tratamientos y no se lleven a cabo. Es sumamente injusto».
El proyecto tuvo que hacer frente a muchos retos que, poco a poco, fue sorteando. En África hay un gran déficit de electricidad doméstica y de infraestructuras de transporte. Sin embargo, gran parte de la población cuenta con cobertura telefónica. «En Kenia y en el África Negra hay más gente con acceso a un teléfono móvil que a agua corriente limpia», dice el médico.
La solución que promovió el doctor consistió en aprovechar el potencial de los smartphones para crear una aplicación de diagnóstico ocular. La información quedaría registrada en una base de datos. A todo esto hay que añadir un pequeño hardware de bajo coste impreso en 3D que se adhiere al móvil con el que es posible examinar la retina en profundidad. Todo esto compone el kit de examen ocular portátil Peek (en inglés, «vistazo»). El sistema de Bastawrous es mucho más barato y menos pesado que un equipo convencional. Todo un éxito. En tan sólo nueve días 25 maestros pudieron examinar a más de 20.000 estudiantes.
Gracias a Rolex se va a establecer un centro de formación Peek en una localidad de Kenia, además de favorecer la exportación a países con carencias de servicios oftalmológicos. Si en Occidente un móvil provoca dioptrías, en África las cura.
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