lunes, 23 de agosto de 2010

MAS DE 80 MIL ARGENTINOS PADECEN DEGENERACION MACULAR

UNA ESTADISTICA SOBRE LA DEGENERACION MACULAR RELACIONADA CON LA EDAD
Imagen: como ve una persona con degeneracion macular

Esta enfermedad compromete la visión central impidiendo la realización de actividades cotidianas, pero además provoca una seria disminución de la agudeza en sólo pocas semanas. Por lo general, se presenta después de los 50 años, lo que hace que pueda ser confundida con los cambios característicos de la edad, situación que retrasa el diagnóstico.

La Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE) es una enfermedad que está comprendida dentro de las condiciones oftalmológicas que afectan la mácula, porción de la retina que permite ver con nitidez en el centro del campo visual, y puede presentarse de dos maneras: la forma seca y la húmeda.

En la primera de ellas, la retina comienza a afinarse y degenerarse paulatinamente provocando la pérdida de la visión en forma lenta y gradual. En la forma húmeda, en cambio, los cambios se dan más bruscamente. Ésta variante es la que en la actualidad afecta a aproximadamente 80 mil argentinos.

"Se calcula que a nivel global el 10 por ciento de la población de entre 65 y 75 años padece esta enfermedad. Lo que ocurre es que esta patología impone una situación compleja: si bien todas estas personas nunca llegarán a ser ciegos por completo, sí tendrán amplias dificultades porque lo que se compromete es la visión central, aunque no la periférica. Es por eso que la incidencia de cuadros depresivos es muy alta, lo mismo que la de caídas y golpes", explicó el doctor Jorge Bar, jefe del servicio de Retina del Hospital de Clínicas y ex presidente de la Sociedad Argentina de Retina y Vitreo (SARyV) en una conferencia de prensa a la que asistió PRO-SALUD News.

"Por eso es tan importante que la gente se informe y que permitirá no sólo detectar los cuadros sino también brindar información sobre lo que son las maculopatías (que muchas veces forman parte del universo únicamente de los mayores), así como también sobre los factores de riesgo que no sólo pueden predisponer a que esta enfermedad se desarrolle, sino además contribuir a su agravamiento", continuó el especialista haciendo referencia no sólo a la iniciativa que llevarán adelante los mencionados centros de salud de la Capital Federal, sino también diversos centros oftalmológicos del resto del país durante la tercera semana de septiembre, en el marco de la Semana Mundial de la Degeneración Macular. La "gira" cuenta con la organización de la Sociedad Argentina de Oftalmología y el apoyo del laboratorio Novartis Argentina.

La detección precoz es esencial, ya que al presentarse mayoritariamente en personas (hombres y mujeres aunque con una leve prevalencia en el sexo femenino) después de los 50 años, los síntomas que muchas veces se advierten de casualidad o sin querer, pueden ser considerados algo normal de la edad, retrasándose la detección y el diagnóstico hasta que es demasiado tarde.

"Aunque se advierta mientras se realiza alguna actividad y sin que el paciente haya sentido nada, la afección comienza en forma abrupta en muy pocos casos. Por lo general lo que ocurre es que la persona empieza a ver alguna deformación en las imágenes, una sutil distorsión de las líneas, y la visión comienza a empeorar. Puede ocurrir que la persona crea que tiene cataratas u otra enfermedad ocular, y demore la consulta. Por eso, los pacientes mayores deberían realizarse un examen oftalmológico al año, o cada dos si no tienen ningún síntoma, para detectar si está sufriendo algún tipo de alteración ocular", manifestó el doctor Oscar Donato, jefe del Servicio de Retina del Hospital Oftalmológico Pedro Lagleyze y también ex presidente de la SARyV.

No obstante, deben consultar con mayor asiduidad y ante la más mínima molestia aquellos que tienen antecedentes familiares de DMRE, que ya poseen otras alteraciones oftalmológicas o que presentan alguno o varios de los factores de riesgo tanto inmodificables (edad avanzada, sexo femenino, color de iris claro) como modificables (tabaquismo, exposición solar, obesidad, hipertensión y operaciones de catarata, aunque éste último aún sea objeto de discusión).

"Es muy importante remarcar que aunque la DMRE no tiene cura, sí es posible llevar a cabo un tratamiento de probada efectividad no sólo en detener la progresión de la enfermedad, sino también en contribuir a la recuperación de la visión. Por eso una vez realizada la consulta y contando con los resultados de los estudios (tomografía computada de la mácula y retinofluoresceinografia), el médico deberá charlar con su paciente para definir el curso de acción que en la actualidad se basa fundamentalmente en la administración de microinyecciones oculares de ranibizumab, un antiangiogénico desarrollado en la última década en reemplazo de la terapia fotodinámica y la fotocoagulación con láser, que habían obtenido pobres resultados", postuló el doctor Donato.

De hecho, según trabajos publicados en el New England Journal of Medicine, las microinyecciones permitieron obtener una tasa de respuesta sin precedentes en los pacientes con DMRE húmeda: a dos años de tratamiento, casi el 95 por ciento tratados con ranibizumab mantuvieron su visión, y más del 68 por ciento ganó visión.

Fuente: http://www.facebook.com/pages/Visualarte/116094705073162#!/pages/Visualarte/116094705073162?v=wall

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