La seducción de las promesas infinitas
Hay células madres en médula ósea, en el cordón umbilical y en los embriones.
Hay células madres en médula ósea, en el cordón umbilical y en los embriones.
04-11-2009 / En el futuro, las terapias regenerativas con células madre podrían curar desde la diabetes y el Parkinson hasta la infertilidad y la parálisis. ¿Pero cuán lejos está ese futuro?
Por Anne Underwood
Por Anne Underwood
El terreno de las células madre puede ser considerado el de las promesas infinitas. La semana pasada, investigadores de la Universidad de Stanford publicaron en la revista “Nature” que habían logrado transformar células madre embrionarias en células germinales, las que, en teoría, podría dar origen a espermatozoides y óvulos. Para los más entusiastas, se trata de un hito que en el futuro permitiría curar la infertilidad masculina, corregir defectos congénitos y hasta extender la fertilidad en mujeres. Para los más cautos, es un avance pero todavía tiene que demostrar su aplicación terapéutica. “Es muy prematuro”, sostiene Claudio Chilik, presidente de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva. “Es difícil transmitir el mensaje de que hay tanta esperanza, cuando existe tan poca realidad concreta”, resume Fernando Pitossi, investigador argentino en células madre de la Fundación Instituto Leloir.
En cualquier caso, es evidente que una nueva energía dinamiza el campo de la investigación de células madre. Más de 3.000 científicos se reunieron meses atrás en Barcelona para la conferencia anual de la Sociedad Internacional de Investigación de Células Madre, en comparación con los apenas 600 investigadores que asistieron hace cinco años. Días atrás, el organismo estatal de California que financia las investigaciones con esas células (CIRM) asignó US$ 230 millones a 14 grupos científicos de EE. UU., Canadá y el Reino Unido para que desarrollen terapias específicas contra 11 enfermedades.
También fluye el dinero de las compañías farmacéuticas.
En abril pasado, la firma la firma de capital de riesgo Kleiner Perkins Caufield & Byersse, que tiene entre sus socios al ex vicepresidente estadounidense Al Gore, se unió con Highland Capital Partners para invertir US$ 20 millones en iZumi Bio (ahora iPierian), una empresa nueva que trabaja en terapias regenerativas con células madre.“Hubo una inyección enorme de optimismo en el campo”, dice el biólogo experto en células madre Alan Trounson, presidente del CIRM de California.
“Es notable cuán rápido progresa”.Además de ayudar a reemplazar células dañadas en pacientes con enfermedades como la diabetes y el mal de Parkinson, las células madre tienen el potencial de cambiar la manera en que se desarrolla o prueba la seguridad preclínica de los medicamentos y también permitirían desentrañar la biología de las dolencias.
Las células madre embrionarias todavía son consideradas como el “patrón oro” o recurso de referencia. Incluso cuando no se lanzó en el mundo ningún estudio clínico controlado para documentar su seguridad y eficacia.
A comienzos de septiembre, la empresa Geron Corp. estuvo a punto de debutar en ese campo. Pero el ente que regula los medicamentos y ensayos clínicos en EE. UU., la FDA, lo frenó hasta tanto no obtuviera más datos de los experimentos con animales.
Desde la empresa farmacéutica, señalan que están en discusiones con la FDA y esperan responder sus dudas “para proseguir con el ensayo clínico” en los próximos meses. El CEO de Geron, Thomas Okarma, piensa que la lesión espinal es un buen lugar para empezar. Ya que los pacientes estarán totalmente paralizados de la cintura para abajo, cualquier mejora será resultado de la terapia, no del azar. Y la médula espinal es un “sitio con privilegios de inmunidad”, lo cual significa que las células inmunes no pueden entrar y destruir las células derivadas de embriones. “Si la terapia es segura y efectiva, el impacto potencial se extenderá mucho más allá de las lesiones de médula espinal”, dice Okarma: “Marcaría el comienzo de una nueva era en terapia médica”.
Otras compañías no están esperando los resultados. Pfizer, el gigante farmacéutico de EE. UU., está buscando otras dos terapias basadas en células madre embrionarias, las cuales espera tener en estadio de pruebas clínicas para 2011. En abril, la compañía se asoció con la Escuela Universitaria de Londres (EUL) para buscar una terapia para la degeneración macular, la causa principal de ceguera en los ancianos. La enfermedad lleva a la destrucción gradual de la mácula, la porción central de la retina. Pero Peter Coffey, profesor de terapia celular y ciencias visuales en la EUL, usa células embrionarias para hacer el mismo tipo de células de apoyo que se halla detrás de la retina y le provee nutrientes. La meta es implantar una capa de células, en forma de disco, detrás de la retina.
Pero algunos investigadores no sólo están interesados en reemplazar células dañadas. Y utilizan células madre adultas —que existen dentro de los órganos y parecen ayudar en reparaciones menores— para cultivar órganos y tejidos enteros.
Pero los investigadores son cuidadosos respecto a crear falsas esperanzas. Las terapias exitosas en el mundo idealizado del laboratorio pueden fracasar en la vida real o tardar décadas en ser puestas en práctica. Con las células madres existe el mismo cóctel explosivo de los años 80 con la terapia génica: hay entusiasmo de los medios, científicos tentados a vender más de lo que saben, pacientes desesperados que presionan y empresas con fines de lucro. “Pero en la historia de las transferencia del laboratorio a la clínica, ha habido graves problemas”, advierte Pitossi. Por eso, la cautela impera para millones de pacientes en el mundo que podrían algún día beneficiarse. Algún día.
Ver nota completa en: http://www.elargentino.com/nota-64498-La-seduccion-de-las-promesas-infinitas.html
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