La trombosis de la vena central de la retina se presenta con un brusco y grave empeoramiento de la visión, pero no con una ceguera completa como ocurre en la embolia de la arteria central de la retina.
El cuadro oftalmoscópico es uno de los más espectulares de la Oftalmología y está caracterizado por intensa hiperemia y edema macular marcado, venas turgentes, dilatadas, tortuosas de color oscuro y de numerosas hemorragias en llama dispuestas radialmente en torno a la cabeza de la papila óptica y a lo largo del curso venoso ( como en un castillo de fuegos artificiales ).
En la periferia las hemorragias pierden su aspecto alargado y se hacen redondeadas o puntiformes. Es frecuente encontrar exudados blancos, focos algodonosos esparcidos entre las hemorragias.
ANGIOGRAFIA FLUORESCEINICA
La cabeza del nervio óptico está muy hiperémica, distinguiendose perfectamente los pequeños vasos que la irrigan. No se distingue ningun neovaso sobre ella.
Las ramas venosas se encuentran ampliamente dilatadas y tortuosas. No existe ninguna zona de isquemia retiniana, siendo lo más notable el intenso componente hemorrágico.
La evolución de una trombosis venosa es larga y tórpida; la reabsorción de las hemorragias es lenta y, a menudo, incompleta. A ello se asocia la invasión hemorrágica más o menos intensa del humor vítreo que lo vuelve turbio.
La isquemia retiniana determina un estímulo proliferante con formación de neovasos retinianos o sobre el iris ( Rubeosis Iridis ), con un posible final en un Glaucoma Neovascular o Rubeótico, de pronóstico muy malo.
TROMBOSIS DE RAMA DE LA VENA CENTRAL DE LA RETINA
En la trombosis de las ramas de la vena central de la retina la afectación visual es muy variable y depende de sí está afectada o no el área macular.
Oftalmoscópicamente se caracteriza por un área hemorrágica de forma triangular con el vértice a nivel de un cruce arterio-venoso y la base en la periferia retiniana, rellena de hemorragias estriadas en llama y, en algún caso, de exudados blancos algodonosos. La vena a partir del cruce A/V aparece dilatada y tortuosa
Los exudados blandos pueden ser la expresión característica de un infarto retiniano localizado, o más frecuentemente el resto tardío de una hemorragia.
La trombosis de rama venosa suele evolucionar lentamente; la vena trombosada se reduce a un cordón blanquecino rodeado de un círculo de compensación venosa y capilar.
Cuando está afectada la vena temporal superior, el pronóstico es grave porque la hemorragia y el edema afectan el área macular, determinando con frecuencia alteraciones degenerativas irreversibles ( Degeneración macular disciforme y Agujero macular ).
La aparición de colaterales veno-venosas ( vasos en sacacorcho ) que intentan pontear ( o by-passear ) la zona de la trombosis; consigue en algunos casos evitar pérdidas importantes de visión, manteniéndo el drenaje de la zona trombosada.
El tratamiento de las trombosis venosas se basa fundamentalmente en el tratamiento de la enfermedad sistémica responsable de la trombosis. El tratamiento mediante fotocoagulación con láser puede ser útil en la prevención de las complicaciones, al destruir las áreas isquémicas se evita la aparición de neovasos y por tanto el desarrollo de rubeosis sobre el iris y glaucoma neovascular.
Fuente: http://www.ctv.es/USERS/pinos/caso3.htm
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