jueves, 17 de junio de 2010

ALGO NUEVO PARA LA PRESBICIA

Federico Alonso, director médico de la Clínica Tecnoláser Santa Justa, en Sevilla
 "Con la nueva cirugía para tratar la presbicia, la posibilidad de una infección es mínima"
Imagen: Dr. Federico Alonso

La presbicia o vista cansada es un problema que afecta a la mayor parte de la población a partir de los 40 ó 45 años. Prevenirla no es posible y las soluciones disponibles hasta ahora para tratarla han consistido en el uso de gafas para mejorar la visión de cerca, lentes intraoculares o, incluso, una cirugía que permitía ver con un ojo de cerca y con otro de lejos, aunque resultaba incómoda para los pacientes. Una nueva técnica quirúrgica, Intracor, logra restaurar la visión de cerca sin afectar a la estructura de la córnea y, por lo tanto, disminuye las infecciones, según explica Federico Alonso, director médico de la Clínica Tecnoláser Santa Justa, de Sevilla.

¿Cómo describe la vista cansada?

La vista cansada es una alteración natural del cristalino que ocurre a partir de los 40 años y que se caracteriza por una dificultad en el enfoque a media y corta distancia visual.

¿A qué porcentaje de la población afecta?
A todas las personas a partir de los 40 ó 45 años.

¿Entonces, no hay forma de prevenirla?
En efecto, no hay ninguna forma de prevenirla.

¿Cómo se ha tratado hasta ahora la presbicia?
En general, se retiraba el cristalino alterado, causa de la presbicia, y se sustituía por una lente multifocal que permite ver igual que con unas gafas progresivas. Se coloca una lente intraocular para ver a distintas distancias, si bien no hay una lente perfecta. Con algunos modelos se ve mejor a corta distancia y son otros, a media distancia. Otro tratamiento con cirugía permite que el paciente pueda ver con un ojo de cerca y con otro, de lejos.

¿Esta técnica es incómoda para el paciente?
Se realiza con láseres excímeros de última generación, disponibles en centros muy especializados. No obstante, con esta técnica, denominada Presbilasik, sólo se adaptan el 50% de los pacientes. Una nueva técnica incrementa la posibilidad de adaptación hasta un 97% de los casos.

¿En qué consiste?
Mientras que para realizar el tratamiento con Presbilasik hay que cortar la córnea, es decir, tallar una lámina y hacer una especie de lengüeta para llevar a cabo el tratamiento con el láser, la novedad de la técnica Intracor es que se actúa directamente dentro de la córnea, sin herirla, sin practicar una incisión, con lo que disminuye el riesgo de infecciones y es mucho más cómodo para el paciente.

¿Por ese motivo se denomina Intracor?
Así es, es el único tratamiento que se realiza dentro de la córnea, sin alterar otras superficies oculares ni levantar una lengüeta.

¿Quién puede beneficiarse de esta nueva técnica?
Este tipo de cirugía está indicada, sobre todo, para pacientes que sólo necesitan gafas para ver mejor en distancias cortas, es decir, para pacientes que nunca usaron gafas porque su visión de lejos es perfecta, pero deben usar gafas ópticas de una a dos dioptrías o tienen la vista cansada. Los micropulsos del láser que se aplican dentro de la córnea cambian su curvatura sin afectar a la estructura y estabilizan la capa de Bowman, que es la más fuerte de la córnea. El tratamiento se dirige por debajo de ésta. En cambio, con la cirugía refractiva y con la Presbilasik, había que levantar una lamina y se alteraba la estructura corneal.

¿Hay experiencia suficiente con esta técnica?
Es una técnica aprobada por la Comisión Europea y tiene un periodo de desarrollo de cuatro años. Los pacientes tratados en este periodo han experimentado buenos resultados y cabe la posibilidad de que estos sean permanentes.

¿Cómo ha sido la experiencia en España?
Se practica desde hace más de un año. En Sevilla se realiza en dos centros, la Clínica Tecnoláser de Santa Justa y el Instituto de Investigaciones Oftalmológicas, de la mano del doctor Cayetano Flores. También se practica en el centro Oftalmoplus de Barcelona, en la Clínica Castilla de Madrid y en A Coruña, en el centro Oftalmológico Gutiérrez Maceres y Amorós.

