¿Qué es la retinopatía esclerohipertensiva?
La retinopatía esclerohipertensiva consiste en
alteraciones que aparecen en la retina en un paciente hipertenso. No aparecen
en todos los pacientes hipertensos, pero en los que presentan esta patología,
habrá que fijarse sobre todo en las alteraciones a nivel de los vasos, tanto en
arterias, como en venas.
¿Por qué acude a la consulta un paciente con
retinopatía esclerohipertensiva?
El paciente con retinopatía esclerohipertensiva
es un paciente que suele venir a la consulta enviado por su médico internista
por un inicio de hipertensión arterial o por una descompensación o seguimiento
de su hipertensión arterial.
Hay que tener en cuenta que la retina es la
única parte del organismo en la que somos capaces de ver directamente las
arterias y las venas. Si hay una alteración a nivel cardíaco o a nivel renal,
las pruebas que va a solicitar el médico van a decir cómo está la circulación,
pero el médico no es capaz de verlo en directo. A nivel retiniano, se pueden
ver directamente las arterias y las venas a través del oftalmoscopio. Por lo
tanto, podemos, a partir de lo que nosotros vemos, contribuir a informar al
médico internista de cómo está la circulación a nivel de todo el organismo.
¿Qué produce la pérdida de visión de la
retinopatía esclerohipertensiva?
La retinopatía esclerohipertensiva no provoca
en sí una pérdida visual, pero sí lo hacen sus efectos secundarios, ya que
puede llevar a una obstrucción de rama venosa, un infarto de la cabeza del
segundo par, de la papila, puede haber también infartos retinianos… Todo ello
es secundario a la retinopatía esclerohipertensiva, y es debido a estas
enfermedades que aparece una pérdida de agudeza visual.
¿Cómo se diagnostica la retinopatía
esclerohipertensiva?
La retinopatía esclerohipertensiva se
diagnostica por medio de:
examen con lámpara de hendidura
oftalmoscopia indirecta.
Ya sea porque el paciente ha sido enviado por
el médico de cabecera o el internista o en una revisión habitual, al mirar el
fondo del ojo nos fijaremos en:
los vasos retinianos (arterias y venas)
los cruces arteriovenosos
la dirección o trayecto de los vasos
en el grosor de sus paredes
si existen hemorragias…
Si detectamos la retinopatía
esclerohipertensiva en un paciente durante una revisión rutinaria y aunque el
paciente nos haya dicho que no es hipertenso, ante la presencia de estos
hallazgos, enviaremos al paciente al médico de cabecera para que le controle la
tensión arterial.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la
enfermedad?
La retinopatía esclerohipertensiva aparece en
pacientes hipertensos, aunque no en todos, pero un buen control de la
hipertensión arterial es la mejor práctica de la que disponemos para que la
retinopatía esclerohipertensiva no provoque daños en la retina. Además, la enfermedad también se acentúa a
medida que los pacientes tienen una edad mayor, aunque es verdad que en
ocasiones nos encontramos con pacientes con mínimas lesiones tras muchos años
de evolución de su hipertensión arterial.
¿Puede prevenirse?
Teniendo, pues, en cuenta que la retinopatía
esclerohipertensiva tiene su causa en la hipertensión arterial, cuanto mejor
control tengamos de la hipertensión arterial, menos probabilidades tendremos de
sufrir esta enfermedad. Es muy importante tener en cuenta que la hipertensión
arterial no solo se controla con pastillas. Es importante:
llevar una vida saludable,
seguir una dieta equilibrada,
realizar ejercicio físico, y
evitar el tabaquismo.
¿Tiene tratamiento?
El único modo de tratar las lesiones provocadas
estrictamente por la retinopatía esclerohipertensiva es el control de la
hipertensión.
Sin embargo, sí existe tratamiento para algunos
de los efectos que pueden derivarse de ella. Si la retinopatía
esclerohipertensiva deriva en una trombosis venosa, o un problema isquémico
retiniano, habrá que tratar dichas patologías. Pero el único tratamiento para
la retinopatía esclerohipertensiva en sí misma es el control de la presión
arterial.
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