La uveítis o inflamación de la capa media del ojo no constituye en sí misma una entidad diagnóstica aislada sino la expresión de distintas enfermedades.
Una de cada diez pérdidas visuales totales se debe a uveites, afecta generalmente a jovenes de 22 a 44 años, generadas por enfermedades autoinmunes, infecciones, patologías oculares, cirugias entre las causas más comunes.
Las uveítis se clasifican de acuerdo a la zona que afecta, pueden ser anteriores, intermedias o posteriores y las panuveitis que abarca la totalidad de la uvea y se tratan de acuerdo a la localización de la misma, es decir las uveitis anteriores se tratan con colirios oculares tópicos; mientras que las uveítis intermedias y posteriores con corticoides sistémicos y, a veces, con inmunosupresores
La Dra Esperanza Pato especialista del area de reumatología en el Hospital Clínco de San Carlos comenta que debido a que la uveites no es un evento aislado “los pacientes que padecen uveitis sufren un importante retraso en el diagnóstico. puesto que la evaluación suele conllevar la realización de pruebas no orientadas en función de la afectación ocular más bien se concentran en las afecciones sistémicas, lo que generalmente contribuye a generar confusión y/o retraso en el tratamiento”
A juicio de la experta, “es muy importante la orientación diagnóstica desde el principio para evitar la demora en el comienzo del tratamiento y las posibles complicaciones”. Para que este proceso sea lo más eficaz posible, se debe combinar la experiencia del oftalmólogo y del reumatólogo que conjuntamente realizan la presunción diagnóstica y evitan así gran número de pruebas innecesarias.
“En la práctica este problema tiene dos vertientes distintas aunque complementarias. Por un lado, el paciente con patología sistémica conocida que presenta o puede presentar un problema ocular; y por otro, el paciente con enfermedad oftalmológica en el que se pretende establecer el diagnóstico, y en su caso el tratamiento, de un proceso sistémico”, nos puntualiza la Dra. Pato.
Debemos tomar en cuenta que la uveítis anterior en su cuadro clínico característico cursa con dolor, enrojecimiento ocular y fotofobia de aparición más o menos brusca; pocas veces existe disminución de la agudeza visual y, si aparece, suele ser leve. Sin embargo, en la uveítis posterior existe disminución de la agudeza visual, visión de ‘moscas volantes’ y ocasionalmente fotofobia; por el contrario, no suele existir dolor ni enrojecimiento ocular”.
El pronóstico de la uveítis depende de la región anatómica afectada. Las uveítis anteriores crónicas o recidivantes tienen buen pronóstico; mientras que las posteriores, intermedias y panuveítis varían según la gravedad de la inflamación y el tipo de enfermedad que produzca la uveítis. Este tipo puede acabar en ceguera si no se trata adecuadamente y se controla desde el inicio.
En este sentido, se trata de la tercera causa de ceguera en países desarrollados en pacientes en edad laboral y el 10% de pérdidas visuales totales se debe a uveítis, según la Sociedad Española de Reumatología.
Fuente:
http://www.noticiasmedicas.es/medicina/noticias/15688/1/Los-pacientes-con-uveitis-sufren-un-importante-retraso-en-el-diagnostico-/Page1.html
Las uveítis se clasifican de acuerdo a la zona que afecta, pueden ser anteriores, intermedias o posteriores y las panuveitis que abarca la totalidad de la uvea y se tratan de acuerdo a la localización de la misma, es decir las uveitis anteriores se tratan con colirios oculares tópicos; mientras que las uveítis intermedias y posteriores con corticoides sistémicos y, a veces, con inmunosupresores
La Dra Esperanza Pato especialista del area de reumatología en el Hospital Clínco de San Carlos comenta que debido a que la uveites no es un evento aislado “los pacientes que padecen uveitis sufren un importante retraso en el diagnóstico. puesto que la evaluación suele conllevar la realización de pruebas no orientadas en función de la afectación ocular más bien se concentran en las afecciones sistémicas, lo que generalmente contribuye a generar confusión y/o retraso en el tratamiento”
A juicio de la experta, “es muy importante la orientación diagnóstica desde el principio para evitar la demora en el comienzo del tratamiento y las posibles complicaciones”. Para que este proceso sea lo más eficaz posible, se debe combinar la experiencia del oftalmólogo y del reumatólogo que conjuntamente realizan la presunción diagnóstica y evitan así gran número de pruebas innecesarias.
“En la práctica este problema tiene dos vertientes distintas aunque complementarias. Por un lado, el paciente con patología sistémica conocida que presenta o puede presentar un problema ocular; y por otro, el paciente con enfermedad oftalmológica en el que se pretende establecer el diagnóstico, y en su caso el tratamiento, de un proceso sistémico”, nos puntualiza la Dra. Pato.
Debemos tomar en cuenta que la uveítis anterior en su cuadro clínico característico cursa con dolor, enrojecimiento ocular y fotofobia de aparición más o menos brusca; pocas veces existe disminución de la agudeza visual y, si aparece, suele ser leve. Sin embargo, en la uveítis posterior existe disminución de la agudeza visual, visión de ‘moscas volantes’ y ocasionalmente fotofobia; por el contrario, no suele existir dolor ni enrojecimiento ocular”.
El pronóstico de la uveítis depende de la región anatómica afectada. Las uveítis anteriores crónicas o recidivantes tienen buen pronóstico; mientras que las posteriores, intermedias y panuveítis varían según la gravedad de la inflamación y el tipo de enfermedad que produzca la uveítis. Este tipo puede acabar en ceguera si no se trata adecuadamente y se controla desde el inicio.
En este sentido, se trata de la tercera causa de ceguera en países desarrollados en pacientes en edad laboral y el 10% de pérdidas visuales totales se debe a uveítis, según la Sociedad Española de Reumatología.
Fuente:
http://www.noticiasmedicas.es/medicina/noticias/15688/1/Los-pacientes-con-uveitis-sufren-un-importante-retraso-en-el-diagnostico-/Page1.html