martes, 25 de enero de 2011

MAR DEL PLATA: UNA OBRA PARA CUATRO SENTIDOS...

“Una carta para Antonia” es una pieza sensorial, ya que se desarrolla en la oscuridad total, con un relato, sonidos y olores que harán que la imaginación de cada persona sea la que cuente la historia
                                        Imagen: elenco de la obra

Una experiencia de nivel internacional, llega a la temporada local para enaltecer la cartelera de espectáculos. Se trata de “...una carta para Antonia”, obra escrita y dirigida por los marplatenses Silvia Di Scala y Marcelo Altable.

Es una pieza teatral sensorial, una disciplina del género que se viene desarrollando con gran fuerza y éxito en Nueva York desde hace varios años, y que ha llegado a nuestro país, especialmente a Capital Federal en los últimos tiempos. Consiste en la mezcla del lenguaje teatral y sensorial, encontrando una puerta abierta al juego y a la experimentación, desarrollando la imaginación de sus participantes, ya que la acción se desarrolla en la oscuridad total de un espacio, donde el público podrá percibir olores, sonidos, ruidos y un relato que los ayudará a expandir sus pensamientos.

Es la primera vez que en Mar del Plata, un grupo de teatro (independiente) produce este tipo de espectáculo. La obra, ya declarada de Interés Consular por el Consulado de Italia local, a cargo del Sr. Cónsul Fausto Panebianco, se presentará de jueves a domingos de enero y febrero de 2011, a las 21 y 22, en el espacio educativo-artístico TMC!, perteneciente a la reconocida directora y actriz María Carreras, ubicado en Quintana 231 (casi Alem).

Escrita, ideada y dirigida por sus autores, se organiza en torno a una carta escrita por uno de los dos personajes, Giusseppe (25 años) a su querida Antonia (23años) que reside en la hermosa Bari, al sur, en el mismo taco de la República de Italia, desde donde partió rumbo a la América en busca de progreso y con muchas esperanzas, allá por los 1886,1890.

Desde la misma y con un alto voltaje poético y cargado de historia se refleja hacia el espectador y obliga a generar dentro de su imaginación imágenes, distintos escenarios, episodios, circunstancias, personajes, logrando que cada uno genere y edifique el suyo, claro está, sin haber visto nada en concreto.

Esta intrincada idea, necesitó de todo el 2010 para gestarse ya que las formas tradicionales del teatro en cuanto a guión, dirección y técnica, se ven completamente alteradas en este nuevo género.

Según cuentan Di Scala y Altable, el proyecto tuvo distintos campos: en principio la elección de la técnica que es novedosa en Mar del Plata. “Es un desafío para quien venga a vivir la experiencia que construimos desde algunas puntas vividas y otras experimentadas e investigadas”, indicaron.

La temática fue el segundo campo a determinar. “Gracias al aporte de Silvia llegamos a los inmigrantes italianos y ahí comenzó a tomar forma “…una carta…”, Si bien no es una obra testimonial, hubo una gran investigación histórica que da algunos puntos a respetar, en lo temporal, geográfico, etc” indicó el director.

Respecto al guión, la directora contó que “como autores, no teníamos un formato de libreto ya que es algo inédito, inclusive para registrarlo en Argentores fue todo un tema. Fusionamos dos estilos de libretos para poder construir el que íbamos a llevar adelante. A la hora de hacerlo Marcelo hizo una carta, yo otra y las unimos. Eso es el resultado de la obra”.

En cuanto a llevar adelante la puesta también tuvieron que ser creativos, “por lo que todo resultó muy desafiante pero también enormemente gratificante”.

En esta experiencia teatral, a Di Scala y Altable, se suman los actores Camila Caire, Natalia López, Lucas Longo y Juan González. Por fuera, pero desde muy cerca, la empresaria local María Liberati oficia de madrina del espectáculo, el cónsul Fausto Panebianco le dio todo su respaldo y María Carreras, ciegamente, les brindó su espacio.

“Quien se permite volar, ve un poquito más allá de lo que transmite la vista. María es una visionaria porque creyó y apostó al proyecto”, afirmaron.

Fuente: http://www.diarioelatlantico.com/

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