La incidencia de la miopía se ha duplicado en el siglo XX
Victoria de Rojas es la directora médica del instituto
oftalmológico que lleva su nombre, integrado en la Policlínica Assistens de
Matogrande.
-¿Cuál es la incidencia de la miopía en la población
infantil? ¿Va en aumento?
-Se estima en un 9 % entre los niños de 5 a 17 años,
ascendiendo a un 25 % en torno a los 40 años. La mayor incidencia se da en
países asiáticos, donde afecta al 80 % de la población, pero en los
occidentales también ha aumentado progresivamente y las tasas de incidencia se
han duplicado en el siglo XX. Además del impacto óptico en la visión y los
costes asociados a su corrección, la miopía es un factor de riesgo de
enfermedad ocular, ya que se incrementa la posibilidad de padecer glaucoma,
catarata y desprendimiento de retina. Niveles incluso bajos de miopía influyen
tanto en la salud ocular como la hipertensión y fumar lo hacen en la salud
cardiovascular.
-¿Qué tratamientos existen para frenar su avance?
-Una publicación reciente de la Academia Americana de
Oftalmología (AAO), que compara diversos tratamientos, concluye que la medida
con mayor eficacia es la administración de atropina tópica, en muy bajas
concentraciones. La ortoqueratología y las lentes de contacto con desenfoque
periférico mostraron un efecto moderado, y las gafas progresivas tan solo
efecto leve.
Según estudios recientes, el tratamiento con atropina al
0,01 % en un niño con miopía disminuye la progresión de la misma a la mitad y
minimiza ciertos efectos secundarios, como la disminución de la acomodación y
la fotofobia, que se registraban con concentraciones más altas. No obstante,
los resultados de estos estudios son a cinco años y en población asiática. No
se sabe con certeza si esta medida frena la progresión a más largo plazo ni si
la eficacia es exactamente la misma en población europea, pero no cabe duda de
que es un gran paso adelante en el control de la miopía. La atropina al 0,01 %
es pues, nuestra primera opción de tratamiento, pero su aplicación ha de
realizarse después de una valoración individualizada del riesgo de progresión
de la miopía de cada caso particular.
-¿Y las lentes de contacto, disminuyen la progresión?
-Las lentes de contacto con desenfoque periférico, con una
eficacia moderada, no dejan de tener sus inconvenientes para porte y manejo en
la población infantil. Pensamos por ello que este tratamiento es una
alternativa solo en casos de marcada progresión que no responden a la atropina
o en los que esta no puede aplicarse, como alergias. La ortoqueratología se
asocia con un mayor riesgo de infecciones, por lo que la AAO no la recomienda
para este fin en niños.
-¿Qué medidas quirúrgicas aconseja para su corrección?
-En pacientes jóvenes con miopía inferior a 7 dioptrías, la
cirugía refractiva láser con la técnica SMILE es nuestra primera opción; si
esta no es posible, la alternativa son las lentes intraoculares fáquicas o la
PRK (láser excímer) según los casos. En los jóvenes con miopía superior a 7
dioptrías, recomendamos el implante de lentes fáquicas. Y en pacientes de más
edad, con miopía y presbicia (vista cansada), la cirugía del cristalino, en la
que este se sustituye por una lente intraocular medida para su ojo, con lo que
eliminamos la miopía y que además es una lente multifocal, por lo que
corregimos al tiempo la vista cansada. En cualquier caso, tiene que haberse producido
una estabilización de la miopía y ha de realizarse una exhaustiva exploración
preoperatoria para evaluar si el paciente es candidato a cirugía (no todos
pueden operarse) y para seleccionar la mejor técnica en cada caso.
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