viernes, 30 de octubre de 2009

PELIGRO DE SOMBRAS: GLAUCOMA

Una noticia interesante

Es una de las principales causas de ceguera irreversible. Sólo puede prevenirse mediante consultas periódicas con un especialista. La palabra glaucoma designa a un grupo de enfermedades en las que el nervio óptico sufre un daño característico.

Quien padece glaucoma suele experimentar una pérdida insensible y progresiva del campo visual.

La presión intraocular (PIO), suele ser el factor de riesgo más importante, aunque no el único, para el desarrollo de la lesión glaucomatosa.Los valores de PIO capaces de dañar al nervio óptico varían de una a otra persona. Se considera que cuanto mayor es la PIO mayor es el riesgo de contraer glaucoma.
Junto con las secuelas oftálmicas de la diabetes, el glaucoma es una de las principales causas de ceguera irreversible.

En las formas crónicas el paciente se da cuenta del daño cuando ya es demasiado tarde; el proceso puede insumir hasta 20 años, pero a veces es más rápido.
Un caso extremo es la forma aguda. En ella la presión del ojo sube bruscamente, con dolores sumamente intensos, y conduce a la ceguera de modo casi inmediato.
Se trata de una clara urgencia oftalmológica.
La edad avanzada, la miopía, la diabetes y el factor hereditario encienden alarmas de riesgo.
El gran villano, como queda dicho, es la presión intraocular pero también es posible que la enfermedad se desarrolle en ojos que tienen presión normal. Cualquiera, a cualquier edad, puede padecer glaucoma.
Cierta forma, llamada de ángulo abierto, prevalece en personas mayores de 45 años.

Cada año, en la Argentina, son afectadas entre 40 mil y 80 mil personas: la mitad de los que padecen glaucoma ignoran su enfermedad hasta que ésta las inhabilita para cumplir funciones habituales: conducir, reconocer rostros, andar por la calle.
En los últimos años hubo un gran avance en el diagnóstico y tratamiento gracias al desarrollo de nuevos aparatos de detección y a nuevas técnicas quirúrgicas.
Por desgracia, suele ocurrir que el paciente recurra al oftalmólogo cuando ya ha perdido la visión en uno de sus ojos.

El glaucoma, como las cataratas, sólo se descubre a tiempo mediante la buena costumbre de comprobar anualmente la salud de los ojos.

El control periódico permite asimismo al especialista evaluar la inminencia de un glaucoma agudo y desactivar el proceso mediante una maniobra quirúrgica, con auxilio de un rayo láser, que impide el aumento de la presión ocular. Consultar es prevenir: hay en el mundo millones de glaucomatosos y sólo la mitad sabe que los amenaza la ceguera.

Esta enfermedad tiene un tratamiento efectivo y variado. Consiste en disminuir la presión ocular mediante el uso de medicamentos (gotas oftálmicas) y diversos procedimientos quirúrgicos con láser o con técnicas de microcirugía.

Aunque el glaucoma no tiene cura puede ser controlado y de esta forma prevenir futuras pérdidas de visión.

La meta fundamental en el tratamiento es preservar una capacidad visual útil compatible con una calidad de vida normal.
Para lograrlo es importantísimo diagnosticar la enfermedad lo antes posible pues, una vez ocurrida, la perdida de visión no es reversible.

El tratamiento consiste en combatir todos los factores conocidos que causan glaucoma.
Disminuir la presión ocular es la estrategia más utilizada; también mantener una buena circulación en el nervio óptico y proteger a las delicadas células nerviosas que conducen las sensaciones visuales.

La cirugía del glaucoma es más compleja que la de cataratas: dura aproximadamente 20 minutos. Consiste en practicar una pequeña perforación a través de la cual drena el líquido responsable del exceso de presión hacia un reservorio llamado ampolla flotante, dentro del mismo ojo.

La recuperación no es tan rápida como en el postoperatorio de cataratas, pero sí satisfactoria.
Cirugías combinadas permiten a pacientes que padecen cataratas y glaucoma recuperar ciento por ciento de la visión posible de acuerdo con el estado del nervio óptico.

Por esta razón, la persona que padece glaucoma no debe creer que marcha hacia la ceguera irremediable; la medicina le brinda excelentes recursos para conservar la función de sus ojos.

Fuente: Dr. Ricardo Alberto Masini (MN 81168), cirujano oftalmólogo, miembro del Servicio de Glaucoma y Cirugía del Hospital Oftalmológico.

Fuente: http://www.elperiodicoaustral.com/index.php?option=com_content&task=view&id=22999&Itemid=26

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