La OMS indica que actualmente existen 314 millones de personas con debilidad visual, de las cuales 45 millones son ciegas. Las mujeres son el grupo más vulnerable: La desigualdad obedece a factores de género, medioambientales y sociales. Posible prevenir 80 % de casos de debilidad visual y ceguera; un estilo de vida saludable, el uso de lentes fotosensibles y un adecuado control médico, contribuyen a prolongar la salud visual.
Santo Domingo, Abril 2010.- La población femenina es más vulnerable a padecer debilidad visual y ceguera, ya que de los 45 millones de personas ciegas en el mundo, más del 60 por ciento son mujeres y niñas, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las principales causas que influyen en que el número de mujeres que padecen debilidad visual y ceguera sea mayor a los hombres, implican factores intrínsecos al género, medio ambientales y sociales, tales como mayor longevidad, predisposición a enfermedades visuales y menor acceso a servicios de salud, refiere la OMS a través de la iniciativa global Visión 2020.
El Optómetra Javier Oviedo, Director de Educación de Transitions Optical para América Latina comenta que “la tendencia a que las mujeres vivan más años promueve el desarrollo de enfermedades visuales crónicas como glaucoma, degeneración macular relacionada con la edad, retinopatía diabética y catarata, principal causa de ceguera en el mundo”.
Algunas enfermedades visuales como tracoma (severa infección e inflamación ocular), síndrome de ojo seco y catarata, afectan más a mujeres que a hombres, independientemente de la edad. Y existen condiciones médicas prevalentes en población femenina como las enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide y esclerosis múltiple) que pueden causar inflamación del nervio óptico y/o sequedad del ojo.
“Los cambios hormonales en la mujer también pueden provocar cambios fisiológicos y visuales en los ojos. Durante el embarazo, la córnea se puede engrosar y alterar su curvatura, por tanto algunas mujeres pueden reportar disminución de la visión lejana durante el embarazo” afirmo Oviedo.
Las exigencias del mundo moderno y ritmo de vida de la mujer contemporánea contribuyen a mermar su capacidad visual.
La contaminación ambiental, la exposición a la radiación ultravioleta solar, el trabajo frente a una computadora, los cambios bruscos de iluminación, la vida sedentaria y el tabaquismo, son importantes factores de riesgo cotidianos que afectan la visión, desencadenando desde fatiga visual hasta enfermedades crónicas como degeneración macular, daño en córnea y retina, así como catarata.
Datos de la OMS indican que en los últimos tres años la cantidad de débiles visuales casi se duplicó. Para el año 2009 ya son más de 314 millones de personas presentan discapacidades visuales, de los cuales 45 millones son ciegas. Paradójicamente de acuerdo con la OMS, hasta el 80% de los casos de debilidad visual y ceguera pudieron ser prevenidos o tratados a tiempo para evitar una mayor pérdida de la visión.
Sin embargo en caso de no implementar acciones de prevención y cuidado de la salud visual, el número de débiles visuales llegará a 360 millones para el año 2020, de los cuales 90 millones tendrán ceguera total.
Para conserva la salud visual hoy y en el futuro, es fundamental que toda la familia se realice un examen ocular por lo menos una vez al año, especialmente mujeres embarazadas o con menopausia.
Asimismo, se recomienda implementar medidas de protección cotidianas para contrarrestar los efectos de agentes como las radiaciones solares, el deslumbramiento y la exposición constante a la computadora o el televisor, a través del uso de lentes fotosensibles que brinden una protección del 100% contra los rayos UV, además de que contribuyan a reducir el deslumbramiento y la fatiga visual.
“Como profesionales de la salud visual, nuestra tarea fundamental es crear conciencia tanto en mujeres como en hombres del cuidado de su visión y evitar en la medida de lo posible, factores de riesgo que puedan conducirlos a la pérdida parcial o total de la visión, enfatizó Javier Oviedo.
Todos merecemos tener una visión saludable, y aunque el género juegue un rol importante en la salud visual, es posible incorporar en la vida diaria hábitos visuales saludables que contribuyan a mantener la calidad visual hoy y en el futuro.
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