¿Qué proceso implica para el paciente esta cirugía?
Primero se realiza un estudio oftalmológico completo en el centro, que consiste en varias pruebas, como una topografía corneal, un fondo de ojo, un estudio de las aberraciones ópticas y de la histéresis corneal, que es una valoración de la córnea para comprobar si es rígida o si el paciente tiene elasticidad. Si el candidato tiene buena vista de lejos y muy poca graduación, unas 0,75 dioptrías de hipermetropía (causa de borrosidad y problemas de visión a distancias cortas), se le cita para la intervención de cirugía, que dura cinco minutos en el quirófano, aunque el procedimiento del tratamiento en sí son sólo 30 segundos. Al día siguiente, el paciente ya nota que ha mejorado su visión de cerca. El resultado se nota durante la primera semana y, al mes, el efecto del tratamiento es notorio.

¿La técnica es ambulatoria?
Sí, se realiza con anestesia tópica con la administración de un colirio. Esta técnica es más cómoda para el paciente porque no causa heridas, ni irritación, ni dolor ni arenilla.

¿Qué resultados se consiguen?
El paciente, según sus características y su refracción previa oftalmológica, puede recuperar la visión entre un 80% y un 100% en distancias cortas. Depende de cada paciente y de la agudeza visual previa que se alcance en un objetivo u otro. Todos los pacientes no tienen la misma agudeza visual de cerca pero, por lo general, todos la recuperan por encima del 80%.

No obstante, tendrá alguna complicación o riesgo.
Al no tocarse las estructuras de la córnea, el riesgo de infecciones en quirófano casi se reduce a cero. Con la nueva cirugía para tratar la presbicia, la posibilidad de una infección es mínima si se compara con otras técnicas. El único efecto secundario que puede tener es que no se alcancen las expectativas de recuperar la visión de cerca. Pero lo importante es que, con esta técnica, cuando se realiza en condiciones, el paciente nunca pierde visión de cerca.

EXPERIENCIA Y VENTAJAS DE INTRACOR
La técnica Intracor se basa en la manipulación biomecánica, es decir, consiste en modificar el tejido ocular, pero sin realizar ningún corte o incisión. Para llevarla a cabo, se utiliza un láser de micropulsos que penetran en la estructura molecular de la córnea y la debilitan por unos momentos para poder darle la forma o curvatura que se desee. Una vez que cesan los micropulsos intracorneales, el tejido ocular manipulado recupera su firmeza previa. Al no debilitar ni alterar la córnea, una de las ventajas de la técnica radica en que se puede aplicar en córneas finas.

Este procedimiento de cirugía mínima invasiva comenzó a realizarse en Alemania en el año 2007. Desde entonces, se ha extendido a otros países como Turquía, Francia, Inglaterra, Colombia y, ahora, a España. Se han sometido a ella 2.500 pacientes. Tras esta experiencia, los especialistas opinan que los resultados obtenidos podrían ser permanentes, lo que constituiría otra ventaja.

Esta técnica se ha revelado eficaz a cualquier edad, es indolora y ambulatoria (ya que no precisa ingreso hospitalario). Gracias a ella, la visión se recupera de forma rápida. Pocas horas después de la cirugía, los pacientes pueden leer sin gafas. La visión a distancia que se logra con ella es muy buena, mientras que con otras cirugías los resultados son más pobres. El tratamiento se puede combinar con la corrección de la hipermetropía y, en un futuro próximo, con el de la miopía.

Por su parte, Federico Alonso destaca, como otra de sus ventajas, la seguridad, ya que no se altera la estructura corneal ni se realiza ningún corte. De esta forma, se minimiza el riesgo de infección, insiste. "Es muy interesante porque señala hacia dónde va la innovación, la investigación y el desarrollo del futuro: hacia la técnica con micropulsos intracorneales, apostilla.

Fuente: http://www.consumer.es/

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