lunes, 25 de enero de 2010

"SE CAE EL MUNDO ENCIMA CUANDO NO PUEDES VER"

Una técnica experimental permite a Luis Ángel recuperar la visión en un ojo
Médicos del IOBA de Valladolid implantaron células madre extraídas del ojo sano en el globo ocular izquierdo, que había perdido la visión tras una quemadura con sosa cáustica



Después de 12 años trabajando en una empresa conservera la rutina de Luis Ángel Cabezón - ese día a día de repetir mecánicamente los mismos procesos- se transformó en confianza y la confianza en un grave accidente laboral en el que este vecino de Alberite a punto estuvo de perder el ojo izquierdo: limpiar acero inoxidable con sosa cáustica exige el uso de unas gafas de protección, pero Luis Ángel se confió y un grano de sosa acabó quemándole el ojo.

«Todavía me acuerdo del dolor horroroso que sentí», apunta Luis Ángel mientras narra sus peripecias de centro médico en centro médico. Con la sosa cáustica quemándole el ojo, trató de lavarse en su empresa y rápidamente acudió al Hospital San Pedro. Había pasado poco tiempo, pero el suficiente como para abrir el ojo y no ver absolutamente nada.

La apuesta del equipo médico, dirigido por la doctora Sara Velilla, fue «ponerme unas membranas de células madre para tratar de regenerar el daño que había causado la sosa cáustica». El pronóstico, pese a la gravedad de las quemaduras, fue alentador: quizás, en el largo plazo, podría recuperar la visión.

Después de pasar por el quirófano en dos ocasiones la esperanza se llamó Valladolid. El Instituto de Oftalmología Aplicada de la Universidad de Valladolid (IOBA) había comenzado a aplicar una técnica novedosa que consiste en extraer células madres del limbo del ojo sano para, después de cultivarlas en el laboratorio, implantarlas en el lesionado. Tras dos nuevas intervenciones quirúrgicas, el ojo izquierdo de Luis Ángel comenzó a regenerar el limbo. «Tenía las venas quemadas y una úlcera muy importante y eso me impedía ver. No podía ver absolutamente nada y poco a poco mejoré», apunta Luis Ángel.

De aquella intervención han pasado apenas tres meses, tiempo suficiente para que el día a día de Luis Ángel se parezca, cada vez más, al que disfrutaba antes del accidente.

En marzo volverá a trabajar -«espero que no me vuelva a pasar», bromea-, pero tendrá que seguir viajando a Valladolid una vez al mes. Es lo de menos. Sabe que es uno de los ocho privilegiados que, en toda España, ha conseguido recuperar la visión gracias al IOBA.

Fuente:
http://www.larioja.com/20100123/rioja-comarcas/madre-todas-miradas-20100123.html

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