El innovador mecanismo de aplicación de fármacos es obra de un equipo de la Universidad de la Columbia Británica, en Canadá, en una revolucionaria terapia de suma importancia, teniendo en cuenta que la retinopatía diabética es la principal causa de pérdida de visión en los pacientes que padecen hiperglucemia..
Actualmente el tratamiento más eficaz es con rayos láser, lo cual tiene efectos secundarios, entre los que se encuentran quemaduras o pérdida de visión periférica o nocturna.
De otro lado, algunos fármacos también se pueden utilizar para tratar la enfermedad pero el problema radica en que estos compuestos salen rápidamente del torrente sanguíneo, por lo que se requieren altas dosis, lo cual expone a otros tejidos a la toxicidad del producto.
El nuevo dispositivo no se ve afectado por estos problemas, al no usar láser y al poder liberar a conveniencia el fármaco en la zona de interés.
Una innovación crucial que también presenta el dispositivo es su capacidad de ser controlado a través de un campo magnético externo, lo que se logró sellando el depósito del dispositivo implantable (que no es más grande que la cabeza de un alfiler) con una membrana elástica sensible al magnetismo.
De esa manera, un campo magnético hace que la membrana se deforme y libere una cantidad específica del fármaco, de forma similar a como sale el agua al apretar una botella flexible.
Este hallazgo es obra de la ingeniera Fatemeh Nazly Pirmoradi, Mu Chiao (experto en nanociencia y sistemas microelectromecánicos para aplicaciones biológicas), y los especialistas en farmacología Helen Burt y John Jackson, quienes se propusieron idear un modo seguro y eficaz de ayudar a los pacientes diabéticos a proteger su vista.
A Chiao el tema le atañe de manera personal, ya que un miembro de su familia padece de retinopatía diabética.
Retinopatía diabética
Esta afección es causada por el daño a los vasos sanguíneos de la retina, la capa de tejido en la parte de atrás del interior del ojo, que transforma la luz y las imágenes que entran al ojo en señales nerviosas que son enviadas al cerebro.
Existen dos tipos o etapas de la retinopatía: no proliferativa o proliferativa.
La retinopatía diabética no proliferativa se desarrolla primero. Los vasos sanguíneos en el ojo se vuelven más grandes en ciertos puntos (llamados microaneurismas). Los vasos sanguíneos también pueden resultar bloqueados.
Puede haber pequeñas cantidades de sangrado (hemorragias retinianas) y se puede escapar líquido hacia la retina, lo cual puede llevar a problemas notorios con la vista.
La retinopatía proliferativa es la forma más severa y avanzada de la enfermedad. Empiezan a crecer nuevos vasos sanguíneos dentro del ojo, lo cuales son frágiles y pueden sangrar (hemorragia). Se pueden presentar pequeñas cicatrices, tanto en la retina como en otras partes del ojo (el humor vítreo). El resultado final es la pérdida de la visión al igual que otros problemas.
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