Las gafas de sol convencionales son filtros de absorción. Disminuyen la intensidad total de luz, pero sólo protegen hasta los 390 nm, mientras que un filtro selectivo de Baja visión protege desde 400 nm hasta 585 nm. La intensidad de luz de baja longitud de onda, luz UV y luz azul, es la causante del deslumbramiento e irritación ocular. Los filtros de Baja Visión protegen de forma eficaz contra esta radiación intensa y perjudicial. Actúan en la protección retiniana y son un factor de protección de la DMAE. Se prescriben subjetivamente, ya que cada paciente es más sensible a una determinada longitud de onda.
Los filtros de Baja Visión, no sólo bloquean toda la luz UV y la luz azul, además permiten el paso de la luz más confortable y necesaria. Mientras que una gafa de sol convencional puede “quitar visión” en pacientes de baja visión, estos filtros bloquean la luz perjudicial y dejan pasar la confortable haciendo una discriminación personalizada. Por ejemplo, es algo análogo a lo que ocurre cuando bajamos el volumen de un aparato de sonido, disminuimos la intensidad total del sonido (gafa sol convencional), mientras que si anulamos los graves y aumentamos los agudos con un ecualizador filtramos selectivamente (filtro de baja visión).
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