El estrabismo infantil es una enfermedad que puede ser un
importante condicionante para el desarrollo de la visión, y además puede tener
implicaciones psicológicas para los que la sufren, desde la niñez a la edad
adulta. No obstante, es una enfermedad que se puede prevenir mediante un
diagnóstico temprano, que permita una intervención quirúrgica si es necesario.
Según el director médico y especialista en oftalmología pediátrica
de Oftálica, doctor Enrique Chipont, «el estrabismo es la enfermedad ocular
infantil más frecuente, entre un 3 y un 5% de los niños padecen
estrabismo y, en general, la patología tiene antecedentes familiares. Esta
desviación se manifiesta desde el nacimiento o aparece a los tres o cuatro años
de edad, junto con la detección de hipermetropía en el niño».
Este trastorno de la visión se da cuando hay una desalineación
entre los ojos del niño, de modo que cada ojo mira en una dirección diferente.
Es normal que los recién nacidos crucen o desvíen eventualmente sus ojos. Sin
embargo, entre los primeros cuatro y seis meses de vida, los ojos se enderezan.
Si los ojos del niño continúan desviándose hacia alguna dirección distinta,
pasada esa edad, se estaría produciendo una desalineación entre ambos ojos que
puede acentuarse con el tiempo, y que debe ser tratada.
Causas del estrabismo
Son varias las causas que pueden influir en el desarrollo del estrabismo. Se suele relacionar con algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. No obstante, hay que prestar atención a otros factores que puedan desencadenar en una «sobrecarga» puntual en el sistema nervioso central: fiebre grave e intensa, enfermedad, o incluso el estrés en los niños ante algún gran cambio. Estos factores pueden afectar al alineamiento ocular, que se produce en el cerebro. Además de factores de predisposición genética, que también son determinantes.
Son varias las causas que pueden influir en el desarrollo del estrabismo. Se suele relacionar con algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. No obstante, hay que prestar atención a otros factores que puedan desencadenar en una «sobrecarga» puntual en el sistema nervioso central: fiebre grave e intensa, enfermedad, o incluso el estrés en los niños ante algún gran cambio. Estos factores pueden afectar al alineamiento ocular, que se produce en el cerebro. Además de factores de predisposición genética, que también son determinantes.
El estrabismo no es un sinónimo de la ambliopía, u «ojo vago», es
más bien una causa de esta, que consiste en la subutilización de uno de los
ojos, y que afecta de un modo más dañino a la visión del menor. Llegados a este
punto, el cerebro tenderá a ignorar la imagen del ojo más débil, lo que
afectará el desarrollo de la percepción de profundidad, o la capacidad de ver
en tres dimensiones.
Importancia del diagnóstico
Según el doctor Enrique Chipont, «un niño afectado por estrabismo no necesariamente debe desarrollar la ambliopía, u "ojo vago", lo que se daría en casos más graves. Por ello es esencial una atención temprana desde el primer año de vida, hasta los seis años, con el fin de prevenirlo y tratarlo». Por eso, es importante que tanto padres, como educadores, observen si los niños desvían un ojo, alternan la desviación entre ambos ojos; o miran a la pizarra, o a la televisión, de lado. Estos cuidados hay que ponerlos en práctica, especialmente, en los primeros años, cuando los niños no pueden verbalizar sus problemas de visión.
Según el doctor Enrique Chipont, «un niño afectado por estrabismo no necesariamente debe desarrollar la ambliopía, u "ojo vago", lo que se daría en casos más graves. Por ello es esencial una atención temprana desde el primer año de vida, hasta los seis años, con el fin de prevenirlo y tratarlo». Por eso, es importante que tanto padres, como educadores, observen si los niños desvían un ojo, alternan la desviación entre ambos ojos; o miran a la pizarra, o a la televisión, de lado. Estos cuidados hay que ponerlos en práctica, especialmente, en los primeros años, cuando los niños no pueden verbalizar sus problemas de visión.
En caso de que se observen estos síntomas es necesario que visite
a su oftalmólogo para efectuar la evaluación y el tratamiento adecuado para
cada caso. Postergar el diagnóstico de esta enfermedad puede afectar a la
visión del niño durante el resto de su vida.
¿Cómo se trata el estrabismo?
Una vez diagnosticado, el niño debe estar supervisado por atención oftalmológica, debe seguir una rutina de evaluaciones y el médico debe estar informado de cualquier alteración, como problemas de aprendizaje. Los tratamientos más comunes son las gafas, los parches, y la cirugía del músculo ocular.
Una vez diagnosticado, el niño debe estar supervisado por atención oftalmológica, debe seguir una rutina de evaluaciones y el médico debe estar informado de cualquier alteración, como problemas de aprendizaje. Los tratamientos más comunes son las gafas, los parches, y la cirugía del músculo ocular.
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