Aarón Ramos no puede ver, pero decidió darle una oportunidad a la fotografía. A pesar de su enojo al perder la vista, su familia lo ayudó para ir a un centro de rehabilitación donde aprendió sobre el manejo del bastón y a incorporarse a las actividades en la vida diaria. Ahí fue donde escuchó por primera vez de la fundación Ojos que Sienten A.C..
Dicha institución ayuda a las personas con discapacidad visual a tomar talleres para sensibilizar sus otros sentidos y así impulsarlos a que tomen fotos. Al principio, Aarón estaba muy renuente con lo que le estaba pasando y pensó "qué mala onda, ¿cómo un curso de fotografía para ciegos?", pero uno de sus compañeros lo animó a conocer de qué se trataba. "Ahora de eso vivo, me devolvió la vida la fotografía", explica el artista.
Para que cada vez sean más las personas que puedan fotografiar lo que sienten, Canon México anunció su alianza con Ojos que sienten, con la que se brindarán equipos fotográficos, clases y asesorías para ofrecer todo lo necesario para crear una experiencia fotográfica que permita a la organización potencializar las capacidades de todos los que la conforman.
"Nuestra campaña 'Hacer Foto' tiene un manifiesto que es hacer fotos con la cabeza y el corazón, lo cual vimos cuando nos mostraron las imágenes que ha tomado Aarón" expresó Jorge Huerta, gerente de Mercadotecnia de Canon.
Añadió que la mejor forma de promover lo que la empresa está haciendo es con este tipo de alianzas, pues la fotografía se ha convertido en el medio de expresión de muchas personas.
La fundación nació en 2006 por iniciativa de la fotógrafa Gina Badenoch, quien después de dar un taller a personas con discapacidad visual se dio cuenta que esta actividad les cambió el autoestima y la percepción sobre sus propias habilidades.
Por ello decidió crear Ojos que sienten, para darle una voz a quienes no estaban siendo vistos y escuchados. "Sobre el camino fui descubriendo más y más habilidades que podíamos aprovechar para que, a través del ejemplo, las personas con discapacidad visual cambiaran los paradigmas y los prejuicios que hay hacia la discapacidad per se y que pudiéramos generarles empleo al mismo tiempo para que sean productivos", explicó Gina.
El taller de foto es muy básico, se enfoca en la percepción de las personas, la cual es tu herramienta para empezar a armar una imagen. La parte técnica es descubrir la cámara a través de los sentidos, es decir, mediante el tacto van identificando los botones y con el sonido de los aparatos saben si está enfocado, se prende o se apaga.
Para sensibilizar a los participantes en los detalles como la luz o la temperatura, utilizan lámparas para que identifiquen el calor y sepan de dónde viene la luz. "El taller es para saber qué quieren decir y les ayudamos de manera creativa a empezar a contar su historia", recalcó Gina.
"Lo que más me gusta fotografíar son los bichos, me gusta sentir la vida. Las líneas de la vida son trazadas por algún motivo, tú ¿para qué crees que son?" cuestionó Aarón. "En ojos que sientes me enseñaron a no decir "¿por qué a mi?" sino "¿para qué a mi?", finalizó el fotógrafo.
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