jueves, 17 de febrero de 2011

BEBES PREMATUROS Y CEGUERA: ENSAYOS, INVESTIGACIONES RECIENTES...

'Avastin' (Roche) podría prevenir la ceguera que afecta a bebés prematuros

Imagen: bebé prematuro

Un fármaco para el tratamiento contra el cáncer, bevacizumab (comercializado como Avastin), podría prevenir la ceguera en bebés prematuros antes de que sus ojos se desarrollen totalmente. Así lo confirma una investigación realizada por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas, en Estados Unidos. El estudio se publica en el último número de The New England Journal of Medicine.


Aproximadamente 50.000 personas en todo el mundo padecen ceguera como consecuencia de una retinopatía del prematuro (ROP). La investigación revela que una inyección única de bevacizumab en los ojos de los bebés prematuros puede ser más eficaz para prevenir la ceguera que el método habitual, cirugía láser, el cual puede provocar más problemas en los niños.


En el estudio participaron 150 prematuros a los que se les asignó aleatoriamente el tratamiento con láser o con el fármaco. Todos tenían daño avanzado en la retina en las zonas cercanas al nervio óptico. De los 75 infantes que recibieron la inyección sólo el seis por ciento tuvieron recurrencia de ROP comparado con el 42 por ciento de los bebés que fueron tratados con láser.

Aunque serán necesarias más investigaciones para confirmar estos resultados, lo simple de esta intervención y su leve carga física para los frágiles bebés prematuros son puntos a su favor, según señala la líder de este trabajo, Helen Mintz-Hittner, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas.


La administración de la inyección "dura pocos segundos", ha señalado la investigadora. Sin embargo, la cirugía láser que se empleaba para este problema hasta el momento requiere un equipamiento especial y el uso tanto de sedación como un tubo para respirar. "Es el mayor retroceso clínico para un bebé cuyo tubo debería ser retirado", añade Mintz-Hittner.


"Los tratamientos convencionales destruyen de forma permanente los vasos sanguíneos que permiten la visión periférica, mientras que las inyecciones permiten que el crecimiento de los vasos continúe", explica la directora de la investigación, Jelen Mint-Hittner.

Sin embargo, los científicos afirman que el fármaco no está exento de riesgos y que es necesario que se realicen más investigaciones al respecto.

Fuentes:
http://oftalmologia.diariomedico.com/
http://ecodiario.eleconomista.es/

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