"Recorrido imaginario descriptivo"
Para comprar una casa, comprar un coche, un teléfono, o un pantalón, ¿qué se necesita? Primero tenemos que encontrarlo, nos tiene que gustar, debe haber disponibilidad, y también por supuesto, debemos contar con el dinero para adquirirlo. Si pensamos en un pantalón, algunos sólo necesitan verlo en una foto de catálogo para ordenarlo y para otros, es necesario tocarlo, ver el color en la tela y probárselo para sentir si les acomoda como esperan. Pero para buscar y encontrar lo que queremos, necesitamos ver. Ver lo que estamos seleccionando y comprando. ¿Cómo compra entonces una persona invidente? Se avienta a adquirir las cosas sin saber del todo si es lo que busca o necesita, o con qué herramientas cuenta para tomar una decisión?
Pensando en un teléfono celular, a Marcos mi compañero invidente le gusta sentir el equipo y reconocer la ubicación de las teclas. -¿Cómo contesto y cómo cuelgo?- me pregunta en la tienda. Y así de simple, eso es lo único que quiere saber. Pero cuando lo que se quiere adquirir es mucho más grande y costoso como una casa por ejemplo, ¿qué tiene que hacer una persona invidente como Marcos para conocerla?
La última buena nueva es que desde el año pasado, nos pusimos la meta de reunir los recursos para comprar una casa. Hoy por hoy no estamos seguros si lo reunido es suficiente para conseguir la que queremos, pero si veo alguna posibilidad mientras recorremos la ciudad, tomamos nota del teléfono y marcamos para pedir la información. Yo anoto y Marcos llama.
Hace unos días vi una casa hermosa tipo colonial. La fachada me daba la impresión de estar en muy buen estado y ser de buen tamaño. Lástima que el letrero decía que la casa se rentaba, pero de todos modos quisimos llamar para preguntar si había la posibilidad de compra. Le dicté el teléfono y él marcó. Atendió la llamada el señor Sergio, el dueño y por cierto, un señor muy amable. Marcos tan sólo le indicó que llamaba para preguntar por la casa y de inmediato comenzó a darle un recorrido imaginario por la propiedad, desde el exterior (como si la persona interesada no hubiera visto la casa antes de llamar), hasta las habitaciones. Marcos permaneció callado escuchando e imaginando la casa igual que yo, ya que yo podía verla por fuera pero no por dentro. Le describía con detalle calculado cada piso. Es decir, no muy poco para ser insuficiente y no tanto para ser aburrido y perder nuestra atención. Cuando terminaron de hablar Marcos le agradeció el recorrido explicándole que era exactamente lo que necesitaba debido a su discapacidad visual. El señor Sergio no tardó en advertirle que quizá no era conveniente para él porque la casa tenía muchos bloques de escalones y podía resultar riesgoso. Marcos le contestó que ya conociendo la casa y recorriéndola un par de veces, es fácil acostumbrarse a ella sin temor a caerse. Al final, como no había posibilidades de que se vendiera la casa, terminamos la llamada.
Y me quedé pensando en que hallar a una persona que nos atendiera así, en especial a Marcos, fue una verdadera casualidad. Ojalá las casualidades se repitieran tanto que todas las personas que le dieran informes, lo hicieran como el señor Sergio. Y días después descubrimos quela clave en bienes raíces, lo que podría atraer a Marcos para acercarse a conocer una vivienda y eventualmente adquirirla como cualquier cliente, podría ser “el recorrido imaginario descriptivo”, inventado de forma espontánea en una llamada telefónica.
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¿Quién es Andrea Murguía?
Estudié Ciencias de la Comunicación. Me gusta fotografiar detalles e instantes únicos. Junto con mi compañero de vida, Marcos Velázquez he ofrecido por nueve años la conferencia En Contacto con la Ceguera, en donde hablamos sobre la experiencia de él al perder la vista durante su adolescencia. Acercamos el tema de la discapacidad visual a la percepción de la realidad social de las personas con la intención de cambiar la idea y la actitud. Debido a esta labor estudié Locución y expresión verbal para mejorar mi desempeño en acción.
Recientemente descubrí que escribo. Por muchos años escribí en mi mente. Repasaba oraciones en mi cabeza que pensaba que se escucharían bien si yo fuera escritora. Soy comunicadora y ahora entiendo que no sólo puedo transmitir los mensajes que pertenecen a los demás, sino también los propios y encuentro en la escritura una forma natural de hacerlo.
Para contactar a Andrea Murguía
http://www.masajeyconferencias.com/
informes@masajeyconferencias.com
Fuente: http://www.dis-capacidad.com/nota.php?id=1881
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