martes, 27 de diciembre de 2011

LA PERDIDA DE VISION Y LA INDEPENDENCIA...

Un 75% de quienes acuden a la Asociación Puertorriqueña de Ciegos han perdido la visión a causa de la diabetes

Norma Cortés empezó a perder la visión cuando tenía cerca de 50 años debido a la condición de retinitis pigmentosa y, aunque ya no ve nada, continúa haciendo los quehaceres del hogar y mantiene una vida social.

Relató Cortés -quien ahora tiene 62 años y es subtesorera de la Asociación Puertorriqueña de Ciegos (APC)- que sus hijos y su esposo “al principio no me dejaban ni ir a la cocina ni hacer nada, pero me puse fuerte y dije que iba a seguir haciendo mis cosas y me fui adaptando poco a poco”.
Ingresó a la APC y allí aprendió a usar el bastón, a leer y a escribir con el sistema braille y a usar técnicas para hacer sus quehaceres. Recientemente participó de un taller de la APC en un centro comercial en el que practicaron el uso del cajero automático parlante y el proceso de seleccionar y pagar artículos. Esa experiencia no solo les sirvió a los participantes, sino que ayudó a clientes y comerciantes a entender la importancia de que ellos se mantengan integrados a la sociedad y de que a veces van a necesitar ayuda o un poco más de tiempo para pagar.

Fue allí, precisamente, donde la coordinadora de talleres de la organización, Sonia Rivera, ayudó a Cortés a buscar el juego de alfombras de baño que quería. Rivera le dio una alfombra para que palpara la textura y el tamaño, a lo que Cortés le respondió: “Sí, pero esto es una alfombra sola, yo quiero el jueguito” y le especificó el color. Minutos más tarde escogió el conjunto luego de tocarlo.
Rivera, junto con Amarilys Betancourt, la oficinista de la APC, ayudó al grupo a escoger los artículos y a dirigirlos hacia la cajera. Algunos pagaron en efectivo y otros con tarjeta de débito, cuyo número secreto marcaron sin problemas. Wanda Ivette Díaz, ciega de nacimiento, necesitó ayuda para marcar su número secreto en una máquina digital.

Luz Colón, directora de la APC, pagó en efectivo y explicó que para distinguir el valor de cada billete lo doblan de diferentes formas. Ella dobla el de $10 por la mitad y el de $20, en forma de triángulo.
“Cada quien hace su leyenda”, dijo Díaz, quien aclaró que para doblarlos “alguien nos tiene que decir de qué son los billetes o usamos una máquina que los identifica”.
La independencia es posible
“Las personas que pierden la visión, especialmente después de adultos, que llevaban una vida activa, piensan que se les acabó la vida. En la Asociación les damos ánimo y les enseñamos técnicas para que usen los enseres de la casa y sean independientes. Tratamos de que acepten usar el bastón. Eso es un reto. Muchas veces no lo aceptan porque dicen que los identifica ”, sostuvo Colón, quien tiene 68 años y quedó ciega tras un accidente durante su juventud.

Colón reveló que cerca del 75% de las personas adultas que llegan a APC han perdido la visión a consecuencia de la diabetes; muchos otros quedaron ciegos por degeneración macular. En el caso de la diabetes, es importante que las personas entiendan las graves consecuencias para que se atiendan a tiempo con medicamentos y nutrición adecuada.

Pero también es importante, dijo Colón, eliminar las barreras arquitectónicas que todavía existen en edificios y calles, en lugares en los que, por ejemplo, las aceras están ocupadas con carros y se les hace difícil caminar a ciegos y otras personas con impedimentos. De igual forma, declaró Díaz, es importante que haya “apertura en el mercado de empleos” porque para una persona ciega es bien difícil lograr que la empleen.

Mientras que en el núcleo familiar es importante que la persona ciega se mantenga integrada a las actividades. “Que siga siendo parte de la familia, que la consulten, que le den la oportunidad de opinar”, aconsejó Colón.

Ver el video:  http://bcove.me/ruj5ityw

Fuente: http://www.elnuevodia.com/videos-noticias-viviraplenitudtallerdeciegos-1318793091001.html

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