¿Qué debe conocer el cirujano de catarata al operar un paciente con diabetes
mellitus?
Dra. Priscilla Fernández-Loaiza*, Dr. Lihteh Wu** – Costa Rica
*Post-Grado
Oftalmología, Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.
**Instituto de
Cirugía Ocular, San José, Costa Rica
E-mail: lihteh@gmail.com
Introducción
Los avances en los tratamientos para
pacientes con diabetes mellitus (DM) han permitido aumentar su longevidad en los
últimos años. Hoy en día esta creciente población, representa un porcentaje
importante de los pacientes que requieren cirugía de catarata. Las cataratas son
una de las principales causas de pérdida visual en pacientes con DM. El riesgo
en estos pacientes para desarrollar cataratas es de 2 hasta 4 veces más alto que
en los no diabéticos y en pacientes menores de 40 años este riesgo es de 15
hasta 20 veces más alto. La necesidad quirúrgica en estos pacientes no solo
involucra la mejoría de su agudeza visual, sino también implica facilitar el
examen del polo posterior para tratamientos a futuro.
Consideraciones pre-operatorias
Desde el punto de vista oftalmológico, lo fundamental es clasificar el grado
de retinopatía diabética (RD) y determinar la presencia o ausencia de edema
macular (EM). Múltiples estudios han determinado que la severidad de la RD y del
EM al momento de la cirugía de catarata, son los principales determinantes de la
visión final en los pacientes diabéticos post operados. La clasificación se
puede realizar clínicamente sin necesidad de estudios especializados si se sigue
la regla del 4:2:1 del ETDRS. Recordemos que de acuerdo a la Escala
Internacional de Severidad de la Retinopatía Diabética, la RD se clasifica en RD
no proliferativa leve, RD no proliferativa moderada, RD no proliferativa severa
y RD proliferativa. Además se determina si el EM está ausente o presente. En
ciertas ocasiones una tomografía óptica coherente o una angiografía
fluoresceínica pueden ayudar a clasificar casos indeterminados.
Desde el punto de vista sistémico, un adecuado control glicémico y de presión
arterial disminuye las complicaciones en la RD, sin embargo los niveles
glicémicos óptimos pre-operatorios están aún por determinarse. Se debe evitar
cambios rápidos en perfiles glicémicos en aquellos pacientes con RD no
proliferativa moderada o RD proliferativa ya que podría incrementarse el riesgo
de progresión de la retinopatía o de maculopatía diabética.
El desarrollo de nuevas técnicas de facoemulsificación y nuevos lentes
intraoculares (LIO), ha hecho que los pacientes diabéticos operados de catarata
tengan menos complicaciones, pero aún existe mucha controversia sobre si la
cirugía de catarata aumenta la progresión de la retinopatía diabética. La
progresión de la retinopatía es menor con facoemulsificación, que con cirugía
extracapsular (EECC); sin embargo aún puede observarse entre un 20-30% de
progresión en pacientes post operados con facoemulsificación. En publicaciones
más recientes se ha reportado que la extracción de cataratas con
facoemulsificación no influye en la progresión de la retinopatía diabética.
Anteriormente en pacientes diabéticos se esperaba el deterioro de la agudeza
visual de 20/100 o 20/200 para indicar cirugía. Sin embargo, estudios recientes
recomiendan un abordaje diferente para cada estadío de la retinopatía
diabética.
En aquellos pacientes sin datos de retinopatía, RD no proliferativa leve o
moderada se recomienda la facoemulsificación temprana siempre y cuando no exista
un EM asociado. En los pacientes con RD no proliferativa severa o RDP en donde
hay una visualización adecuada del fondo de ojo se recomienda realizar
panfotocoagulación inmediata, esperar por tres meses y seguidamente se realiza
la facoemulsificación. En pacientes con RD no proliferativa severa o RDP en
donde los medios no sean lo suficientemente transparentes para permitir una
fotocoagulación adecuada, se sugiere realizar inyecciones intravitreas de
bevacizumab, facoemulsificación inmediata, seguida de panfotocoagulación
inmediata. En casos de maculopatía con visualización adecuada del fondo del ojo
se utilizan las inyecciones intravítreas de anti-VEGF y láser macular. Se espera
la resolución del EM por 6 meses y luego facoemulsificación. En estos ojos que
previamente han tenido EM, es conveniente considerar una inyección intravítrea
trans-operatoria de anti-VEGF o triamcinolona. Los pacientes con maculopatía sin
visualización adecuada se indica inyección intravítrea de bevacizumab,
facoemulsificación inmediata y láser macular posteriormente.
Consideraciones Operatorias
La técnica de
facoemulsificación es preferible sobre la técnica de EECC. La mejoría en la
agudeza visual post-operatoria es mayor en post-operados con facoemulsificación
comparados con la EECC, esto posiblemente debido a una menor inflamación causada
por la facoemulsificación.
Con respecto al material del lente intraocular se
prefiere uno acrílico hidrofóbico a uno de silicón debido a que los lentes de
silicón presentan una mayor opacificación de la cápsula posterior, también se
recomienda que la óptica sea mayor a 6 mm y que sea implantado en cámara
posterior. No se ha evidenciado diferencias en la agudeza visual o a la
sensibilidad de contraste entre ambos lentes.
Consideraciones Post-Operatorias
El seguimiento de los
pacientes diabéticos debe ser cuidadoso, se conoce que el EM diabético es una de
las principales causas de pérdida visual en pacientes diabéticos con cirugía de
catarata. Un control post operatorio al día siguiente, a la semana y luego
mensualmente con un examen oftalmológico completo por 6 meses es aconsejable. Se
debe de realizar un OCT si hay sospecha de EM.
FUENTE: http://www.alaccsa-r.com/
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